Ambición o terquedad
¬ Augusto Corro jueves 2, Ago 2012Punto por punto
Augusto Corro
En la izquierda mexicana los líderes buscan eternizarse en el poder.
Así ocurre, por ejemplo, en el Partido de la Revolución Democrática (PRD). En sus 24 años de vida, solo dos dirigentes han sido candidatos presidenciales.
Lo anterior refleja el control férreo de los “caudillos” o “líderes morales”. Como todos saben, el PRD se fundó con la coalición de agrupaciones políticas de izquierda, encabezados por ex priístas resentidos, entre otros el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y Porfirio Muñoz Ledo.
Con capital político suficiente, Cárdenas fue nominado candidato presidencial por el entonces Frente Democrático Nacional (FDN) en 1988. Este partido, al año siguiente se transformó en PRD. (Con información de Diario Imagen).
Cárdenas compitió contra Carlos Salinas de Gortari. Quienes conocieron el desarrollo de los acontecimientos electorales en esos días, dijeron que el triunfador en aquellos comicios fue el ingeniero; pero Carlos Salinas de Gortari, (por las buenas o por las malas) se alzó con la victoria.
Se armó el escándalo por las irregularidades del proceso: se cayó el sistema electoral y culparon de esa “falla” a Manuel Bartlett, entonces secretario de Gobernación, encargado del “buen” desarrollo de las elecciones.
Con el transcurrir del tiempo y con posibles arreglos políticos, Cuauhtémoc y el presidente Salinas de Gortari decidieron seguir su camino sin obstaculizarse y todo mundo conforme. Años después, el michoacano aceptó que tuvo reuniones secretas con el mandatario priísta. Ninguno de los dos dijo a qué acuerdos llegaron.
EL EMPEÑO DE CARDENAS
Observación: en el presente, Bartlett es muy amigo de Andrés Manuel López Obrador y será senador de la República, por Puebla, en la próxima legislatura. Cárdenas no cejó en su empeño de buscar nuevamente la silla presidencial y volvió a ser candidato perredista. Su adversario Ernesto Zedillo le ganó. El izquierdista aceptó la derrota sin problemas mayores.
Por tercera ocasión, el michoacano se lanzó en búsqueda de la Presidencia de la República, con resultados negativos: el panista Vicente Fox fue el triunfador en esa jornada electoral. En esa ocasión Zedillo, lleno de alegría, le cedió el poder a los panistas.
Cárdenas empezó a sentir que su estrella política se apagaba por la presencia de López Obrador en el escenario político.
El tabasqueño decidió participar como candidato del PRD y partidos de izquierda por la presidencia de la República en 2006. Una cadena interminable de errores políticos le impidió llegar a Los Pinos.
No obstante conocer los motivos de su derrota, López Obrador se empeñó en restarle seriedad a su actividad política. Los pretextos le sobraron: uno de ellos, la diferencia mínima en los votos emitidos.
Sin respeto alguno por los habitantes de una de las ciudades del mundo, como lo es el Distrito Federal, cerró Reforma, una de las principales avenidas capitalinas. No satisfecho con lo anterior, decidió instalar su “gobierno legítimo”. Nombró a los miembros del “gabinete” y siguió en el juego político hasta que se cansó.
Luego se dedicó a recorrer los municipios con la propaganda populista de las izquierdas basada en promesas incumplidas. Con años de anticipación se preparó para competir otra vez para conseguir la candidatura del PRD en el proceso electoral del 2012.
Consiguió la candidatura en una contienda en la que también participó el jefe del gobierno capitalino Marcelo Ebrard Casaubon.
LA VICTORIA DE PEÑA NIETO
Predominó la unidad en la izquierda, no tenían otra manera de presentar un candidato fuerte.
López Obrador, durante su campaña presidencial para el 2012, cambió varias veces su discurso: primero fue de inconformidad, luego de amor y al final de impugnaciones. Sus seguidores se confundieron por los vaivenes del líder.
Llegó la fecha esperada y el tabasqueño volvió a perder. En esta ocasión, el triunfo del priísta Enrique Peña Nieto fue arrollador. Ganó la elección por más de tres millones de votos. Así lo pronosticaron las empresas encuestadoras.
López Obrador no aceptó el haber perdido y mal asesorado por sus colaboradores cercanos se dejó llevar a una situación de cerrazón total, con el propósito de repetir la historia de hace seis años: ya empezó con el cierre de calles, ahora con sus incondicionales del SME, la CNTE, Atencos, etc; y también anunció que volverá a recorrer el país para informar cómo ocurrió el supuesto “fraude” en las elecciones recientes.
Sin embargo, las condiciones actuales al interior del PRD no le son favorables como en otros días: “Los Chuchos” no se encuentran dispuestos a apoyarlo nuevamente, pues ya tienen en Ebrard Casaubon a su candidato.
Será cuestión de tiempo el que se defina la situación en el partido del sol azteca. Ebrard tiene sus aspiraciones definidas y ya declaró que en diciembre próximo iniciará su campaña presidencial. En tanto, el tabasqueño continúa con el enredo de no aceptar su derrota.
Obvio, el PRD apoyará a Ebrard Casaubon.
LOS DICTADORZUELOS
A la izquierda le favorecieron los resultados de los últimos comicios, pues su candidato empezó en tercer lugar y acabo en segundo. Obtuvo 16 millones de votos, senadurías, diputaciones, jefes delegacionales y la Asamblea de Representantes.
Sin embargo, la ambición o la terquedad no le permitieron a López Obrador sus triunfos. Si los comicios no fueron legales, ¿cómo es que tantos triunfos de la izquierda sí se aceptaron? ¿Por qué no renuncian los izquierdistas ganadores? En fin, que renuncien a las victorias de Morelos y Tabasco.
Cárdenas y López Obrador se montaron en sus ideas de caudillismo enfermizo, en una dictadura de partido en la que se ungieron como los insustituibles, los irremplazables, si no son ellos nadie más.
En su papel de dictadorzuelos, Cárdenas y López no supieron aprovechar la oportunidad que les dio la historia para cambiar el rumbo político de México.
No pudieron superar sus ambiciones personales o su terquedad. Ambos confirmaron que las ambiciones de poder se encuentran por encima de los intereses de una nación.
Lo que sigue es una película que ya tuvimos la oportunidad de ver muy cerca. El protagonista es el mismo y su derrota también. La intención de López Obrador de repetir su candidatura en el 2018 está más que vista. ¿Se lo permitirán?