Gabinetes
Ramón Zurita Sahagún jueves 14, Jun 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Conforme se acerca el día de la elección y surgen dudas sobre el ganador de los comicios presidenciales del 1 de julio, son muchos los que se cuestionan sobre los nombres de los integrantes de los eventuales gabinetes de Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota, en caso de que alguno de ellos gane.
De López Obrador se conocen ya la mayoría de los nombres de los componentes del gabinete legal, aunque algunos de ellos no logran permear en el ánimo de los ciudadanos que expresarán su decisión el 1 de julio.
En el pasado debate (10 de junio) el candidato de las izquierdas mencionó algunos de los nombres que ya había anunciado con anterioridad e invitó a sus adversarios a hacer lo propio, revelando algunos nombres.
Ninguno de los otros tres candidatos aceptó el reto, tal vez porque todavía no tienen decididos los nombres y las asignaciones que les darán o mantienen dudas sobre quienes aceptarán o no participar a su lado, en caso de un eventual triunfo.
Llama la atención que mientras López Obrador definió su gabinete con base en personajes de su confianza y cercanía, los que guardan esa similitud en el equipo de la panista Vázquez Mota buscaron, muchos de ellos, el confort de una posición en el Congreso de la Unión, mientras que los cercanos a Peña Nieto se abstuvieron de hacerlo y prefirieron esperar los tiempos para formar parte de su equipo ante la eventualidad de una victoria.
Y es que son muchos los que consideran que la divulgación de los nombres de los integrantes del gabinete proporcionan seguridad sobre el rumbo que tomarían las decisiones del gobierno federal, aunque no siempre sucede así y muchos menos en una país como el nuestro, donde el Presidente de la República decide los nombres de sus colaboradores y la remoción de los mismos a su arbitrio.
Desde que se inauguró la etapa posrevolucionaria, los ejecutivos en turno tejen y destejen su gabinete, sin explicaciones de ninguna clase y cuando requieren de hacerlo salen con explicaciones sin gran fundamento.
Son muchos los casos que ejemplifican lo anterior, aunque la realidad nos muestra que varias de esas decisiones han sido viscerales y que los gabinetes que inician la administración sexenal, al lado de un Presidente de la República, no tiene nada que ver con el que termina la gestión presidencial.
Los cambios y reacomodos dentro del gabinete forman parte de la estrategia política, en la que abundan una serie de situaciones que van desde el pago de favores y lealtades, pasando por la ineficacia de los funcionarios removidos.
Dentro de las administraciones priístas, los nombramientos en las distintas secretarías servían para medir la cercanía o lejanía de los políticos asignados con el presidente en turno. La ocupación de la titularidad de una secretaría resultaba importante, ya que se sabía que de una oficina del gabinete saldría el próximo candidato presidencial.
Así sucedió sucesivamente con Manuel Ávila Camacho (Secretaría de Guerra), Miguel Alemán Valdés (Secretaría de Gobernación), Adolfo Ruiz Cortines (Secretaría de Gobernación), Adolfo López Mateos (Secretaría del Trabajo), Gustavo Díaz Ordaz (Secretaría de Gobernación), Luis Echeverría Álvarez (Secretaría de Gobernación), José López Portillo (Secretaría de Hacienda), Miguel de la Madrid Hurtado (Secretaría de Programación y Presupuesto), Carlos Salinas de Gortari (Secretaría de Programación y Presupuesto), Luis Donaldo Colosio Murrieta (Secretaría de Desarrollo Social) y Francisco Labastida Ochoa (Secretaría de Gobernación).
El ritmo fue roto con el asesinato de Colosio Murrieta, ya que el candidato sustituto fue Ernesto Zedillo Ponce de León, quien estaba incorporado como coordinador de la campaña presidencial y ya había dejado la titularidad de la secretaría de Educación Pública. Con los panistas en el poder, el intento se hizo para que Santiago Creel Miranda saltara de la Secretaría de Gobernación a la candidatura presidencial, pero se topó con su antiguo compañero de gabinete, Felipe Calderón Hinojosa, que había sido corrido del equipo presidencial y le ganó la elección interna. En las actuales circunstancias, ninguno de los cuatro candidatos presidenciales saltó de una secretaría del gabinete presidencial a la candidatura de su partido.
Antes de ello se habían presentado dos casos en que los Ejecutivos federales no pasaron de una silla del gabinete a la candidatura presidencial, antesala de la Presidencia de la República, el ya mencionado de Ernesto Zedillo Ponce de León y el de Vicente Fox Quesada, quien llegó de un gobierno estatal (Guanajuato) a la candidatura de su partido (PAN).
PRI, ARRIBA EN YUCATÁN
Según una reciente encuesta promovida por el Frente Cívico Familiar y realizada por catedráticos de la Universidad de Yucatán, el PRI se mantiene con ventaja de nueve puntos sobre el PAN, en la carrera por el gobierno estatal. 31 puntos registra el candidato tricolor Rolando Zapata Bello, contra 22 del blanquiazul Joaquín Díaz Mena, mientras que el PRD se encuentra sumamente distante de uno y otro.
Eso sí, la encuesta consigna un gran número de votantes indecisos que podrían ser los que definieran la elección estatal a celebrarse en forma concurrente el 1 de julio.
DENUNCIAN A BARRIOS GÓMEZ
El candidato de las izquierdas a diputado federal por el distrito X en Miguel Hidalgo, Agustín Barrios Gómez, fue denunciado por violar el artículo 236 incisos a y d, del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, ya que colocó propaganda impresa y múltiples pendones en el equipamiento urbano de las principales avenidas de la delegación Miguel Hidalgo, cometiendo así una flagrante violación electoral; el hijo del ex embajador Agustín Barrios Gómez fue denunciado por la candidata de la coalición PRI-PVEM, Verónica Martínez Sentíes.