De la imaginación al cine, y viceversa
* Especiales, Cine viernes 9, Abr 2010Vértebras del cine
Luis Diego Hernández Romero
Evitando la pérdida de la versatilidad al momento de interpretar historias, llega finalmente a las pantallas comerciales El Imaginario Mundo del Dr. Parnassus, la última fantasía concretada por el realizador Terry Gilliam y que esconde una serie encantos dentro y fuera de su línea argumental.
Gilliam ha forjado su estilo a través del juego entre planos de realidad y dimensiones espacio-temporales. Características visibles en películas como Doce Monos, Brazil y Tideland. El Imaginario Mundo del Dr. Parnassus no se convierte en la excepción, y se sitúa narrativamente en una pequeñita compañía teatral liderada por el milenario Dr. Parnassus, quien junto a su hija, Valentina, su fiel compañero Percy, y Anton, un joven ilusionado, presentan un espectáculo ambulante en el que un participante del público se introduce en un espejo mágico capaz de materializar sus sueños y fantasías.
Durante su quasi eterna vida, el Dr. Parnassus ha librado un par de encuentros con el Diablo, quien lo ha atrapado con truculentas apuestas que amenazan con separarlo de la joven Valentina. Cuando parece no haber oportunidad para seguir permaneciendo juntos, un misterioso hombre aparece como presagio de buena fortuna. Se trata de Tony, quien se coloca como el ingrediente agridulce de la trama y de la historia de la realización de la cinta, pues este personaje es interpretado por el inmortalizado Heath Ledger.
En realidad, El Imaginario… se convierte en la última película del actor, y que de hecho, no concluyó la totalidad de las escenas previstas, por lo que Gilliam tuvo que reacomodar su guión de modo que pudiera terminarse el rodaje sin la presencia del actor. Además de esto, los actores Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell interpretan a Tony en sus diferentes facetas durante los viajes que realiza dentro del fantástico mundo imaginario del Dr. Parnassus.
No hay cabida para una explicación racional dentro de esta película, pues la historia entera se funda en metáforas que representan aspectos esenciales de la vida humana, por ejemplo, la relevancia de los sueños al momento de la toma de decisiones, o el temor a la fatalidad inmanente al constante paso del tiempo. Pero quizá el nodo más bello de la cinta sea la preocupación por recalcar el papel que juegan las historias contadas, aquellos mitos, aparentemente invisibles, que forjan y sustentan el mundo.
Indiscutiblemente, la película presenta otra forma de atravesar el mismo espejo de Alicia; el mundo de Atreyu en el que la imaginación se escapa del individuo y conforma una realidad que se mueve y obra por sí sola. El Imaginario Mundo del Dr. Parnassus comienza con una trama bastante sólida, como lo es la lucha entre el bien y el mal, sin embargo, su exótico desenvolvimiento, transforma esa solidez en múltiples ramificaciones que se diluyen de acuerdo a los intereses propios de cada personaje.
El entramado se estira a tal grado que el espectador no sabe por dónde rayos está caminando y mucho menos hacia dónde se dirige, tal y como sucede en cualquier sueño. Así uno llega a comprender los motivos por los que casi nadie se atrevía a apostarle a la distribución de este proyecto que, incluso a sabiendas del furor que podía manejarse a raíz del inesperado fallecimiento de Heath Ledger, Gilliam tuvo que promover, casi independientemente, dentro de los festivales de cine alrededor del mundo.
Cuadro por cuadro
La Fox planea resucitar la post-apocalíptica saga de El Planeta de los Simios, con la filmación de una película más, que sin ser propiamente una secuela o precuela de las clásicas, planea proponer toda una nueva saga. *** Vincenzo Natali, director de El Cubo, ahora propone un proyecto titulado Splice, en el que tras un experimento genético, surge una amenazante mujer cuyo ADN es una mezcla entre animal y humano, por si fuera poco, la cinta ha sido producida Guillermo del Toro.