Gamboa, Cristina e Ismael
Ramón Zurita Sahagún miércoles 1, Ago 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Por primera ocasión en muchos años, los senadores priístas carecen de figuras políticas destacables que puedan pastorear el numeroso rebaño que tendrán en las legislaturas LXII y LXIII del Senado de la República.
Y es que los dirigentes tricolores decidieron meter figuras de poco impacto entre el electorado, a efecto de no causar controversia entre quienes habrían de concurrir a las urnas.
Por eso los priístas decidieron arriesgar en la nominación de sus candidatos, recurriendo a figuras locales, otros con posibilidades a futuro y hasta sacando del baúl de los recuerdos nombres de políticos añejos, sumamente anquilosados. El experimento priísta funcionó en gran parte del país, aunque las figuras añejas dejaron en claro que pertenecen al pasado y que redujeron las posibilidades de triunfo de los otros aspirantes con los que complementaban la fórmula.
Los que fueron sacados del baúl de los recuerdos perdieron con todo y los blasones que los adornaban y provocaron que los priístas no pudieran alcanzar la anhelada mayoría senatorial.
Manuel Cavazos Lerma, Teófilo Torres Corzo, René Juárez Cisneros, Enrique Burgos García, Miguel Romo Medina, Braulio Manuel Fernández Aguirre, Humberto Mayans Canabal, Joaquín Cisneros Fernández y Eligio Valencia Roque, entre otros arrastraron en caída libre a quienes les fueron sembrados como compañeros de fórmula, los que se quedaron con las ganas, por lo pronto, de ser senadores.
De esa forma, el partido tricolor perdió un escaño en Tamaulipas, San Luis Potosí, Guerrero, Querétaro, Aguascalientes, Coahuila, Tabasco y los dos en Tlaxcala y Baja California.
Otras figuras también del pasado arcaico corrieron con mejor suerte como Patricio Martínez, Isaías González Cuevas y Claudia Pavlovich, entre otros que ganaron en Chihuahua, Baja California Sur y Sonora, encabezando la fórmula , el primero y la tercera y como segundo el restante.
Nadie se explica cómo una combinación tan explosiva como la que formaron el llamado Niño Verde, Jorge Emilio González Martínez y el ex gobernador Félix González Canto, pudo ganar en Quintana Roo.
La combinación de jóvenes con viejos políticos tuvo algunos aciertos y de los que lograron salvar la situación fueron Ricardo Barroso Agramont en Baja California Sur en mancuerna con el veterano dirigente obrero González Cuevas.
Otro que generó buenos resultados fue Ismael Hernández Deras, ex gobernador de Durango, que encabezó la fórmula senatorial ganadora en esa entidad.
La fórmula de dos mujeres funcionó a la perfección en el Estado de México y Nuevo León, donde Ana Lilia Herrera Anzaldo y María Elena Barrera Tapia; así como Marcela Guerra e Ivonne Liliana Álvarez García, consiguieron los escaños respectivos. Otras mujeres que tendrán gran presencia en el Senado serán Blanca Alcalá Ruiz, Juana Leticia Herrera y Angélica Araujo Lara.
En el camino se quedaron varias mujeres valiosas sembradas por su partido como segundas en las fórmulas de sus entidades. Sin embargo, el panorama es pobre para encabezar el liderazgo de la cincuentena de senadores, ya que existen muchas figuras en su especialidad y otros que van en ascenso, pero que no se les ve el tamaño para encabezar una bancada sumamente compleja como será la priísta.
Es cierto que personajes como Cavazos Lerma, Juárez Cisneros y Burgos García, traen mucha experiencia detrás de ellos, pero también lo es que representan a un PRI distante del nuevo rostro ofrecido.
Los tres han sido gobernadores y ex legisladores, además de ocupar otros cargos dentro de la estructura administrativa federal y estatal. Pero si dentro de los senadores de mayoría o primera minoría no se encuentran muchos nombres que convenzan, entre los de representación proporcional, tampoco abundan.
Eso reduce la lista a solamente tres senadores electos priistas que podrían disputar la conducción de la bancada en la LXII legislatura.
Se trata del sempiterno Emilio Gamboa Patrón, al que algunos le reducen posibilidades; Cristina Díaz, la secretaria general del CEN del PRI e Ismael Hernández Deras, ex gobernador de Durango. Dos de ellos, Gamboa Patrón y Hernández Deras, ya pasaron por el Senado de la República, coincidieron en la misma legislatura, mientras que Díaz trae experiencia de diputada en tres ocasiones y alcaldesa en otra.
Los que objetan a Gamboa Patrón, advierten que acarrea vicios del pasado, lo que significaría un lastre para los efectos que busca el partido dentro de la llamada Cámara alta, aunque en descargo del dirigente del sector popular del PRI, hay que decir que es sumamente adaptable a los tiempos que le toca vivir y que su poder de negociación es la mejor arma con que cuenta, así como sus relaciones en las altas esferas del sector privado. Se dice que Gamboa no encaja en el traje que se le pretende hacer a los coordinadores legislativos y que ya se encuentra lejano al círculo cercano de Enrique Peña Nieto.
En el caso de Cristina Díaz, se resalta que a ella se le encargó el acercamiento con los candidatos al Senado, por lo que mantiene una relación estrecha con ello y que sería una forma de tenderle una salida adecuada de la secretaría general de su partido, donde poca movilidad tuvo. Díaz resolvería el problema de género que enfrenta con gran frecuencia su partido y se le dotaría de buenos asesores. El único pero que se le pone es su añeja rivalidad con su paisana y compañera de legislatura Marcela Guerra.
Ismael Hernández Deras es el único de los ex gobernadores que compondrán la LXII legislatura del Senado de la República, al que se le conceden posibilidades de pastorear a sus compañeros priístas.
Su cercanía con Enrique Peña Nieto es grande y aunque su perfil se mantiene bajo y enfrenta grandes críticas por su presunta omisión en combatir al crimen organizado en Durango, le crecen las posibilidades de asumir el liderazgo cameral.