Pugna por la Defensa
Ramón Zurita Sahagún martes 7, Ago 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
En una de las pocas entrevistas concedidas en arraigo por el divisionario Tomás Ángeles, señaló como causa posible de su reclusión la pugna interna por la sucesión en la Secretaría de la Defensa Nacional.
Sabedor de cómo se manejan las cosas al interior de las élites militares, el general en retiro dejó abierto ese razonamiento sobre las acusaciones que pesan sobre su persona y su supuesta vinculación con la delincuencia organizada.
Ángeles sabe de lo que habla, ya que él mismo fue prospecto para ocupar la titularidad de la Secretaría de la Defensa Nacional y actuó como secretario particular de otro general secretario.
Sabe la forma en que se disputan el poder los altos mandos del Ejército, de cómo ejercen la política, de cómo aplican los golpes bajos y las descalificaciones entre ellos mismos.
Poco es lo que trasciende de los cerrados círculos militares, aunque se sabe de cuántos y cuáles de los divisionarios se han sentido con el mando en las manos y en pocas horas se desvanecen sus esperanzas de alcanzar el grado máximo dentro de las fuerzas armadas.
Ángeles fue uno de ellos, ya que sentía el liderazgo del Ejército, cuando fue anunciado el nombre de Guillermo Galván Galván, como titular de ese sector de las fuerzas armadas.
Otro caso singular fue el del general secretario Ricardo Gerardo Clemente Vega, al que nadie tomaba en cuenta en las ternas y cayó la designación en su persona.
Rodolfo Reta Trigos y José Domingo Ramírez Garrido Abreu, eran de los nombres más sonados, pero ninguno de ellos alcanzó la distinción y fueron enviados a retiro, cuando llegaron a la edad reglamentaria para ello.
La pugna por llegar a la titularidad de las fuerzas armadas es sumamente enconada, aunque los grupos se mantienen herméticos e intentan pasar inadvertidos.
Sin embargo, en esta ocasión, la disputa es tan ardorosa que se cuelan fuera de su territorio algunas cuestiones, principalmente de los nombres de los principales aspirantes.
Uno de los supuestos signos que indican el nombre del afortunado es la selección que se hace del comandante del desfile militar del 16 de septiembre, ya que regularmente es un divisionario que desempeña esa labor el nuevo titular de la Sedena.
Algunos afirman que es el más reciente al cambio de gobierno, como sucedió en casos pasados como son los de Juan Arévalo Gardoqui (1982), Antonio Riviello Bazán (1988), Enrique Cervantes Aguirre (1994) y Ricardo Gerardo Clemente Vega García (2000).
Sin embargo, la tradición quedó rota hace seis años, cuando el general Juan Alfredo Oropeza Garnica comandó la parada militar el 16 de septiembre de 2006 y no resultó designado secretario de la Defensa Nacional.
En su lugar se recurrió a un divisionario próximo al retiro, Guillermo Galván Galván, quien se desempeñaba como subsecretario.
Ahora se sabe que el general de división, Augusto Moisés García Ochoa, director de Administración, una de las áreas más influyentes dentro del Ejército, será el comandante, aunque habrá que esperar para saber si se retoma la tradición o esta pasa al olvido definitivo.
Junto con García Ochoa, otros cuatro divisionarios son los más mencionados para suceder a Galván Galván.
Algunos de estos personajes traen una gran carga negativa detrás de ello y hasta se acumulan negros expedientes que están siendo filtrados a la opinión pública.
En el caso de García Ochoa, se le señala por su cercanía al actual secretario de la Defensa Nacional y se le vincula con esa misma afinidad con el empresario Susumo Azano, involucrado en la compra de equipos de inteligencia por una cantidad millonaria de dólares.
Otro de los divisionarios mencionados con posibilidades de asumir la titularidad de la SDN es Carlos Demetrio Gaytán Ochoa, subsecretario de la Defensa Nacional, quien pretende seguir los pasos del actual secretario y resalta su cercanía con el candidato presidencial priísta, amistad nacida cuando el militar era comandante de la Primera Región Militar y Peña Nieto gobernador del Estado de México.
Dos más que manifiestan su cercanía con Enrique Peña Nieto son Alfonso Duarte Mújica y Daniel Virgilio Méndez Bazán.
El primero ganó fama por ser uno de los más eficaces operadores en la lucha contra los cárteles de la droga y en general contra el crimen organizado.
Sin embargo, también se resalta la reprimenda que puso al secretario general de Gobierno de Baja California, al que tachó de borracho y acusó ante el gobernador del estado.
En su historial consta que se casó con la hija del entonces jefe del Estado Mayor Presidencial, Carlos Humberto Bermúdez Dávila, por lo que gozó de beneficios administrativos al amparo del parentesco.
Méndez Bazán, comandante de la X Región Militar con sede en Yucatán, sostiene que su cercanía con el mexiquense lo llevará a ocupar la silla que detenta Guillermo Galván, pero en caso contrario que lo espera la Secretaría de Seguridad Pública federal.
Roberto de la Vega Díaz mantiene vivas sus esperanzas, comandante de la III Región Militar, con sede en Mazatlán, Sinaloa y experto en la lucha contra la delincuencia organizada, es otro de los mencionados.
De la Vega Díaz tiene abierto un proceso interno en su contra por desvío de recursos y antecedentes de inestabilidad emocional.
Su carta fuerte es que es originario de Toluca, Estado de México.
Con menores posibilidades se encuentra el también divisionario Roberto Miranda Sánchez, el único de todos ellos que se encuentra en retiro.
Jefe del Estado Mayor Presidencial con el presidente Ernesto Zedillo y ex oficial mayor de la Secretaría de la Defensa Nacional, fue enviado a retiro hace menos de un año, luego de haber encabezado el desfile militar del 16 de septiembre.