Derrota mayúscula
¬ Augusto Corro miércoles 4, Jul 2012Punto por punto
Augusto Corro
El propio líder de Acción Nacional, Gustavo Madero, reconoció la derrota mayúscula de su partido en los comicios recientes.
Los panistas perdieron la Presidencia de la República, las gubernaturas de Jalisco y Morelos, así como las delegaciones defeñas de Miguel Hidalgo y Cuajimalpa.
En la Cámara de Diputados pasará a ser tercera fuerza. En fin, ocurrió la debacle para el partido blanquiazul que perdió el rumbo desde que llegó a Los Pinos en el 2000.
Al referirse al resultado de las elecciones, Madero dijo:
“Es un día que lamentamos mucho los panistas, es una derrota mayúscula en el terreno electoral que nos obliga a reflexionar, a revisar qué es lo que hemos hecho, qué nos ha alejado de la confianza de los ciudadanos”.
Para empezar, lo que alejó a la gente del PAN fue la insensibilidad del gobierno federal, encabezado por Calderón, para atender los reclamos y necesidades de una sociedad que no encuentra la salida a tantos problemas.
Desafortunadamente, los gobiernos de los blanquiazules nunca se plantaron en la realidad que vivimos los mexicanos.
La guerra fallida contra el narco, la falta de empleos y el incremento de la pobreza fueron revisados por los electores el 1 julio: la política de Calderón fue reprobada.
La aspirante presidencial, Josefina Vázquez Mota, participó en la contienda electoral sin los elementos que la apoyaran para conseguir la victoria.
En Jalisco, los panistas fueron vapulados por el Revolucionario Institucional. Los jaliscienses al fin pudieron sacudirse al gobernador Emilio González Márquez y su pantomima de gobierno.
En Morelos, sucedió lo mismo. Los morelenses llevaron a la victoria a Graco Ramírez, un vividor de la política perredista.
Los morelenses, cansados del pésimo gobierno del panista Marco Antonio Adame, se inclinaron por Graco, el dizque líder perredista, enemigo emboscado de López Obrador.
En el Distrito Federal, Acción Nacional ni siquiera figuró.
Extrañamente, los blanquiazules se olvidaron de la capital. Su intento de competencia electoral fue nulo. La candidata panista al gobierno del DF, Isabel Miranda de Wallace, mostró empeño y coraje; pero Madero no lo entendió. La dejaron sin apoyo, la abandonaron. ¿Cómo iba a ganar?
Madero, tiene mucha razón al decir que la derrota de su partido fue mayúscula y rechazó que vaya a renunciar a la presidencia de Acción Nacional.
Sobre este tema, el líder blanquiazul no debe preocuparse. Ya tiene suficientes enemigos políticos que quieren verlo muy lejos de la dirigencia y piden su cabeza.
El próximo 11 de agosto, en plena cruda de la derrota, se reunirá el Consejo Nacional del PAN para analizar la agenda legislativa y a preguntarse lo que ya saben: los motivos de su estrepitosa derrota política. Por cierto, no se vale culpar a otros, cuando está más que visto quiénes fueron los responsables de la derrota del blanquiazul.
Esto viene a colación, porque Madero dijo que militantes del PAN consideran echar del partido al ex presidente Vicente Fox: “un grupo de panistas ya tienen preparada una solicitud de expulsión del guanajuatense”.
Cabe recordar que el ex mandatario convocó a cerrar filas en torno al candidato priísta, Enrique Peña Nieto, lo que provocó el enojo de los panistas. ¿Correrá Fox la misma suerte que su incondicional Manuel Espino? Parece que esa amenaza de Madero tiene sin cuidado a Fox, quien disfruta en Europa su cumpleaños número 70.
A REPARTIRSE LOS RESTOS
A pesar de que Acción Nacional quedó tan maltrecho, su liderazgo es ambicionado por diferentes grupos de panistas. No es nueva la división en esa organización política. En el presente, son dos los grupos más representativos que pugnan por controlarlo: el de Calderón y el que encabeza Fox.
Tiene la ventaja Calderón porque colocó a su gente en el Senado y en la Cámara de Diputados. Su delfín, Ernesto Cordero, como senador; y José González Morfín, en San Lázaro. A Fox lo ayudaría que Santiago Creel fuera designado presidente del comité ejecutivo nacional del PAN.
Aunque la lucha parece dispareja, quien ofrece una imagen negativa es Calderón por la cadena de derrotas de su partido. El michoacano no pudo superar la ambición política de actuar como presidente de la República y dejar de entrometerse en el PAN.
Por esta misma razón, la derrota mayúscula de su partido el 1 de julio se le adjudica a Calderón, como máximo dirigente panista.
Para cualquiera de los dos (Fox o Calderón) no será fácil la reconstrucción de su partido. El PAN sufre la peor tragedia de su vida política. El encargado de recoger los restos del partido tendrá que realizar una tarea titánica para echarlo andar. Algo parecido a resucitar un cadáver.
En fin, Madero y Calderón ya tendrán tiempo suficiente para repartirse las culpas de la derrota mayúscula.
Finalmente, la pregunta obligada: ¿Utilizará Calderón su poder para investigar la riqueza inexplicable de los hijos de Martha Sahagún? Conste que sólo se trata de una pregunta.