Árbitro balín
¬ Juan Manuel Magaña lunes 18, Jun 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
De una forma un tanto extraña, el IFE ha llamado a los partidos y candidatos presidenciales a firmar un “acuerdo de civilidad” dizque para dar certidumbre jurídica al proceso electoral en curso y garantizar que los resultados del próximo primero de julio serán respetados.
El IFE pareciera estar botando el arpa para que sean otros los que le hagan el trabajo y se encarguen de sus responsabilidades.
¿Qué no para eso es el árbitro del proceso? ¿No hasta tiene un librito de reglas que debe hacer cumplir para que esa contienda tenga un resultado garantizado?
Eso de dar certidumbre al proceso y garantizar respeto a los resultados está en la ley.
Ahí está también el Tribunal Electoral por si alguno de los participantes queda insatisfecho y quiere aclarar cualquier situación con una instancia superior y definitiva.
Qué sentido tiene pedir a partidos y candidatos que se comprometan a cumplir lo que la ley obliga.
¿Qué no piensa hacer el árbitro su propia tarea?
Mal síntoma, que se agrega al hecho de que el árbitro no ha dejado de hacerse de la vista gorda cada que Felipe Calderón se inmiscuye en las campañas con continuas declaraciones, cartas y tuits, tanto de él como de sus funcionarios, ya sea en contra de Enrique Peña Nieto o de Andrés Manuel López Obrador.
Aquí hemos venido diciendo que esas intromisiones del gobierno, en vez de servir a su candidata Josefina Vázquez Mota, lo que hacen es debilitar al árbitro y ahí está la consecuencia.
Ahora Leonardo Valdés se siente inseguro de poder hacer su tarea en, como bien dice, “este proceso electoral (del que) depende la estabilidad política del país”.
Parte de esa estabilidad a la que se refiere necesita que el propio árbitro no venga ahora a introducir elementos de incertidumbre.
Es precisamente ahora cuando menos debe temblarle la mano para que estas elecciones se lleven a cabo con legalidad y legitimidad y para eso él tiene las tarjetas rojas y amarillas.
Así que don Leonardo: no le saque. Ya es demasiado tarde para eso.