Ojo por ojo
¬ Augusto Corro viernes 8, Jun 2012Punto por punto
Augusto Corro
Las relaciones entre México y España no son las mejores en estos momentos.
En otra ocasión señalamos que las autoridades españolas decidieron implementar un sinnúmero de requisitos para el ingreso de turistas a ese territorio.
Ante esa situación, el gobierno de México, tarde como siempre, expresó su molestia ante la madre patria por el “preocupante incremento” de visitantes mexicanos a ese país rechazados, retenidos y repatriados.
En una reunión en Chile, Calderón platicó con el rey Juan Carlos y ambos se interesaron por encontrar una alternativa a la situación que enfrentan los mexicanos que viajan a la península ibérica.
Ojalá y el monarca se olvide un poco de su cacería de elefantes y sus romances y se dedique a resolver el conflicto tan denigrante que afecta a los viajeros mexicanos.
Por otra parte, los cancilleres de ambos gobiernos se reunirán antes de que termine el presente mes, en España, para definir las medidas o controles que deberán observar los visitantes de México que deseen ingresar a territorio español.
A Brasil le sucedió lo mismo que a México. Sin embargo, las autoridades de ese país respondieron inmediatamente con igual moneda: decidieron aplicar a los turistas españoles los mismos requisitos de entrada a su país que España practica con los brasileños que llegan a la ese país.
El ojo por ojo consistió en lo siguiente:
“Una regla de reciprocidad que requiere disponer de billete de vuelta, justificar que se dispone de medios económicos suficientes para la estancia, así como una reserva de hotel o una carta de invitación firmada ante notario brasileño por algún nacional que se haga responsable de que el turista va a estar alojado en su casa y que, cuando acabe las vacaciones, regresará sin demora”.
En fin, lo que queda claro es que las autoridades españolas son unas malagradecidas. México trata con exagerada amistad a cuanto inmigrante llega de la península ibérica a instalar bancos, hoteles de paso, panaderías, cantinas y baños de vapor.
EN LA TEORÍA
Otra vez regresó el sobado tema relacionado con la protección federal a los periodistas.
Para esto, el Congreso de la Unión hizo la declaratoria constitucional (de validez) de la reforma al artículo 73 de la Carta Magna que faculta a las autoridades federales a atraer los delitos contra periodistas.
Según se dijo, dicha reforma a favor de la libertad de expresión, crea un mecanismo de excepción que autoriza a las autoridades federales, como la Procuraduría General de la República (PGR) a atraer las investigaciones cuando surjan agresiones a periodistas y comunicadores.
En teoría, las autoridades deberán auxiliar a los representantes de los medios de comunicación cuando sean víctimas de los narcos o del propio gobierno. En la práctica, en la situación real poco o nada cambiará. Los periodistas y comunicadores seguirán expuestos a los ataques mortales de los narcos y de los caciques de rancho.
¿Qué nos garantiza que la PGR actuará imparcialmente en la investigación de agresiones a los comunicadores? Podrán decir que ahora sí la justicia esta de lado de los periodistas, pero se necesita comprobarlo.
México vive uno de los peores momentos de violencia de su historia. La impartición y procuración de justicia brilla por su ausencia. Nuestro país se encuentra clasificado entre los más peligrosos para ejercer el periodismo.
Los periodistas han sido sacrificados por docenas. Los asesinos gozan de total impunidad.
YA ESTUVO BUENO
El presidente Calderón envió un mensaje a los maestros paristas de que “ya estuvo bueno” de que no impartan clases.
La disidencia magisterial no se esperó para contestarle al ocupante de Los Pinos y lo invitó a un debate público televisado para discutir algunos temas nacionales, entre otros el rumbo de la educación en México.
Los maestros dijeron que ya estuvo de descalificar al magisterio: “ya estuvo de una política errática en seguridad pública. Ya estuvo del abandono al campo. Ya estuvo de los 60 mil muertos. Ya estuvo de sostener la alianza perversa con Gordillo y con otros seres nefastos para seguir asaltando al pueblo”.
Por cierto, en Oaxaca se reanudaron las clases una vez que el gobierno de Gabino Cué accedió a satisfacer los caprichos de los mentores. La inquietud magisterial volverá a presentarse en la primavera del 2013. Los maestros ya saben cómo presionar y actuar para mantener sus privilegios.
LA TORTURA
Los torturadores serán castigados con cárcel de 3 a 12 años.
Las autoridades capitalinas enviarán a prisión a los servidores públicos que torturen a los ciudadanos, con el propósito de obtener alguna información o confesión.
No nos queda más que felicitar a dichas autoridades por ese empeño denodado por evitar los tehuacanazos, el pocito, golpes y otras prácticas deshumanizadas contra aquellos que son acusados de delincuentes.
Con esta información, lo único que entendí, plenamente, es que la tortura nunca ha sido erradicada y que quienes la aplican ya encontrarán métodos sutiles para continuar con las mismas prácticas abominables. A algunos servidores públicos (principalmente policías) eso de martirizar es parte de su naturaleza y tendrán problemas para alejarse de métodos ilegales para conseguir confesiones de los detenidos. Como señalamos líneas arriba, la teoría es una cosa y la práctica otra.
Feliz fin de semana.