Los parásitos del PVEM
¬ Juan Manuel Magaña martes 10, Jul 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
El PRI llevó en el pecado la penitencia por dejar que el Partido Verde lo parasitara.
Con el afán de sumar y proyectar una imagen más robusta rumbo a la elección federal, el PRI se alió con un partido de juniors que no representa nada más que una boca voraz qué mantener con el dinero público.
Se trata de un grupo de simuladores del ecologismo que no ha vacilado en usar el recurso de la propaganda engañosa y demagógica, como aquella en la que pedía la pena de muerte para secuestradores, sólo por el hecho de lucrar con una fibra sensible de la población asolada e irritada por dicho delito.
El caso es que, para mayor seguridad, el PRI prefirió ir en coalición con esa franquicia bajo el supuesto de que algo le podría aportar o atrapar con semejantes mañas.
Pero no imaginó que eso iba a ser contraproducente.
Resulta que la liga electoral entre ambos partidos generó una confusión tal en algunos estados que terminó por costarle al PRI un millón de votos y espacios en el Congreso de la Unión, de acuerdo con estimaciones del cómputo distrital que realiza el IFE.
La explicación es que ni el PRI ni el PVEM pudieron aclarar a los votantes que en 101 distritos electorales, correspondientes a 12 estados, no contendían en alianza, y que en ellos no fueran a cruzar los dos emblemas, sino sólo uno.
Y es que la alianza suscrita sólo aplicaba en 199 de los 300 distritos electorales del país, en los que, ahí sí, el votante podía cruzar uno o los dos logotipos de dichos partidos.
En aquellos 101 distritos sin alianza la gente se puso a tachar en la misma papeleta los emblemas del PRI y del PVEM y eso condujo a la anulación del sufragio.
Se reporta que la merma hará que el PRI pase de 237 diputados a sólo 207 en la próxima Legislatura. Y que en el caso del Senado, el golpe afecta Sonora, Oaxaca, Yucatán, Sinaloa, Morelos, Aguascalientes y Baja California Sur.
Aunque se advierte que estos cálculos pueden variar debido a las impugnaciones en los distritos, de todos modos ese será más o menos el costo impensado de esa alianza.
La mala suerte le quita al PRI un motivo más para festejar.
Es obvio que actuó, al igual que el PVEM, con una mentalidad gananciosa y, por eso, el revés no deja de tener algo de justicia divina. Ya no tendrá mayoría simple en ninguna de las dos cámaras, aunque sí será la primera fuerza.