¿Qué pasará con ellos?
Ramón Zurita Sahagún lunes 23, Jul 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Una pregunta que ronda la mente de los analistas y políticos en general, es qué pasará con los gobernadores priístas que fallaron en la encomienda de generar el suficiente número de votos para su partido.
Haciendo recuento de los sufragios recibidos por el PRI el pasado 1 de julio en los distintos estados del país, se confirma que fueron varios los gobiernos priístas que no pudieron cumplir con esas expectativas y quedaron lejos de los votos esperados.
Se trata de varios personajes cercanos al afecto del candidato priísta, pero que en el terreno de los hechos comprobaron que lo suyo no es la operación electoral y que además los ciudadanos no se encuentran tan conformes con sus respectivas administraciones, como ellos creen.
Enrique Peña no ganó en varios estados del norte y sur del país gobernados por priístas, aunque sí en casi todos los estados del centro, con la excepción de Aguascalientes, donde fue rebasado por la panista Josefina Vázquez Mota.
También la panista superó en votos recibidos en Nuevo León y Tamaulipas, enclaves priístas y hasta en Veracruz.
López Obrador consiguió ganarle al abanderado tricolor en varios estados gobernador por el PRI, como Yucatán, Quintana Roo, Tabasco y Tlaxcala.
De estos gobernadores surgidos del partido tricolor, varios de ellos han sido señalados por Peña Nieto como ejemplo del nuevo rostro del Partido Revolucionario Institucional.
Cuatro de estos personajes son afines o cercanos al afecto de quien, por el momento, obtuvo mayoría en las urnas, por lo que no faltan especulaciones sobre su posible arribo al gabinete, en cuanto EPN tome posesión del Ejecutivo federal.
Ivonne Ortega Pacheco, Yucatán; Javier Duarte de Ochoa, Veracruz; Roberto Borge Angulo, Quintana Roo, y Rodrigo Medina de la Cruz, Nuevo León, son los personajes en cuestión a los que Peña Nieto y el priísmo en general le dieron la encomienda de obtener buenos resultados.
Son los gobernadores más jóvenes del PRI, ya que ninguno de ellos rebasa los 40 años de edad y en el caso de la yucateca Ortega Pacheco, ya termina su mandato en un par de meses.
De los cuatro gobernadores priístas, ella es la más mencionada en lo que respecta a su integración al probable gabinete presidencial, aunque los resultados electorales se encuentran muy lejanos de lo que se esperaba.
En Yucatán, los priístas perdieron, en lo local, la alcaldía de Mérida y en lo federal las dos senadurías de mayoría, aunque pudieron rescatar la de primera minoría.
Mala situación se presenta en Veracruz, donde han encontrado cuerpos en diversos puntos del estado, periodistas asesinados; mal manejo político y administrativo han fomentado la crisis que vive esa entidad, donde triunfó Josefina Vázquez Mota.
Nuevo León es un claro ejemplo del rechazo hacia el gobernador Rodrigo Medina de la Cruz.
La entidad la ganó Josefina, como también lo hizo en la vecina Tamaulipas, donde Egidio Torres Cantú no ha gobernado como se esperaba y ya pasó por administraciones cuestionadas como las de Manuel Cavazos, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández.
En Tamaulipas le fue mal al PRI, ya que perdieron la mayoría de las diputaciones federales y las dos senadurías de mayoría. Sin embargo, Egidio está fuera del círculo cercano del candidato presidencial.
De los otros gobernadores priístas que perdieron la elección presidencial o las senadurías, la mayoría se encuentra distante del círculo cercano a Enrique Peña.
Andrés Granier Melo termina su mandato en Tabasco el próximo 31 de diciembre. Mariano González Zarur se encuentra en su segundo año de gobierno en Tlaxcala, pero enfrenta una serie de problemas que le pueden repercutir el año próximo en la celebración de los comicios locales.
Tlaxcala es junto con Baja California los dos únicos estados que no proporcionan senadores a su partido, sea de mayoría o de primera minoría.
Carlos Lozano de Aguascalientes, es otro que no guarda aprecio de sus gobernados, los que consideran como una gran equivocación haberle dado el respaldo en las urnas hace dos años.
Tan es así que su adversario panista en aquel entonces, Martín Orozco, resultó ganador de una de las dos senadurías de mayoría por esa entidad.
En Coahuila, gobernada por Rubén Moreira, el candidato presidencial consiguió mayoría, aunque los dos senadores perdieron y hubieron de conformarse con la primera minoría.
Por eso, no son pocos los que se cuestionan quiénes seguirán los pasos de hace 24 años, cuando Xicoténcatl Leyva, Mario Ramón Beteta y Luis Martínez Villicaña, entre otros, sufrieron los estragos de la debacle priísta.