Calderón va por expulsión de Fox
* Especiales, Roberto Vizcaíno miércoles 4, Jul 2012Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Los panistas que aún quedan dentro de AN, intentarán reagruparse y venderse muy caro
- López Obrador reedita con otros métodos y ante otras circunstancias el conflicto del 2006
- Las señales de guerra del tabasqueño tienen nerviosos a los otros candidatos del PRD
Con el Partido Acción Nacional desecho en sus manos, el presidente Felipe Calderón va ahora tras la expulsión del ex presidente Vicente Fox, para así intentar justificar y responsabilizar a otros del desastre electoral que él mismo provocó.
Anunciada desde días antes del domingo 1 de julio, la defenestración de las filas panistas e inculpación del guanajuatense, finalmente la echará a andar Calderón a través de Óscar Martín Arce Paniagua, presidente en turno de la Cámara de Diputados.
Arce Paniagua, un abogado bajacaliforniano que no ha ocupado más cargos que el de regidor, secretario de agencias del Ministerio Público y la Subsecretaría de Gobierno en BC, se sacó la lotería política hace un mes al ser nombrado inesperadamente presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados para cubrir ese encargo durante los últimos meses de la actual legislatura que concluye el último día de agosto.
Como en este período ya nada ocurre en esa cámara, nadie reparó ni se opuso a la designación de Arce Paniagua.
Ahora Calderón lo usa para iniciar el proceso de expulsión del ex presidente Vicente Fox de las filas de Acción Nacional.
Engallado por la hazaña que va a encabezar, el diputado Arce Paniagua presentará su petición contra Fox ante el CEN del PAN, por considerar que el guanajuatense ha violado gravemente los estatutos internos de su partido.
En primer lugar expondrá en su documento petitorio que se considere que Fox incurrió en una violación imperdonable al llamar a los panistas a votar por el priísta Enrique Peña Nieto, en lugar de la candidata presidencial blanquiazul Josefina Vázquez Mota.
Esta convocatoria se agrava al decir que ir a los mítines de la panista era perder el tiempo, ya que sólo un milagro la haría ganar.
EN LOS PINOS
Casi al mismo tiempo, en Los Pinos se reunían el propio Calderón con la candidata presidencial perdedora Josefina Vázquez Mota –quien fue la primera en llegar-; con los gobernadores de Sonora, Guillermo Padrés y el de Morelos Marco Antonio Adame
Por ahí llegó el senador José González Morfín, líder de la bancada del PAN en San Lázaro; el controvertido abogado Diego Fernández de Cevallos (el Jefe Diego, le decía Carlos Salinas), ex diputado, ex senador y ex candidato presidencial; el ex secretario privado de Calderón y ex candidato perdedor en el Estado de México, Luis Felipe Bravo Mena, así como el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré.
En ese cónclave de examen y análisis del proceso electoral, estuvieron también Gustavo Madero y Cecilia Romero, presidente y secretaria general del PAN, respectivamente.
Al parecer el acuerdo interno fue no sólo repudiar y expulsar a Fox, sino lanzar a Josefina Vázquez Mota como un catalizador para recuperar espacios a través de liderar desde la oposición a quienes emitieron más de 12 millones de votos a su favor.
Otro acuerdo fue el de buscar coordinadores fuertes para las próximas bancadas panistas en el Senado y la Cámara de Diputados a fin de vender caros sus acuerdos con el PRI y otras fuerzas.
AMLO Y SU ALUCINE
Con la amarga experiencia del conflicto poselectoral de 2006, y de sus funestas decisiones al cerrar Reforma, tomar el Zócalo y obstruir casi hasta la inconstitucionalidad y la violencia la transición de poderes, para finalmente erigirse como Presidente Legítimo, Andrés Manuel López Obrador sigue hoy otra ruta con el mismo objetivo: buscar la anulación del proceso electoral que da ahora como ganador al priísta Enrique Peña Nieto.
Con más de 3 millones de votos debajo del priísta, el tabasqueño comienza a crear el clima mediático al sembrar dudas y lanzar acusaciones temerarias fuera de la Ley.
Dice que su acción se ajustará a Derecho, pero al mismo tiempo ordena a los suyos dentro de los 300 distritos en el país a obstruir el conteo de actas y votos que iniciará hoy, y así llevar el proceso al extremo de la exasperación y la locura para obligar hasta donde sea posible la apertura de todas las urnas y el recuento de t-o-d-o-s los votos.
En forma adicional mueve los hilos del grupo de pseudo estudiantes #Yosoy 132 para que realicen movilizaciones, tomas, cierres de instalaciones en un desesperado intento por crear un mártir que le de un nuevo aire a este movimiento e involucre a otros sectores, como el de los electricistas, trabajadores universitarios, mineros, vendedores ambulantes y otros muchos a fin de crear un clima de ingobernabilidad.
La oreja de todo esto la mostró ayer su aliada, la secretaria general del PRD y esposa de René Bejarano, Dolores Padierna quien confirmó que su partido está más que listo y preparado para realizar las movilizaciones masivas que sean necesarias a fin de ir tras la defensa del voto del candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador.
“(Estamos listos) para sumarnos a movilizaciones masivas, pero de momento no lo estamos haciendo, ya que estamos centrados en la defensa del voto en las sesiones de cómputo, en la judicialización del proceso (…) pero estamos en alerta máxima”, indicó.
Padierna comentó que “se vienen momentos de alta tensión en el país, porque hay muchas expectativas todavía de que se pueda limpiar la elección”.
Por si hiciera falta entender la vinculación que existe entre el círculo de López Obrador con los estudiantes que se han manifestado desde hace varias semanas, aprovechó la entrevista para felicitar al movimiento #YoSoy132 “por ese valor civil” y para decirles –y decirnos a todos los mexicanos– “que nosotros estamos preparados para que en cualquier momento que nuestro candidato presidencial diga podernos sumar a movimientos públicos o marchas masivas”.
La esposa de Bejarano explicó que el proceso de “limpiar el voto” busca nada más y nada menos que “revertir 3 millones de votos anulados a López Obrador, así como evidenciar la ‘compra’ del sufragio, las constantes irregularidades y la intervención de los poderes fácticos”.
A su vez López Obrador anunció que exigirá recontar voto por voto en al menos 133 mil 855 casillas.
En una nueva conferencia de prensa, el tabasqueño afirmó que en ese número de casillas los suyos se encontraron “con algún tipo” de inconsistencias. El reclamo lo hará a pesar de que sus propios representantes firmaron todas esas actas sin queja alguna o señalamiento de irregularidades.
“No es pedir ningún favor, es solicitar que se cumpla la ley. Por el bien de la democracia deben de contarse todos los votos para que no queden en duda”, dijo en un tono que busca soportar lo que piensa hacer.
Su obvia intención es hacer válido el artículo 295 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, el Cofipe, que entre otras cosas indica que se dará el recuento si existen errores o inconsistencias evidentes en los distintos elementos de las actas; o si el número de votos nulos es mayor a la diferencia entre los candidatos ubicados en el primero y segundo lugar; o que todos los votos hayan sido depositados a favor de un mismo partido o cuando exista indicio de que la diferencia entre el candidato presunto ganador y el que haya obtenido el segundo lugar en votación es igual o menor a un punto porcentual.
En la misma conferencia López Obrador insistió en que además de todo, se dio una exorbitante compra de votos y una aplicación escandalosa y multimillonaria de dinero en los medios de comunicación, sin precisar a cuales se refería.
Insistió en que él no puede ni va a aceptar los resultados oficiales de la contienda presidencial que dé a conocer el IFE y el TRIFE, que dan la ventaja al priísta Enrique Peña Nieto.
Es decir, lo mismo de hace 6 años pero ahora con el ingrediente de pretender mandar a la guerra a los estudiantes y a otros grupos de inconformes.
Esta nueva versión del 2006 mantiene sin embargo a la expectativa a los otros candidatos ganadores como Miguel Mancera, Graco Ramírez y Arturo Núñez, quienes se verían confrontados por un conflicto poselectoral que pusiera en duda o en riesgo sus propias victorias.
Otro preocupado, dicen, es el Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard, quien ve cómo López Obrador y sus guerreros caminan a contaminar la ciudad de México con otra nueva ola de violencia poselectoral que no pocos consideran una locura más del tabasqueño.