La prensa internacional difunde triunfo de Peña
Roberto Vizcaíno martes 3, Jul 2012Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Las primeras planas de los principales y más influyentes diarios reportaron este proceso
- Algunos fueron críticos, pero en su mayoría publicaron notas amplias sobre México
- AMLO se aferra al rechazo y a ir por la vía del conflicto, pero los suyos lo contienen
Hay la idea de que México no le importa al mundo. Bueno, cuestiones importantes que ocurren en nuestro país, ni siquiera son registradas por los pequeños diarios o medios de Estados Unidos, país con el que tenemos 3 mil kilómetros de frontera y donde viven más de 10 millones de compatriotas en forma indocumentada.
Para el mercado más importante del mundo, nada importa que nuestro comercio dependa casi absolutamente de ellos.
Pero resulta que de repente nos damos cuenta que eso es quizá una percepción equivocada y que a lo mejor sí importamos para ellos.
Sólo así se entiende que ayer los mayores medios no sólo de Estados Unidos, sino de Europa y el resto del mundo se hayan ocupado de nuestras elecciones y del triunfo del priísta Enrique Peña Nieto, cuya foto, sonriente, al lado de su bella esposa, Angélica Rivera, apareció en prácticamente todas las portadas de los más influyentes diarios, esos de gran tiraje como “The New York Times”, “The Wall Street Journal” y “The Washington Post”, además de “Los Ángeles Time”.
Ni qué decir que las grandes cadenas de televisión como Fox, CNN y CBS dedicaron importantes espacios de sus reportes noticiosos para documentar el gane de Peña Nieto por sobre Andrés Manuel López Obrador, Josefina Vázquez Mota y Gabriel Quadri.
Prácticamente todos los portales electrónicos de estos y otros muchos medios, dejaron buen espacio y tiempo a esta noticia.
Los diarios “El País” y “Le Monde” abrieron sus ediciones con amplios reportes sobre el regreso del PRI al poder luego de 12 años en la oposición.
Más cercanos a nosotros, los grandes medios latinoamericanos como son los de Chile, Venezuela, Brasil y Uruguay así como “El Clarín”, de Argentina, y “El Comercio”, de Perú, siguieron paso a paso el proceso del cual surgió victorioso el mexiquense Peña Nieto.
Prácticamente todos ellos retoman el hecho de que el PRI perdió la Presidencia en el 2000 luego de haber gobernado y conducido a México durante poco más de 70 años, lapso en el que se registraron los más importantes deterioros y conflictos sociales, y donde se propició la corrupción y un ejercicio de poder ajeno a la democracia.
Es así que la importante cadena de televisión inglesa, la BBC de Londres, de plano habla del triunfo de Enrique Peña Nieto como el “el regreso de los dinosaurios del PRI”.
El diario socialista francés “Libération” indica por su parte que “Enrique Peña Nieto, (representa) el rostro televisivo de un viejo y controvertido partido” en tanto que el portal del diario alemán “Der Spiegel” encabeza su información calificando a Peña Nieto como el “señor Telenovela”.
Sin embargo, no todos los medios son tan irónicos o críticos y buena parte de ellos hace un esfuerzo para explicarles a sus lectores y conciudadanos lo que representa la sucesión presidencial en México y dan cuenta de las potencialidades de este país de 110 millones de habitantes y un PIB per cápita no tan despreciable.
El recorrido por la prensa internacional deja en claro que hoy México representa un punto de interés para otros muchos países y que al desplegar una amplia cobertura a lo ocurrido aquí el domingo, se muestra que hay un foco de atención respecto de la importancia que tiene para otras sociedades nuestra paz social, tranquilidad y evolución democrática.
Y AMLO NO RECONOCE SU DERROTA
Andrés Manuel López Obrador anda inquieto. Fiel a su esencia y estructura, no acepta su derrota y advierte que impugnará el proceso electoral en el que Enrique Peña Nieto lo aventaja por al menos 3.5 millones de votos.
Al igual que en otros procesos en el pasado, el tabasqueño advierte que él no puede defraudar a sus seguidores y que por eso irá a cuanto tribunal e instancia legal tenga que acudir, para echar abajo esta elección.
Indicó que esto lo hará con base en el cúmulo de irregularidades que se dieron durante el proceso y debido a la inequidad con que se realizó.
En conferencia de prensa durante la tarde de ayer, López Obrador indicó:
“Se votó por Enrique Peña Nieto para mantener el régimen de corrupción, no tengo la menor duda de que eso significa el voto, y sí, sí la vamos a impugnar (la elección)”.
Durante la media noche del domingo para lunes, luego de que el presidente del IFE Leonardo Valdés diera a conocer que el priísta Enrique Peña Nieto adelantaba dentro del sondeo rápido a los otros tres candidatos, AMLO ya había indicado que él tenía “otros” datos y que por eso no reconocía los resultados dados a conocer por el IFE.
En ese momento indicó que esperaría al conteo oficial de los votos que por norma se hace el miércoles siguiente a la elección, para tomar una determinación.
Pero su ansiedad lo hizo olvidarse del miércoles y entonces citó a conferencia para ayer en la tarde.
Ahí subrayó:
“Fue avasallador el comportamiento de los aparatos gubernamentales. Nada más el IFE registró más de tres mil incidentes en casillas, muchos en el estado de México… y sí, sí las vamos a impugnar…
“No puedo respetar los resultados hasta no tener la plena certeza de que se respetó el voto de los ciudadanos”.
En la rueda de prensa se quejó de que el priísta Enrique Peña fue abiertamente favorecido por las televisoras mientras que rebasó los topes de campaña establecidos por el IFE.
“El candidato del PRI usó dinero a raudales, miles de millones de pesos de procedencia ilícita y rebasó por mucho lo permitido por la ley”, indicó en una especie de calentamiento de su anunciado conflicto.
Al interrogársele sobre dónde quedaba entonces el acuerdo de Civilidad firmado por él en el IFE, y en el que se comprometió a reconocer y respetar los resultados oficiales de esta elección, López Obrador respondió:
“En el mismo convenio se establece que se va a respetar la legalidad, yo no suscribí ese convenio para cancelar mis derechos como ciudadano.
“Y no puedo aceptar ninguna ilegalidad”, subrayó.
El tabasqueño indicó que su equipo cuidará el cómputo de los votos en cada distrito, a fin de tener la certeza de sus resultados.
“Vamos, como lo expresé, a dar seguimiento a todo el proceso establecido por ley. El miércoles se van a llevar cabo los cómputos distritales. Vamos a participar, vamos a pedir transparencia total, limpieza de todo el proceso. Vamos a pedir la revisión de actas y, en algunos casos, el conteo de boletas”, enumeró.
Al señalar que este proceso electoral fue a todas luces inequitativo y plagado de irregularidades, López Obrador amaga con estallar un conflicto poselectoral pero no sólo no encuentra argumentos más sólidos para hacerlo, sino que tampoco se atreve a reventarlo contundentemente porque hay otros elementos internos que se están interponiendo entre sus enormes ganas de irse contra el proceso.
Va a contar sustancialmente en su decisión final el triunfo de Arturo Núñez en la gubernatura de Tabasco y la de Graco Ramírez, en Morelos, así como la contundente victoria de Miguel Mancera en la Jefatura de Gobierno del Distrito Federal.
Le van a estorbar también los ganes de los candidatos del PRD, PT y Movimiento Ciudadano en las delegaciones capitalinas, en la Asamblea de Representantes y en las diputaciones federales y las senadurías.
¿Cómo va a impugnar la elección presidencial que corrió al parejo de los comicios donde todos estos candidatos lograron sus nuevos cargos? ¿Cómo afirmar que hubo irregularidades en el proceso donde estuvieron también las mismas urnas de estos ganadores?
Es por eso que López Obrador se encuentra hoy amarrado, contenido, rumiando, buscando la forma en que se puedan ir contra el proceso electoral sin afectar a los suyos.
Por el momento no tiene más que acudir a las conferencias de prensa que se van a ir agotando si él no pasa a la acción.
Y como en el pasado, poco a poco se va a ir quedando sólo porque de seguro ninguno de los otros ganadores pertenecientes al PRD, PT y al Movimiento Ciudadano van a exponer sus cargos para seguirlo en su terquedad, mientras el resto del mundo e instituciones reconocen la victoria de Peña Nieto por más de 3.5 millones de votos.