La penosa entrega-recepción
¬ Juan Manuel Magaña jueves 7, Jun 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Son simultáneos los movimientos que hacen Calderón, Fox y Josefina como preparativos para la entrega del poder. Es inusitado: en el 2000, el PRI siquiera la peleó con los dientes hasta el último minuto. En cambio ahora, el PAN ni a la elección va a llegar y bien podría esperar el resultado en la tele.
Por eso, Fox, como él no tiene poder que entregar, se adelantó ya y entregó la honra, lo que le quedaba pues, sin ningún problema. No iba a esperar a ver qué se le ocurría a Calderón, ni se iba a quedar sentado viendo cómo el “Peje” podría caerle encima. Para él todo consiste en ponerse fácil desde ahora.
Sin embargo, este asunto que a Fox hace feliz -tanto como a su adelantado Espino-, en Los Pinos es motivo, uno más, de amargura. A la impotencia sexenal frente a todo, ahora se agrega la indecisión de a quién soltarle las llaves de Los Pinos, porque el inquilino es un tipo de odios y rencores.
Su odio al PRI -ha dicho que así lo educaron- y su rencor contra AMLO son incurables, pero al final tendrá que ser lo que digan las conveniencias. Hasta ahora, es un hecho que ni Calderón se ha metido gran cosa con Peña Nieto ni con AMLO, como tampoco los candidatos han tenido los fuertes lances que podrían tener con alguien tan criticable como Calderón.
Nadie se había querido meter con nadie, hasta no saber quién iba a necesitar de quién. Calderón va a necesitar mucho de cualquiera de los otros dos en su próxima vida. Vaya que lo va a necesitar. La cuestión es quién le dará lo que necesite y también de qué lado se carga la suerte en esta contienda. Por eso, hasta ahora no ha sido virulento contra ninguno de ellos.
Por su parte, Peña y AMLO han necesitado que Calderón se mantenga alejado, simplemente para no llenar de piedritas su propio camino hacia Los Pinos ni durante ni después de la contienda. Por ello, han sido cuidadosos en sus discursos, al grado de que aquél ya hasta se ha extrañado de que nadie lo pelara.
La cuestión es que ya llegó el momento de definición para Calderón, igual como Fox supo que le había llegado: ¿es con Peña o es con AMLO? Y ya hay señales muy claras de cuál es la decisión que está tomando y deslizando.
Todo indica que tocará a Josefina -que nomás se cae sola- llevar a la práctica esta decisión. Acaban de poner “en refuerzo” de su equipo al cuñado y al ex vocero de Calderón, en calidad de responsables de la comunicación de la campaña. ¿Se entiende el alineamiento? Y tanto el PAN como el PRI acaban de lanzar una batería de spots que coincide en ir contra AMLO, en una clara reedición de la guerra sucia del 2006. Le sacan el mismo lodo: lo de Bejarano, lo del plantón de Reforma, lo de “al diablo con las instituciones”.
La conclusión es que Fox, Calderón y Josefina, terminarán haciendo exactamente lo mismo, por lo cual de todo esto se desprende una certeza: que Fox no está tan loco. Lo que pasa es que simplemente se les adelantó.