Hipocresía
Francisco Rodríguez miércoles 27, Jun 2012Índice político
Francisco Rodríguez
Mejor que nadie, la definió Gabriel Quadri. La llamó “zalamera”. Y, para que todos los televidentes corroboraran esa que es la faceta más destacable de Josefina Vázquez Mota, remitió a un video publicado en YouTube, donde la candidata presidencial panista llama “querida amiga” a quien ahora denuesta: Elba Esther Gordillo.
Zalamera, efectivamente. O, como definen los diccionarios, la candidata presidencial panista es una persona que, cuando le conviene, se muestra excesivamente cariñosa, que se pasa de mimosa, harto halagüeña, que es tan dulce que empalaga y acaba por repugnar.
Y repugnante, en efecto, resultó su participación en el dizque debate que, con el patrocinio del IFE, protagonizaron quienes aspiran a sentarse en La Silla a partir de diciembre próximo.
“Llegó con la espada desenvainada”, dijeron algunos medios con respecto a la actitud adoptada por la panista. “Ganó el debate”, se apresuraron a señalar otros.
Ni lo uno ni lo otro sucedió en realidad. Los “ataques” de Vázquez Mota a sus tres competidores fueron en realidad “refritos” —acomodados a su conveniencia—, de sucedidos, anécdotas o hasta infundios que desde hace tiempo son públicos. Igual el himno del PRI cuya autoría achacó doña Josefina a López Obrador. Nada novedoso, pues. Nada que no sea del dominio popular.
Peor le fue con su “ejercicio de imaginación” mujeril. De suyo confundida –cual lo muestra uno de sus primeros spots de campaña— con respecto al uso de faldas y pantalones, la descendiente de teziutlecos quiso dar un toque de feminismo a su participación y, en realidad, acabó descalificando a las mujeres.
Sometida a su mamá, dijo a una de las ficticias candidatas. A la otra, vanidosa, coqueta, muy pintada, adicta a las telenovelas. E identificó a una tercera como al común de las esposas: cariñosa por la mañana, distante, enojada y sin “ganas” de mantener relaciones sexuales por las noches. Clichés antifeministas y no otra cosa.
Pintarse la mano, de otra parte, es poco o nada pedagógico, cuando en millares de hogares y aulas educativas, padres de familia y maestros inculcan el uso de papel y no de la propia piel para hacer anotaciones o, como en su caso, decir cómo es que votará.
Más le vale que en el momento lo haga sobre la boleta y no sobre la palma de su mano, ¿no cree usted?
En el fondo, Vázquez Mota se mostró desesperada. Se sabe sola y abandonada. Víctima de un muy posible pacto de los priístas con Felipe Calderón.
Se antoja así, por ejemplo, que los ya reiterados llamados de Vicente Fox a dar utilidad al voto y sufragar a favor de quien él considera “el puntero” en las encuestas electorales, bien pudieran ser una medida concertada con el propio Calderón, no sólo ante la vertiginosa caída de “su” candidata, sobremanera para que los votos que originalmente estaban destinados a favor de la decepcionante Josefina no sigan yéndose a la buchaca lópezobradorista, cual ya reconocen ha sucedido.
Calderón y Fox, en ese tenor, estarían adquiriendo inmunidad y, sobre todo, impunidad, dado el caso de que el candidato presidencial priísta se levantara con el triunfo en los comicios del primer domingo del mes más próximo.
Tal explicaría, asimismo, que –cual se tenía previsto— desde Los Pinos no se haya incrementado el fuego cruzado en contra de los priístas que estelarizan los muy traídos y llevados “expedientes negros”, con los que Calderón trataría de conseguir y cumplir su compromiso de no entregar el poder a un priísta, de no ser él quien abra las puertas de par en par al feliz retorno del PRI a la residencia presidencial.
Aunque, dicen, mañana podría haber una sorpresa…
Con zalamerías, pues, no se ganan debates. Menos aún, la Presidencia de la República.
Índice Flamígero: Un lector con fuertes raíces y con sólidos contactos militares me escribe: “Hay una labor de zapa en contra del Ejército. Esta aviesa campaña de desprestigio que sufre nuestra gloriosa Institución, la han apuntalado los gobiernos panistas. Nunca en la historia de México se había denostado tan vilmente a los compañeros que alcanzaron el Generalato. Lo peor de todo es que sus principales instigadores son los esbirros de la Siedo, la PGR y la Secretaría de Seguridad Pública del ojete ese de García Luna, desde luego con la anuencia de los Pinos. De aquella casta de Generales: García Barragán, García Márquez, Gómez Cuevas, Bonifacio Salinas Leal y tantos otros que escapan a la memoria, sólo queda la añoranza del respeto y terror de los pinches políticos (que) ni se atrevían a cruzarse por su camino. Aquellos hombrazos, antes de verse humillados, eran capaces de auto-destruirse, pero nunca sufrirían la indignidad de verse acorralados por estas sabandijas logreras.” + + + Cada vez menos días. A la fallida Administración de Calderón ya sólo le restan 158 días de fracasos.