Con Peña o con AMLO
¬ Juan Manuel Magaña lunes 4, Jun 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
En sus ansias de subir en las encuestas, en aquellos lejanos días en que éstas la ubicaban en segundo lugar, Josefina participó con AMLO en un fuego cruzado hacia el puntero. Lo único que consiguió fue sumarle negativos a Peña Nieto y caer ella al tercer sitio en beneficio de AMLO.
Ahora, en su caída -que no para- buscará arrastrar a López Obrador, porque la difícil disyuntiva en que se encuentra es decirles a sus correligionarios hacia dónde debe ir su voto útil: con Peña o con el “Peje”.
A una persona como ella, que fue promotora de la guerra sucia en 2006, le causaría más escozor que llegue el “populista” que “el viejo PRI disfrazado”.
El PRI le entregó el poder al PAN sin mayor problema -estamos hablando de las cúpulas-, y cuando se tuvieron que ver las caras por los procesos paralelos del “Pemexgate” y “Amigos de Fox”, terminaron arreglándose para no hacerse daño.
Un par de multas millonarias, y listo, total, con lo que pagaban era con dineros de la sociedad y no de los bolsillos de “El Jefe” Diego o de Romero Deschamps, por mencionar un par de políticos bastante ricachones.
Como parte de la cúpula, Josefina refleja no lo que ella piense, sino lo que quieren aquellas élites que en los últimos 30 años han venido jugando con la doble opción PRI-PAN.
A diferencia de Josefina y lo que representa, que se atraganta con el “Peje”, los panistas de base, los simpatizantes que votaron por “el cambio” -que ahora se declaran abiertamente decepcionados con Fox y más aún con Calderón- ya no se hacen ilusiones con el desastre de su candidata y ya están en la difícil encrucijada de a quién darán su voto.
Por lo pronto, la candidata del PAN desempolvó este fin de semana en Puebla el viejo discurso contra López Obrador, quien según ella representa la demagogia que no quiere las reformas, el odio y los rencores.
Hoy, AMLO se muestra como lo que pese al 2006 jamás ha dejado de ser: el verdadero enemigo a vencer. Por ese simple hecho, este último tercio de la campaña, la recta final, será completamente distinto a los dos tramos anteriores.
El hecho de que la contienda tendrá que definirse entre Peña y AMLO presenta un esperado fenómeno de polarización y un realineamiento de fuerzas. La cuestión es de qué tamaño va a ser el encono.
La guerra sucia ya está en marcha ¿Es hora todavía de pararla?