Fox, ¿traidor o claridoso?
Roberto Vizcaíno martes 5, Jun 2012Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Pedirle a Josefina y al PAN que busquen proteger el segundo lugar no es una locura
- Advertir lo que las encuestas dicen no es más que aceptar una realidad inocultable
- El PRI acumula testimonios, documentos y estudios respecto de los gastos irregulares de AMLO
El domingo pasado Vicente Fox habló a los medios y al país desde el restaurante de su rancho en la ex hacienda San Cristóbal en Guanajuato, para colocarle unas banderillas políticas de alcances insospechados a la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota; a su partido, el PAN y a Andrés Manuel López Obrador que podrán ser refutadas, repudiadas, cuestionadas o simplemente negadas, pero que para muchos no son más que razonamientos elementales de lo que hoy está ocurriendo en la contienda electoral en México.
De entrada pide a Vázquez Mota y al PAN luchar por obtener y mantener el segundo lugar. A 18 puntos de distancia que con base en los resultados de la mayoría de las encuestas, dice Fox le lleva el priísta Enrique Peña Nieto, y a 25 días de concluir el proceso, no hay nada más que hacer para Josefina y su partido. La lógica de Fox es cierta: a estas alturas ya no tiene sentido buscar el triunfo en la Presidencia, sino preservar las posiciones que podrían estar en juego en el segundo lugar. Es decir, perdida la Presidencia, hay que mantenerse como la opción más segura para las siguientes elecciones. De ser desplazados al tercer lugar, esta opción se esfumaría automáticamente y el PAN quedaría casi fulminado para los siguientes años y comicios. Lo que indica Fox es cierto, y no tiene nada qué ver con la traición.
Al no entenderlo, el PAN y su presidente Gustavo Madero, están llevando a su partido y fuerza política a la última opción: a la casi desaparición.
Al hablar de Andrés Manuel López Obrador, Fox muestra que no es tan tonto como algunos podemos pensar:
“¿A quién le podemos creer: al López Obrador de hace 15 años incendiando pozos, al López Obrador de hace diez años descalificando todas las instituciones y aguerrido como nadie había sido en procesos electorales, o al López Obrador de la pequeñísima etapa del amor, o al López Obrador de hoy contestatario otra vez?, yo creo que para la elección de Presidente de México se tiene que tener absoluta certidumbre”.
¿Quién podría estar en desacuerdo con esta reflexión del ex presidente?
Luego, cuando invita a “al pueblo de México a esta reflexión: tenemos que alcanzar la unidad, estamos perdiendo mucho terreno como país frente a otros países, no podemos seguir así, debemos de cerrar filas atrás de quien vaya a ganar, no sé en este momento quien vaya a ganar, pero ya es claro que se perfila un ganador y debemos de apoyar para que podamos resolver los problemas”, Fox es absolutamente congruente con su posición de ex presidente que no busca más que el bien del país.
Lo que dice claramente es que los mexicanos y sus políticos deben dejar atrás los desacuerdos para enfrentar unidos al mundo global. Incluso aclara que “no sé en este momento quién vaya a ganar”, aunque luego sugiere que existen indicios de quién de los contendientes lleva ventaja. Se necesitaría ser necio o ciego para no aceptar esa premisa.
Y su otra reflexión con explicación, es contundente:
“No debemos temer que vaya a llegar a gobernar este país una persona autoritaria, simple y sencillamente eso ya no puede ser en el México de hoy… esa es una farsa que se está utilizando, porque hoy hay una auténtica división de poderes y un cuarto poder, que es la prensa que será guardián de la democracia y para evitar el autoritarismo”.
¿Es traidor o loco Fox al pedir que el pueblo esté informado sobre las propuestas de los candidatos a fin de que cada mexicano pueda decidir racionalmente?
¿O lo es al exigir “un gobierno que unifique a los ciudadanos, que no sea contestatario, que esté dividiendo; necesitamos dejar atrás la diatriba, la descalificación, la agresión, las filtraciones, las mentiras, los engaños, las calumnias, que no deben ser la tónica de este proceso”?.
¿O al invitar “a que cerremos filas alrededor de quien resulte triunfador en este elección, y que tengamos confianza y pongamos nuestro voto donde pensamos que es lo correcto, pero que no permitamos que nadie otra vez divida a los mexicanos, divida a los partidos políticos, divida los planes de gobierno, bloquee todas las decisiones urgentes que hay que tomar, esto es el mensaje”?.
Fox nunca dijo explícitamente que Enrique Peña Nieto es quien ganará. Lo sugirió, como lo hacen las encuestas y otros indicadores. Por ello lo interesante es que quienes se pusieron el saco le pusieron nombre a las declaraciones del ex presidente. Y al hacerlo se autocolocaron en la derrota.
Por último, al cuestionar los resultados de la encuesta de Reforma, que da a Peña Nieto sólo 4 puntos arriba de López Obrador, Fox simplemente indica su desconfianza de un sondeo que se contrapone al de al menos 6 de otras casas encuestadoras reconocidas que encuentran en sus trabajos que Peña va al menos 18 puntos y no 4 arriba de AMLO y de Vázquez Mota.
“No hay tal que se cerró la encuesta y que ahora son cuatro puntos de diferencia… siguen siendo arriba de 15 puntos, más concretamente son 18 puntos de diferencia que lleva Enrique Peña Nieto sobre quienes están prácticamente en un empate técnico que es Josefina Vázquez Mota y que es Andrés Manuel López Obrador”, precisó en su particular estilo el expresidente.
Y agregó:
“El caso de López Obrador se ha inflado artificialmente, yo creo que es una propuesta del pasado, no va a prosperar en nuestro País, es un engaño la manera en que se están presentando las cosas, es el mismo López Obrador incendiando pozos, el mismo de hace 10 años, descalificando todas las instituciones”, insistió.
Nadie debiera calentarse con estos señalamientos. Faltan apenas 25 días para la elección. Y ese día, los votos emitidos, dirán final e irrefutablemente quienes tenían hoy la razón.
NO SERÁ FÁCIL ELUDIR
El que tiene encima los reflectores y a las instituciones es Andrés Manuel López Obrador. Ya no podrá eludir responsabilidades sólo con salir a decir que él no sabía nada y que todo se trata de un “complot”.
La verdad es que entre más se mueve, más se hunde en el pantano de las dudas y la falta de respuestas. Y es que la versión completa de la grabación de la cena del pase de charola de 6 millones de dólares entre empresarios, indica claramente que sus colaboradores sí pidieron el dinero y que éstos millones de dólares eran para él.
Para comenzar el PRI ya documentó que Adolfo Hellmund, a quien López Obrador ya designó anticipadamente como el secretario de Energía de su posible gobierno; que Rogelio Jiménez Pons, voluntario de MORENA; Luis Mandoki, su representante en la negociación de la organización de debates que realiza el IFE y Luis Costa Bonino, su estratega electoral sí solicitaron 6 millones de dólares.
En la grabación Luis Mandoki explica cómo Costa Bonino llegó a México para participar en la campaña de López Obrador y que además entre el asesor y el candidato existe un buen entendimiento.
Las afirmaciones de Mandoki dejan a López Obrador como un mentiroso ya que éste negó ante los medios conocer a Costa Bonino. El PRI recuerda que lo este mismo método lo aplicó respecto de René Bejarano, Ponce y otros corruptos.
El PRI sugirió ayer que los 6 millones de dólares podrían ser requeridos para prepara el conflicto postelectoral con lo cual AMLO está aceptando de antemano la derrota.
El PRI indica que un cálculo de expertos indica que los gastos López Obrador al recorrer 3 veces el país durante los últimos 6 años ascienden a 1,223 millones 893 mil 600.
Frente a este supuesto el PRI le exige al IFE y a AMLO expliquen: ¿Quién le ha dado ese dinero?, ¿Qué ha ofrecido López Obrador a cambio de recibirlo?
Además de que se debe ir a fondo en la investigación exigida por el PRI y el PAN respecto al pase de charola entre empresarios y la situación migratoria que guarda Costa Bonino.
Es decir, no la tiene ya tan fácil y no podrá salirse del tema con sólo acudir al viejo argumento del complot en su contra de parte de los miembros de la mafia que se supone le robó la presidencia.