Hipocresías binacionales
¬ Juan Manuel Magaña viernes 22, Jun 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
En Estados Unidos hay un gran revuelo, porque su procurador, Eric Holder, es acusado de desacato por no colaborar con información sobre el criminal y fracasado operativo “Rápido y Furioso”, mediante el cual aquel gobierno introdujo ilegalmente armas a México, que fueron a parar a manos de los cárteles de la droga e incluso, hasta con alguna de ellas fue muerto un agente de la DEA.
Obviamente, aquella operación se hizo a la callada y sólo hasta que un diario de allá la balconeó, el gobierno mexicano hizo como que se escandalizó y como que protestó. Con el tiempo se ha ido sabiendo de indicios de que también funcionarios mexicanos tuvieron conocimiento de “Rápido y Furioso”, pero tampoco ha habido la menor preocupación por investigarlos.
Allá, es un escándalo que Holder diga que sí ha cooperado, mientras su jefe Obama alega una facultad especial que tiene para retener información. La evidente contradicción es explotada por los republicanos en plenos tiempos políticos que podrían afectar la intención reelectoral de Obama.
Pero al gobierno de México ya se le olvidó desde hace mucho el asunto. Eso habla de que sólo está para hacer en materia de narcotráfico lo que a EU se le antoje. Que corra la sangre en tu país, que corra. Que no hay que legalizar las drogas, sigamos pues con los cocolazos. Que viva el negocio de las armas, pues que se armen los cárteles. Que hay que callarse, callémonos pues.
Hasta pareciera que en esto de no hacer olas, Calderón está con Obama en su necesidad electorera, lo cual sería una forma pasiva de intromisión mexicana.
También podría pensarse que hay temor aquí de que allá se supiera todo, porque a lo mejor se sabría que el gobierno mexicano, y no sólo unos cuantos, sí sabía del operativo. Supongamos que Holder ya hubiese hablado de eso en este momento, a días de una elección presidencial en México. Quedaría en entredicho toda la estrategia que EU le ha dictado a Calderón, supuestamente contra las drogas, la misma a la que quieren se comprometan los candidatos mexicanos en campaña.
Qué transparencia ni qué ocho cuartos.
Y por cierto, tal parece que ya llegan los premios de consolación para Calderón y su candidata Josefina. Ayer se anunció aquí con bombo y platillo la caída del hijo de “El Chapo” Guzmán. En EU batieron las palmas. Pero lástima Margarito, confórmate, no cayó el grande.
Y eso merece un honroso y hermoso tercer lugar (bueno, no son pocos los que piensan que aunque cayera el mismísimo “Chapo”, ni con eso le alcanzaría ya a Josefina).