Uno de nuestros males
¬ José Antonio López Sosa martes 7, Ago 2012Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Ahora que la gran Chavela Vargas dejó de existir, merecidos homenajes se han llevado a cabo, anoche en Plaza Garibaldi donde pasó noches enteras curando las penas con José Alfredo Jiménez y otros grandes de la época.
Hoy en el Palacio de Bellas Artes encabezado por Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA).
Sin lugar a duda, Chavela Vargas representa una de las manifestaciones artísticas y culturales más importantes de nuestro país. Nació en Costa Rica pero decía que “las almas mexicanas nacen donde quieren, la mía nació en Costa Rica”.
Ahora bien, podríamos llenar líneas y columnas sobre la gran Chavela y sus logros, pero quiero enfocarme a un mal que nos persigue, uno de nuestros males como el encabezado de esta columna.
¿Cuántos talentos tenemos en México y despreciamos o sencillamente no reconocemos?, como ciudadanos, como público, como medios de comunicación, como autoridades, en fin, bajo cualquier rubro que estemos cobijados, ¿cuántas veces nos ocurre lo mismo? que en el momento que en otro lugar del mundo reconocen a algún mexicano, luego entonces le damos el valor que siempre tuvo.
Ayer Jaime Almeida, periodista especializado en música comentó que Chavela Vargas fue olvidada en México e incluso menospreciada hasta que en España fue reconocida, Almeida tiene toda la razón y así pasa recurrentemente en todos los órdenes públicos de nuestro país.
Una vez más necesitamos el reconocimiento en el exterior para valorar lo nuestro, de estas historias se cuentan por decenas, desde Juventino Rosas hasta Chavela Vargas.
¿Qué pasa con nuestra sociedad y nuestra cultura?, ¿qué pasa con nosotros mismos como ciudadanos que vemos con recelo y poco creíble el triunfo de un nuestro?
Descanse en paz Chavela Vargas, una de las grandes que se cuentan con los dedos de una mano.
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