El engaño anuncia el conflicto
Roberto Vizcaíno lunes 25, Jun 2012Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Mientras Vázquez Mota actúa con prudencia y buen ánimo, López Obrador miente
- Habrá candados y observadores que impedirán un fraude o la compra de votos
- Beltrones afirma que este proceso no tiene nada que ver con el de 2006
Durante los últimos días de esta campaña, tanto Andrés Manuel López Obrador como Josefina Vázquez Mota se han dedicado a adelantar “su triunfo” en la elección del próximo domingo.
Uno y otra, así como sus equipos y partidos, saben sin embargo que en este proceso quien lleva la delantera por quizá entre 15 y 20 puntos, es decir, por entre 7.5 millones y 20 millones de posibles votos de diferencia, es el priísta Enrique Peña Nieto.
Claro, dirá usted, ellos -Vázquez Mota y López Obrador- no pueden declararse derrotados de antemano porque eso significaría claudicar, disminuir su votación. Tiene usted razón.
Pero una cosa es alentar y cuidar su voto, y otro es envenenar, engañar a los suyos haciéndoles creer se van arriba y que existe una maquinación de compra masiva de votos en los 20 estados con gobernadores priístas.
Es así que en esta contienda la panista Josefina Vázquez Mota es más prudente que el perredista López Obrador.
Ella reconoce que está a 6 puntos abajo del priísta (cuando en realidad está más que enterada que va 20 puntos abajo), y afirma que en los tres días que quedan de esta campaña lo alcanzará y rebasará.
Eso es comprensible, y es una muestra de que es más que evidente que Vázquez Mota sabe que va a perder, e intenta mantener lo más alto que puede el ánimo de los blanquiazules a fin de alcanzar el mayor número de sufragios para obtener el mayor número de senadurías y diputaciones federales. Es aplicar en la práctica el dicho de “que de lo perdido, lo que aparezca”.
Esta práctica es normal en toda contienda electoral.
Donde esto no ocurre, es en el espacio de Andrés Manuel López Obrador.
Este candidato lo que hace es engañar abiertamente a sus simpatizantes y sembrarles con ello el encono.
Esto pasa cuando afirma que todas las encuestas conocidas son un engaño para hacer creer a los ciudadanos que va a ganar Peña Nieto cuando quien va arriba en las preferencias del voto, es él, Andrés Manuel López Obrador.
Sólo que no dice quién hace sus encuestas ni precisa metodología.
Adicionalmente retoma un encuentro ocurrido hace una semana entre los 20 gobernadores de extracción priísta con la dirigencia de su partido, para hacer creer que ahí se les dio “línea” a los mandatarios a fin de cumplir con una cuota de compra de votos para garantizar el triunfo de Peña Nieto.
Y esta idea la reitera en cada mitin para “calentar” los ánimos de sus simpatizantes.
Así, si la elección la gana el priísta Peña Nieto, ese triunfo será producto de un fraude y él podrá lanzar a sus simpatizantes a una protesta a calles y plazas del país, cuando sabe que no existe tal irregularidad ni alteración del sufragio.
Y no lo podrá haber porque si Peña Nieto gana por varios millones de votos, sería imposible ocultar un fraude de tal magnitud.
Como usted sabe, hoy nadie puede votar fuera de la casilla que se le ha asignado de acuerdo a su domicilio y a un listado con nombre, dirección y fotografía del votante.
En cada casilla habrá no sólo funcionarios del IFE, sino representantes capacitados de cada partido, es decir, de cada candidato y en esta ocasión López Obrador tendrá cubierto un 92 por ciento de las 140 mil casillas que se colocarán en todo el país.
¿Cómo podrían votar millones de ciudadanos que vendieran su voto sin que al menos los representantes de AMLO no los detectaran?
Pero por si eso no fuese suficiente, López Obrador sabe que habrá al menos unos 30 mil observadores internacionales y nacionales, experimentados en detectar toda clase de chanchullos, es decir, casi mil por cada estado, que reportarán cualquier irregularidad.
¿Cómo podrían comprar los gobernadores del PRI millones de votos sin que se diesen cuenta estas estructuras de vigilancia?
¿Cuántos millones de mexicanos hay dispuestos a vender su voto? ¿Cuántos cientos o miles de pesos cuesta un voto? ¿Dónde están? ¿habrá algún lugar en cada estado, cada ciudad, dónde se junten los que venden su voto? ¿Cómo se les identifica? ¿lo sabe usted? ¿Lo sabe López Obrador? ¿Por qué no nos dice dónde, quiénes, en cuánto se compra y vende un voto… cuánto costaría todo este operativo?
En fin, el caso es que a unos cuántos días de la elección, López Obrador insiste en esta maquinación y provoca evidentemente una reacción emocional entre sus seguidores. Prepara así, obvia, cínicamente, el terreno del conflicto poselectoral manipulado, construido sobre una mentira.
Hay quienes afirman que el resultado, con una diferencia de millones de votos –tal como lo advierten casi todas las encuestas de las casas más serias y prestigiadas-, acortará el conflicto.
Pero la historia del tabasqueño indica que todo dependerá de la reacción institucional.
Si encuentra debilidad en la respuesta, irá a profundizar sus acciones. Así ha sido antes. Desde la toma de pozos petroleros, hasta las marchas de Tabasco al DF y plantones en el Zócalo cuando perdió la gubernatura ante Roberto Madrazo, hasta la toma de Reforma, Avenida Juárez, Madero y la Plaza de la Constitución cuando fue derrotado por Calderón.
Bueno, ¡provocó el conflicto electoral en las recientes elecciones a gobernador en el Estado de México a pesar de que Eruviel Ávila le sacó 40 puntos de diferencia a Alejandro Encinas!.
Es por demás obvio, evidente, que ya tiene abonado el terreno para armar la confrontación e intentar la deslegitimación del presente proceso electoral presidencial.
No le importa que en su principal bastión, que es el DF, el candidato perredista Miguel Mancera tenga 70 puntos de preferencias electorales. Si tiene que cargárselo, lo va a hacer.
Ahí no hay escrúpulos, sólo su interés.
Al final lo único cierto es que los votos dirán quien ganó, por cuanto y las instituciones validarán los resultados. Los resultados serán también los que definan qué encuestadoras fueron más acertadas. Las actas electorales emitidas en cada una de las 140 mil casillas y firmadas por todos –funcionarios y representantes de partidos y candidatos-, serán las que decidan oficialmente al triunfador. En caso de duda, hoy se puede abrir cada casilla y recontar y recontar, y revisar cada voto colocado dentro de esa urna.
Faltan 6 días para comprobarlo. Ya verá usted.
BELTRONES CREE QUE NO
En este escenario hay todavía quienes no creen que pueda haber conflicto postelectoral. Uno de ellos es el muy experimentado senador priísta Manlio Fabio Beltrones quien de entrada indica:
“Hoy veo un final muy distinto al del 2006. Además de una competencia normal, existe una mejor legislación, que permitirá resolver rápidamente cualquier conflicto…
“Una vez ocurrida la elección, se acabarán las discusiones y todos deberemos llegar a acuerdos”, señala.
– ¿Podría repetirse el escenario del 2006?, se le insiste.
“No veo posibilidad, ni parecido alguno entre la elección del 2006 a la del 2012… totalmente diferente entre candidatos y legislación electoral”.
– ¿Irán a tribunales?
“Difícilmente hay hoy elecciones que no terminen en los tribunales. Pero estoy seguro que será mucho más fácil para los tribunales calificar todas estas elecciones, porque hay una nueva legislación que lo permite”, insiste.
– AMLO dice hubo encuentro de gobernadores priístas a quienes se les pidió cuota de votos. ¿Qué sabe usted?
“Afortunadamente la campaña ya se está terminando, para que también se acaben las especulaciones”, responde.
– ¿Ocurrió?
“No lo sé, pero tampoco está probado”, afirma.