La puntada de Josefina
Ramón Zurita Sahagún martes 12, Jun 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Para el anecdotario, el imaginario presentado por Josefina Vázquez Mota sobre si los candidatos de los otros partidos fuesen mujeres.
La representación que hizo de cada uno de ellos fue lo más destacable del segundo debate presidencial.
Por supuesto, no gustó a sus adversarios esa recreación de sus personalidades en faceta femenina, pero el símil entre géneros destacaba lo más representativo de cada uno de ellos.
La recreación de Josefina tomó desprevenidos a Enrique Peña Nieto, Andrés Manuel López Obrador y Gabriel Quadri de la Torre, pero sirvió para que los televidentes pusieran mayor atención en lo que vendría.
No fue mucho más, ya que la pólvora se guardó para otra batalla y prefirieron no gastarla en infiernitos. Si acaso, por ahí alguna descalificación a los punteros y el toma y daca que sostuvieron la panista y el neoaliancista, en torno a la figura de Elba Esther Gordillo y sus alcances familiares.
Para muchos fue mejor el primero que el segundo debate presidencial, con todo y el cambio de formato y la presentación que hicieron cada uno de los cuatro candidatos.
Los aspirantes presidenciales se fueron por el camino fácil, el de ofrecer a manos llenas a los grupos que pueden inclinar la balanza a favor de uno de los participantes, ya que su estrategia se enfocó, en gran parte, a convencer a los indecisos.
Como en plaza pública, los candidatos ofertaban becas, ayudas económicas, seguros de vida, medicinas, casas y todo lo imaginable y hasta lo inimaginable, con tal de captar las simpatías de un electorado que aún mantiene sus reservas para expresar sus votos.
Plantearon también fórmulas mágicas para crear empleo, abatir rezagos, rescatar al campo, terminar con la violencia y hasta recortar plazas en el Congreso de la Unión.
Las promesas surgieron de cada uno de los cuatro aspirantes presidenciales, unas con mayor énfasis que otras, aunque ninguno de ellos pudo presentar promesa y solución para llevarlas a efecto.
Cada uno de ellos, en mayor o menor medida, se vio mesurado, guardaron compostura, evitaron desfiguros, aspavientos, sabedores que la cámara los seguía cuando eran aludidos.
El ejercicio del debate fue bueno, en términos generales, aunque se deberán buscar formatos más ágiles o buscar un mecanismo para ir reduciendo el número de participantes y buscar que el intercambio sea más directo entre los principales contendientes.
Y es que el candidato de Nueva Alianza no logra sobrepasar, en su mejor momento, los cinco puntos porcentuales en las encuestas y se encuentra lejano de la posibilidad de ganar la elección. La simplificación del debate deberá darse en todos los terrenos, para hacerlo más expedito, ya que con el realizado el domingo 10 de junio se confirmó que los electores potenciales sí están interesados en este tipo de ejercicios democráticos.
DOS DE CUATRO
El comportamiento mostrado durante el debate por Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, deja en claro que la contienda se reduce ya solamente a estos dos personajes y que será difícil para Josefina remontar la distancia que la separa de uno y del otro.
Son tres semanas las que separan a los ciudadanos con credencial de elector de acudir a las urnas y conforme se acerca la fecha del 1 de julio se va viendo mayor definición entre los electores. Las encuestas continúan manejando una tendencia favorable para el priísta-verde, Peña Nieto, aunque ya no cifrada en los 20 puntos porcentuales de diferencia sobre el segundo lugar, en el que se afianza López Obrador, situado a 14 o 16 puntos del favorito de los sondeos.
Sin embargo, algo perciben los priístas que se muestran nerviosos, con todo y la amplia diferencia que continúan manteniendo las encuestas de las distintas casas dedicadas a los muestreos.
Algunos creen que la brecha se hará más cerrada conforme pasen las dos próximas semanas y el cambio de actitud del tabasqueño crispa más los nervios de quienes no tienen los hilos de la madeja entre sus manos.
Esa balandronada lanzada por López Obrador de que ya se encontraba dos puntos arriba del priísta, según su propia encuesta, provocó nerviosismo entre unos y animosidad entre otros.
Sin embargo, los días por venir serán de intensa actividad, prevaleciendo la guerra sucia lanzada desde uno y otros cuarteles, como ya dan cuenta algunos de los spots lanzados por los partidos que respaldan a los distintos candidatos.
El PAN abrió fuego contra AMLO, este reviró con uno en el que sitúa en el mismo espacio a panistas y priístas, mientras los tricolores le recuerdan a los ciudadanos algunos de los eventos del pasado del tabasqueño.
Por eso, los días subsecuentes podrán clarificar lo que no pudo el debate, inclinar la balanza a favor de alguno de los contendientes, por lo que no puede considerarse que el capítulo de preferencias o definiciones se cerró con antelación.
JALISCO
Sorprendente la forma como creció la figura del candidato a gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, postulado por el Movimiento Ciudadano (Convergencia) y que no cuenta con el respaldo del principal partido de izquierda.
Alfaro, alcalde con licencia de Tlajomulco de Zúñiga, fue impedido de ser candidato por quienes controlan el partido del sol azteca en Jalisco, por lo que el MC optó por convertirlo en su abanderado.
Con el respaldo de este partido (Movimiento Ciudadano) que tiene escasos militantes en Jalisco, Alfaro se consolidó en segundo lugar de las preferencias electorales, por encima de los candidatos del PAN (partido gobernante) y PRD, aunque situado todavía a distancia del priísta que encabeza las preferencias.
Los promotores de la candidatura de Alfaro esperan convencer a los candidatos del PAN y PRD para que cedan sus candidaturas y formen una alianza de facto con el candidato del MC y puedan derrotar al priísta Jorge Aristóteles Sandoval.