Alternancia
Ramón Zurita Sahagún jueves 5, Jul 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
En México es cada vez más frecuente el fenómeno de la alternancia, el que se está enraizando como parte de la cultura democrática del país.
En 12 años, los ciudadanos han optado por ir del centro a la derecha, para regresar a la derecha, en el ámbito federal, mientras que en lo estatal, han pasado del centro a la izquierda o a la derecha o de esta a la inversa.
Los cambios en los gobiernos estatales con cada vez más frecuentes y de las siete entidades que eligieron gobernantes el pasado 1 de julio, solamente en tres de ellas, ganaron los partidos gobernantes.
En las otras cuatro se produjo la alternancia, con resultados inobjetables en unos y otros. ¿Cuáles son las razones que provocan este constante intercambio de siglas?
Tal vez la respuesta más simple sea el hartazgo ciudadano, al comprobar que las autoridades no responden a los ofrecimientos de campaña y que el bienestar ofrecido queda solamente en promesas lanzadas al aire.
Otra de las razones es que advierten la omisión de sus gobernantes para combatir la delincuencia y los abusos que se cometen desde las altas esferas del poder público.
El ciudadano muestra que ya no acepta imposiciones y que sabe elegir en las urnas al mejor candidato o, en ocasiones, al menos peor.
La diferenciación del sufragio es una de las lecciones aprendidas por los ciudadanos que ponen más en vigencia en el momento de votar, lo que les permite seleccionar entre la amplia gama de candidatos a los que respaldan en cada una de las posiciones en disputa. Lo sucedido en Chiapas, Jalisco, Morelos y Tabasco, es una prueba de la decisión ciudadana por cambiar y dar la oportunidad a otro partido, en espera de que las cosas cambien.
Con Chiapas y Jalisco se produce el regreso a lo ya conocido, la vieja fórmula que gobernó durante siete y seis décadas y media, respectivamente, luego de dos y tres administraciones ajenas al tricolor, respectivamente.
El caso Chiapas es sumamente curioso, ya que el PRI ganó con un candidato ajeno (Manuel Velasco Coello), en alianza con el Partido Verde, situación que le había ocurrido al tricolor hasta dos ocasiones en esa entidad. Pablo Salazar (hoy en la cárcel) y Juan José Sabines, fueron militantes priístas de toda la vida, hasta que su partido no los postuló y optaron por abandonarlo y pasarse a las filas de la izquierda. En esta ocasión, María Elena Orantes hizo lo propio, pero los electores ya conocían el truco y la rechazaron.
Con lo que no contaban es que tras la figura de Velasco Coello se encuentra el propio gobernador Sabines, al que repudiaron en las urnas.
Jalisco es otro estado en el que los electores optaron por el regreso a la vieja fórmula, la ya conocida.
Fueron tres administraciones panistas, las que consecutivamente gobernaron el estado, considerándose la peor de ellas, la actual, por los exceso de todo tipo cometidos por Emilio González Márquez.
El nuevo gobierno será de filiación priísta y tendrá que responder a las necesidades de una población golpeada por la violencia y la insatisfacción por la pobre respuesta a sus necesidades.
Los otros dos estados que fueron por la alternancia son Morelos y Tabasco, entidades jamás gobernadas por la izquierda.
En Morelos ya tuvieron la oportunidad los priístas, durante 70 años y los panistas por 12, por lo que será una prueba de fuego para la izquierda el poder convencer a la ciudadanía con un cambio verdadero.
Graco Ramírez Garrido es un político forjado en la izquierda, sin militancia de otro tipo, que transita por los partidos de izquierda desde la década de los 70 y que en cuando menos cuatro ocasiones ha fungido como legislador federal, diputado y senador.
Luchador social que encabezó una cruzada en Morelos, a finales de los noventa, para exigir seguridad y la destitución del gobernador Jorge Carrillo Olea, lo que consiguió con el respaldo popular. Su principal reto será terminar con la corruptela entre autoridades y delincuencia, que en Morelos tiene su máxima expresión.
Las otras tres entidades en las que los ciudadanos optaron por continuar otorgándole un voto de confianza al partido gobernante son Distrito Federal, Guanajuato y Yucatán.
En esas tres entidades los partidos gobernantes, muestran la pluralidad reinante en el país, ya que el primero es gobernador por el PRD, el segundo por el PAN y el tercero por el PRI.
La capital refrendó su confianza en la izquierda que gobierna desde hace 15 años; Guanajuato goza de las administraciones panistas desde hace 21 años y Yucatán, ya pasó por un período de alternancia (el PAN gobernó seis años), pero los ciudadanos optaron por volver a la senda del priismo El mosaico de las entidades federativas del país queda de la siguiente forma: 21 estados gobernados por el PRI (Aguascalientes, Colima, Campeche, Chihuahua, Coahuila, Durango, Hidalgo, Jalisco, México, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas). Chiapas en alianza con el PV; cinco por la izquierda (Distrito Federal, Tabasco, Morelos, Guerrero y Oaxaca), cinco por el PAN ( Baja California, Baja California Sur, Sonora, Puebla y Guanajuato) y uno cuyo gobernante se considera independiente (Sinaloa).
RECUENTO DE VOTOS
El recuento de votos que aplica el IFE en el 33 por ciento de las casillas electorales, podrá mostrar un nuevo equilibrio de fuerzas, toda vez que en muchos distritos del país e incluso en el senado, se establecieron diferencias mínimas entre los candidatos de los diversos partidos.
No sería raro que en algunos de ellos se detecten anomalías o irregularidades que modifiquen el resultado arrojado por el PREP.