Y lo que falta
¬ Juan Manuel Magaña martes 17, Jul 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Toda la energía política se ha realineado para estos cuatro meses y medio que le quedan al sexenio y que podrían ser importantes para la historia del país.
Mientras el Tribunal Electoral recibe ya toda clase de inconformidades con los resultados de las elecciones, por su parte el IFE ha solicitado información sobre 400 cuentas que considera sospechosas a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
El tribunal deberá pronunciar su fallo a más tardar el 6 de septiembre.
A su vez, el candidato Andrés Manuel López Obrador ya impugnó oficialmente la elección presidencial y para esta semana se espera que explique en qué consistirá su sorpresivo Plan Nacional para la Defensa de la Democracia.
Si bien ha dicho que en todo momento se actuará con apego a derecho, por la vía pacífica y sin dar pretexto para que “los violentos nos acusen de violentos”, también se sabe que sí habrá movilización al Zócalo bajo la forma de una “asamblea informativa”, que podría ser este domingo.
Del lado del priísta Enrique Peña Nieto han sido designados tres de sus hombres de confianza para hacer frente a la actual crisis poselectoral. Revisan la impugnación y esperan más definiciones no sólo de parte de AMLO, sino del gran obstáculo que ahora les representa el movimiento #Yosoy132 y las cerca de 300 organizaciones sociales que han formado un solo bloque. Y precisamente de este bloque salieron antier los datos.
Representantes de cada uno de esos grupos aprobaron casi en su totalidad una amplia agenda de acciones para evitar, ni más ni menos, que Peña asuma la presidencia.
El momento cumbre del plan sería el 1 de diciembre, cuando mediante un cerco al Congreso se trataría de impedir la toma de protesta del priísta, en caso de que el tribunal electoral apruebe la elección impugnada principalmente por Andrés Manuel López Obrador.
Llama la atención que el plan de acción general no centre su fuerza en que el tribunal invalide o anule los comicios. Parece que la resistencia no se engaña y da por hecho que los magistrados no serán obstáculo sino componente de “la imposición” de Peña Nieto.
Por eso las organizaciones convocarán a marchas en todo el país, lo mismo para el 22 de julio, que para el 22 de octubre. Y de pasada tomarán las instalaciones de Televisa en todo México el 27 de julio, día de la inauguración de los Juegos Olímpicos de Londres.
El 1 de septiembre realizarían la Jornada de Lucha Nacional contra la Imposición, con una movilización del Tribunal Electoral a la Cámara de Diputados para protestar contra el Sexto Informe de Felipe Calderón, y contra la toma de posesión de senadores y diputados federales.
El 6 de septiembre, día límite para que el Tribunal califique la elección, habría otra jornada con tomas, bloqueos y liberación de plumas en casetas de autopistas.
El 15 y 16 de septiembre, las plazas públicas de todo el país serían tomadas al grito de “¡Viva México sin PRI”. Y el 2 de octubre -día de la masacre de 1968- habrá un paro nacional estudiantil y una serie de marchas.
Puede verse perfectamente que de aquí al 1 de diciembre, con una nueva crisis poselectoral, el país queda convertido en una enorme marmita de presión con muchas probabilidades de que con un gran hervor reviente.