La reserva de Sian Ka’an, un paseo por donde nace el cielo
¬ José Antonio López Sosa jueves 21, Jun 2012Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Playa del Carmen, Quintana Roo.- Los mayas llamaron a este lugar Sian Ka’an (lugar donde nace el cielo), concepto que describe claramente la experiencia dentro de esta reserva que desde 1987 fue declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO.
A pesar que la mayor parte de las más de 500 mil hectáreas son inaccesibles, hay regiones donde especialistas en ecoturismo hacen visitas guiadas que nos permiten adentrarnos en la selva, la sabana, las lagunas, canales y paradisíacos paisajes que rebasan toda expectativa de combinación entre cielo y tierra.
Una de las empresas que ofrece estas visitas es Community Tours www.siankaantours.org , uno de sus guías Antonio Caamal Uitzil –maya con arraigo y amplio conocimiento de la región—fue quien nos adentró a este mundo donde la naturaleza está por encima de cualquier desarrollo creado por el hombre.
Visitamos un campamento chiclero, donde gente del centro y oriente de la península de Yucatán viene por varios meses, se establece dentro de la selva y extraen la resina del árbol del chicle, aquel que los mayas descubrieran y usaran para la limpieza dental, que más adelante se convirtiera en gomas de mascar como una aportación de la región Maya al mundo entero.
La sensación de adentrarse en la selva por los angostos senderos reanima los sentidos, vistas, aromas, sonidos que no se encuentran en otro lado, solo aquí, de pronto el resplandor del sol pasando entre las ramas de las ceibas, de pronto la oscuridad por la densidad de la vegetación.
Es recomendable para quienes visitamos la zona un buen repelente biodegradable, nos encontramos con toda clase de mosquitos –en todos tamaños y colores— inofensivos más allá de una docena de piquetes.
Llegamos a Muyil, uno de los poblados en los linderos de la reserva a unos pocos kilómetros de Tulum, nos embarcamos para surcar la laguna de Chunyaxé a través de los canales creados por los mayas para comunicar las lagunas –mismos que por el cauce hacia el mar siguen intactos—, así como en los canales naturales que prácticamente son ríos a cielo abierto entre sabanas y manglares.
Existen tres tipos de paisaje natural, la selva, la sabana (enormes pastizales dentro de humedales) y manglares, se definen claramente en el horizonte.
De pronto un pequeño templo maya yace en la ribera en medio del manglar, nadamos desde ahí en uno de los ríos a cielo abierto, aguas cristalinas en medio de la naturaleza, de pronto sabana seguido de manglares, el cauce del río nos impulsa hacia el delta. Literalmente nadamos donde nace el cielo tal como los mayas nombraron a este lugar.
Cerca de 3 kilómetros donde solo está el río, el cielo, sabanas, manglares alrededor y uno mismo en una extraña conexión con la naturaleza a la que no estamos acostumbrados, sin lugar a duda una experiencia sensorial que va mucho más allá de un recorrido turístico tradicional.
Definitivamente el cielo nace en Sian Ka’an, no es una frase trillada, quien visite esta reserva lo puede comprobar, un resabio que la naturaleza nos ha dejado.
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