La irresponsabilidad
¬ Augusto Corro viernes 3, Ago 2012Punto por punto
Augusto Corro
Las autoridades deben frenar la ola de violencia desatada contra Soriana.
La irresponsabilidad de los dirigentes políticos de izquierda podría desatar más actos delincuenciales que todos lamentaríamos.
Lo que hacen las bases lópezobradoristas rebasa los límites de la inconformidad e invade los terrenos de la ilegalidad.
¿Cómo hacer entender a Andrés Manuel López Obrador y a sus asesores que Soriana es una empresa comercial no un partido político?
¿A quién debe vender sus productos Soriana? ¿Tiene que seleccionar a sus clientes para saber en qué partido militan?
En más de una ocasión hemos señalado en este espacio que la lucha política se da en varios niveles: los que más se distinguen son dos: uno a nivel de la jerarquía y el otro en las bases. En el primero abundan los discursos y las discusiones ideológicas en las tribunas y en los buenos restaurantes.
En las bases ocurre otra cosa: los ánimos se encienden y las consignas se convierten en órdenes que deben cumplirse al pie de la letra.
Una vez que se echa a andar la inconformidad es más que imposible controlar a los grupos de rijosos integrados por universitarios, electricistas y toda clase de manifestantes.
López Obrador y Jesús Zambrano, del PRD, no se sienten culpables de las agresiones contra Soriana. Pretenden exculparse de la violencia de la que dicen no promover. Los hechos reflejan lo contrario.
Por su parte, Soriana responsabilizó a López Obrador, candidato de Movimiento Progresista, de cualquier eventual ataque que pudieran sufrir sus empleados.
¿Entenderá López Obrador que la violencia no es el camino de la democracia?
LA IGUALDAD PANISTA
En Acción Nacional buscan que la refundación del partido se realice en igualdad de condiciones: ni jerarquías, ni niveles políticos deberán influir en el futuro de la organización.
En concreto, el sentir de los panistas consiste en que Calderón no intervenga en su Asamblea de refundación, cuando aún funge como presidente de la República.
Es decir, los blanquiazules pugnan porque se respeten las fechas del partido y no los tiempos de Calderón. Este pretende que la reunión se lleve a cabo el presente año; la mayoría de los panistas en el 2013.
La pugna al interior del PAN se agudiza y los adversarios de Calderón se empeñan por ubicarlo en la realidad: el futuro del partido tendrá que ser una decisión de todos los blanquiazules, de ninguna manera privará el capricho de una sola persona.
Así pues, Maderistas y yunquistas contra calderonistas se preparan para la confrontación decisiva.
Calderón preferiría que cualquier inconformidad en su contra se ventilara en la temporada que aún ostenta el máxima influencia y poder políticos como titular del Ejecutivo federal y jerarca panista.
Sus adversarios piensan que Calderón debe participar en la asamblea mencionada como cualquier panista, sin la imagen de todopoderoso que tanto daño le hizo a su partido.
Luego de los comicios pasados, en el PAN surgieron las acusaciones mutuas de los actores políticos debido a la derrota estrepitosa.
Todos los ojos se enfocaron en Calderón por una sencilla razón: su actividad injerencista en la vida del partido.
Los blanquiazules piensan que el michoacano es el artífice de la derrota y rechazan su influencia. Del PAN solo quedan las migajas y Calderón las quiere recoger para la reconstrucción de su proyecto político: no será tarea fácil.
En términos generales el panista no entregará buenas cuentas. Como titular del Ejecutivo su guerra contra la delincuencia organizada no funcionó: basta con echar una ojeada al número de víctimas.
Como el panista de mayor influencia y poder en el partido, su actuación fue desastrosa: llevó a esa organización política al tercer lugar; otro poco y desaparece el PAN del escenario político.
Quizás muy tarde, los blanquiazules entendieron que la antidemocracia interna no funcionó. Maderistas y yunquistas intentarán evitar más errores.
¿NEGADOS PARA EL DEPORTE?
Es por demás hablar de las condiciones en qué se encuentra el deporte mexicano.
En medio de la euforia olímpica de Londres, México casi no aparece en la lista de ganadores.
A la hora de escribir estas líneas, los mexicanos habían ganado dos medallas de plata. Esto habla de nuestra miseria deportiva. ¿O no?
Claro, aún faltan otras competencias, pero al paso que van los mexicanos no se contemplan muchas esperanzas de brillar como ocurre con los deportistas de otros países.
A propósito ¿cuánto se invierte en el deporte mexicano para obtener cero resultados?
Feliz fin de semana.