Tres gobernadores
Ramón Zurita Sahagún viernes 27, Jul 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
De los tres gobernadores que llegaron por la vía de una alianza entre los partidos de derecha e izquierda, dos ya definieron su militancia y el tercero no lo hace todavía.
Gabino Cué Monteagudo milita en el Movimiento Ciudadano (antes Convergencia); Rafael Moreno Valle Rosas lo hace en Acción Nacional y Mario López Valdez se mantiene como independiente.
Los tres fueron priístas como parte inicial de sus respectivas carreras políticas y abandonaron ese organismo político por la cerrazón que les impidió alcanzar los cargos que anhelaban.
Por eso buscaron nuevos horizontes y lograron encajar en la alianza establecida en 2010 entre los partidos de izquierda y derecha, alcanzando victorias amplias en las urnas.
Fue una buena decisión por parte de ellos, pero todavía no se puede evaluar si fue una buena decisión de los electores el darle el respaldo necesario para triunfar en las urnas.
Los comicios del pasado primero de julio pueden tomarse como un primer referendo sobre el papel que están desempeñando los tres gobernantes en cuestión.
De acuerdo con los logros electorales de cada uno, el oaxaqueño Cué Monteagudo podría alzar la mano y refrendar el compromiso adquirido ante sus ciudadanos, ya que estos optaron por respaldar a los candidatos de la izquierda.
Fue sorpresivo ver cómo el candidato a senador de la derecha caía hasta el tercer lugar de los sufragios, sobre todo por tratarse del político que encumbró al hoy gobernador.
Las apuestas apuntaban hacia el triunfo del ex gobernador Diódoro Carrasco Altamirano, tejedor da la alianza que le permitió a Cué Monteagudo ser candidato de esa alianza.
Basado en eso el PAN también resulto triunfador en 2010, aunque ahora con todo y la candidatura de Carrasco Altamirano no pudo levantar el vuelo.
Rafael Moreno Valle se ha esforzado por posicionarse, ya que su meta es mayor que la gubernatura y ya empezó desde ahora a construir el andamio desde el que pretende su crecimiento y posicionamiento a nivel nacional.
Las fiestas del 150 aniversario de la Batalla de Puebla fue el escenario adecuado para iniciar la larga ruta hacia el 2018 y la elección local del año próximo es otra de las escalas que le tocarán recorrer en ese camino trazado con antelación.
Sin embargo, en lo electoral no le fue tan bien en los comicios del primero de julio, donde solamente rescató su partido una tercera parte de los distritos electorales en juego y una senaduría de primera minoría.
Su partido solamente pudo rescatar tres de los cuatro distritos de la capital estatal y otro más de una población cercana, ya que en el resto del estado fue apabullado por los candidatos del tricolor.
Javier Lozano Alarcón, quien aspira a sucederlo en el gobierno estatal, también fue vencido en las urnas y debió conformarse con ir al Senado como segundo lugar o primera minoría como se conoce en el argot político.
Peor le fue al gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, quien no pudo refrendar la confianza que generó entre los electores al ser cobijado por los partidos de izquierda y de derecha.
Los candidatos postulados por los partidos de aquella alianza no lograron frenar el embate de los priístas que se quedaron con todo.
El senado fue ganado por los candidatos del partido tricolor, dejando como segundo lugar a Acción Nacional y relegando a la izquierda al tercer sitio.
Y es que según el sentir de los ciudadanos sobre las gestiones de sus gobernantes de esos tres estados, la administración de Malova es la que se mantiene más cuestionada.
Las promesas de campaña se quedaron en eso y cada vez son más los ciudadanos que cuestionan el trabajo del gobernante.
Si en la campaña festinó su slogan de Sinaloa el mejor lugar para vivir, la realidad muestra que es distinto el panorama.
En Sinaloa se vive bajo un clima de violencia, corrupción e impunidad, manteniéndose como uno de los estados más inseguros del país.
Nada logró hacer el gobierno de Malova para bajar la criminalidad y se le lanzan fuertes acusaciones de complicidad y nepotismo por incorporar a varios hijos de ex gobernadores priístas al erario estatal.
Moreno Valle enfrentó fuertes resistencias de empresarios que fueron cobijados por la administración anterior, la de Mario Marín, aunque parece haber dejado atrás esos problemas.
Las fiestas de aniversario de la Batalla del cinco de mayo le permitieron una gran exposición mediática, con lo que consiguió bajar los reflectores que mantenía sobre su humanidad.
Gabino Cué se mantiene como un gobernador vigoroso, con todo y los retos que constantemente le lanzan las APPOS, las secciones magisteriales y otros grupos y personajes con los que tiene que lidiar diariamente.
Con todo y ello (los amagos lanzados, los plantones, etc.) Cué Monteagudo ha sido bien evaluado por sus gobernados.
En el 2010 privaron las coaliciones de izquierda y derecha, aunque solamente triunfaron en esas entidades, ya que en los restantes 9 estados triunfó el partido tricolor.
Y es que son muchos los estados en que las alianzas ente esos partidos -considerado contra natura por algunos- fructificó con triunfos, aunque no siempre los gobiernos que encabezaron lograron su cometido.
Antonio Echevarría Domínguez, Nayarit; Pablo Salazar Mendiguchía, Chiapas y Patricio Patrón Laviada, Yucatán, son claros ejemplos de la equivocación de los electores.
CUNDE EL MAL EJEMPLO
Los gobernadores de Veracruz y Colima, Javier Duarte de Ochoa y Mario Anguiano Moreno, mantienen una coincidencia, tratar de amordazar a los periodistas, mediante leyes locales.
En el caso de Duarte de Ochoa desistió del intento, luego de que le llovieron críticas por este intento. El colimense Anguiano Moreno se mantiene firme en su propósito y pretende que el Congreso la apruebe.