Anhelo injerencista
¬ Augusto Corro miércoles 13, Jun 2012Punto por punto
Augusto Corro
A Estados Unidos le preocupa el inminente cambio de gobierno en México. Teme que un partido político diferente al actual privilegie reducir la violencia, en lugar de arrestar capos y decomisar cargamentos. Los estadounidenses son libres de pensar lo que les venga en gana. Allá ellos.
Sin embargo, cabría preguntar lo siguiente: ¿Qué ha hecho el gobierno estadounidense para frenar el tráfico de drogas que llega a su país? La repetida frase de que México pone los muertos y EU los drogadictos ya no interesa a las autoridades estadounidenses.
Ya se acostumbraron a ver los toros desde la barrera. Las miles de víctimas no les dicen nada.
En el próximo sexenio presidencial seguirá el combate al narcotráfico; pero la estrategia será diferente, con más resultados positivos, sin duda alguna.
¿A qué obedece la preocupación del vecino del norte? A su anhelada injerencia en la vida interna de México. No le basta la parcela de “metiche” que disfruta y quiere meterse hasta la cocina.
Sabemos, hasta la saciedad, que EU no está en condiciones de frenar el contrabando de armas hacia México, que el lavado de dinero se ve como algo natural y, como señalamos arriba, ni siquiera intenta disminuir el índice de adictos a los enervantes. Es una limosna la que recibe nuestro país a través del Plan Mérida para combatir a los cárteles de la droga. La ayuda miserable no le autoriza a EU opinar sobre lo que compete únicamente a México.
Esto no le da derecho a EU poner en duda la política contra el crimen organizado en el próximo sexenio. Como señalamos arriba, la estrategia contra el narcotráfico sufrirá un cambio radical, pero no será al gusto de EU. Eso espero.
CASO ABIERTO
Mientras en Estados Unidos continúa el asunto de Walmart y la corrupción, aquí en México parece que las autoridades ya empezaron a olvidarse del asunto.
El caso es que el fondo de pensiones de Nueva York presentó una demanda en los tribunales contra la multinacional Walmart. Entre otras cosas se acusa a la empresa transnacional que entregó sobornos millonarios a las autoridades mexicanas para que le permitieran su expansión sin problema alguno.
En México se armó un escándalo y se prometió una investigación entre las autoridades para saber quiénes aceptaron que les untaran la mano de dinero. Las denuncias contra Walmart México surgieron por primera vez a la luz pública en abril pasado, cuando el periódico “The New York Times” publicó la cadena de sobornos que sobrepasaba los 24 millones de dólares.
Cuando estaba el conflicto en su apogeo, surgieron un sinnúmero de promesas para investigar el asunto de los sobornos; pero como ocurre en México, el interés se apagó y ya no se supo quiénes fueron los funcionarios corruptos que aceptaron los sobornos. ¿Debemos pensar que se trata de un caso abierto?
ROBO DE COCHES
En Morelos, la delincuencia organizada le perdió el respeto a las autoridades. En los últimos meses magistrados y jueces del Tribunal Superior de Justicia han sido víctimas de una ola de robos violentos.
Con lo anterior se reconfirma que Morelos se convirtió en un estado sin ley. Según se informó, las víctimas de la delincuencia son una docena, por lo menos, de jueces de primera y segunda instancia, así como algunos funcionarios del Consejo de la Judicatura.
Los afectados denunciaron los hechos ante la Procuraduría General de Justicia de Morelos.
Ahora, las autoridades correspondientes tendrán que investigar a fondo para saber si se trata de acciones de la delincuencia común, o si alguna banda organizada pretende intimidar a los impartidores de justicia. En Morelos, hace tiempo que se vive en la inseguridad total.
Con la llegada del narco a la entidad, la paz desapareció. Hoy, la ley de la selva es la que manda.
LA PERIODISTA DESAPARECIDA
Medios de comunicación demandan a las autoridades que busquen a la periodista Sthepanía Cardoso y a su hijo de 2 años, que no aparecen por ningún lado.
Dichos medios, firmantes del Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia, exhortaron a las autoridades de Coahuila y al gobierno federal, a esclarecer la extraña desaparición de la reportera del diario “Zócalo de Saltillo”.
La mencionada comunicadora fue vista por última vez el jueves pasado en la capital de Coahuila, donde asistió con otros reporteros a una cena para celebrar el “Día de la Libertad de Prensa”. Dicha desaparición se suma a la del reportero Rafael Ortíz Marínez, del rotativo “Zócalo de Monclova”, en julio de 2006, así como la muerte del colaborador Valentín Valdés Espinosa, en enero de 2010.
Los mencionados medios expresaron su apoyo al diario “Zócalo de Saltillo”, que practica su labor informativa pese a la falta de garantías en materia de seguridad.
En el sexenio de Calderón, la labor informativa se convirtió en un verdadero peligro. Más de setenta periodistas han perdido la vida. Los asesinos están libres. Los criminales gozan de total impunidad.
Recientemente, relatores de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) urgieron a las autoridades mexicanas a aplicar de manera rápida y efectiva la ley de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas. Deben detenerse los asesinatos y amenazas contra los periodistas.
Como usted sabe, en los últimos meses el Congreso de la Unión aprobó una cascada de leyes que supuestamente beneficiarán a la sociedad mexicana; pero se ignora cuándo se activarán esos códigos legales. Mientras, miles de ciudadanos indefensos tendrán que utilizar su ingenio y sus propios medios para estar a salvo de las agresiones de la delincuencia organizada o no.