Andrés Olguín Mata
¬ José Antonio López Sosa viernes 20, Jul 2012Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
¿Quién dice que la docencia en México está perdida?
Quizá en los sitios más remotos o más cercanos existen verdaderos maestros, no todos obedecen al común denominador que priva en el país, existen verdaderos profesionales que dedican su vida a la docencia y logran marcar las vidas de cientos de personas a través de sus enseñanzas, de sus experiencias y sobre todo, de la capacidad para compartir cosas realmente útiles en la vida.
El pasado 18 de julio falleció a los 53 años de edad un gran maestro, Andrés Olguín Mata.
A numerosas generaciones nos marcaron sus enseñanzas y sobre todo, nos mostraron desde la adolescencia que existen verdaderos maestros con vocación, que la generalidad no representa lo absoluto, que existen personas dedicadas a una de las labores más nobles del mundo: enseñar a otros seres humanos con responsabilidad, vocación y pasión.
Aún recuerdo a mis 13 años cuando en el Colegio Francés-Hidalgo el maestro Andrés Olguín se jugó el trabajo por ser honesto con sus alumnos, me tocó presenciar uno de los episodios más desagradables del que tengo memoria: el director y dueño del colegio, don Ismael Tapia Díaz corrió a gritos frente a más de 50 alumnos a nuestro maestro Olguín Mata por una confusión e injusticia.
Andrés con todo el profesionalismo que le caracterizó calló y salió, pero nunca dio la razón a quien no la tenía, ese valor a muchos nos quedó arraigado hasta hoy.
Más adelante la vida llevó las cosas a su lugar y de nueva cuenta volvió a dicho colegio a la docencia, años más tarde me tocó ser su compañero de trabajo –yo administrativo en relaciones públicas, él docente—y de nueva cuenta tuve la fortuna de contar con sus enseñanzas en otro ámbito, lo mismo que decenas de personas que trabajamos junto a él.
Como a casi todos los buenos maestros en México, ni su colegio al que tanto quiso ni por el que tanto trabajó, ni escuela alguna le hicieron justicia en ingresos, prestaciones o garantías laborales.
Sin lugar a duda el maestro Andrés Olguín Mata, un verdadero garbanzo de a libra, uno de esos maestros de vocación que no obstante la injusticia permanente del sistema educativo público y privado, nos marcó a muchos, nos enseñó y nos dejó un legado que tiene que ver con la honestidad, veracidad y rectitud.
A pesar que las materias que impartía, eran física y matemáticas, sus enseñanzas fueron en otro sentido, en cómo salir adelante en la vida siempre con la cabeza en alto.
De luto estamos quienes hoy le recordamos y mantendremos sus enseñanzas presentes a diario.
Descanse en paz mi querido maestro Andrés Olguín Mata.
¿Quién dice que la docencia en México está perdida?
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