Nadie está seguro
¬ Juan Manuel Magaña martes 26, Jun 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Es un escándalo tras otro. Masacres, generales y políticos detenidos sin que les puedan probar algún crimen, captura espectacular del personaje equivocado. Ayer, balacera en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México con saldo de dos policías muertos en el acto y otro que nomás llegó al hospital y murió.
Esa es la imagen, ya no doméstica, internacional de México.
Ojalá nomás fuera del puro gobierno que ya va de salida, pero no: es de todo el país.
Las alertas de otras naciones a sus ciudadanos es “no vayan a México”, y no “cuando vayan a México eviten a su gobierno”.
Antes de escribir este texto, habían transcurrido ya diez horas de los hechos. Y no había ningún detenido ni certeza de qué había pasado.
Pura teoría. Que fueron policías corruptos que eran investigados por policías buenos en operaciones de narcotráfico en esa terminal 2.
Matan a tres policías en uno de los lugares que se supone son de los más vigilados, no de la ciudad ni del país, del mundo. Es un aeropuerto internacional.
Y esa es la policía que está a cargo en el lugar, que se pasea con toda prepotencia por la terminal y que por lo visto sólo sirve para presionar a automovilistas que aguardan a las afueras a los pasajeros que arriban desde múltiples destinos.
La tentativa de explicación es terrible. La SSP explicó en un comunicado que los elementos de la Policía Federal fallecidos investigaban en el AICM a presuntos agentes vinculados con el delito de tráfico de droga.
Sin embargo, al verse descubiertos, los elementos sospechosos dispararon contra los efectivos federales.
Ahora no fue una historia de policías contra narcos, sino de policías contra policías. Y todo termina en un inmenso fracaso.
Ni recuperan territorio de manos del narco. Ni le atinan a la presa. Ni trabajan con inteligencia. Ni han cambiado a la policía.
Diez horas habían pasado y nada. De qué sirve entonces que en las dos terminales del Aeropuerto Internacional haya más de 800 cámaras de seguridad de circuito cerrado, con lo que se supone no hay lugar que no esté cubierto visualmente.
De qué sirve que en esas instalaciones trabajen más de tres mil elementos de las diferentes corporaciones policiacas, tanto del gobierno federal como de la ciudad de México y de empresas de seguridad privada, si tranquilamente se puede balear a tres policías e irse.
Policía de clase mundial y operaciones de inteligencia, cómo no. Nomás son, dicen en mi barrio, como la policía china. Ya saben cómo, ¿no?