Don Goyo, la grilla y la lana
¬ Augusto Corro lunes 4, Jun 2012Punto por punto
Augusto Corro
Iniciamos la semana con los temas nacionales que nos tienen en jaque: Don Goyo, las campañas electorales y la devaluación del peso.
Las señalo en orden de importancia. Aunque nadie controla a la madre naturaleza, se sabe muy bien que las exhalaciones del volcán Popocatépetl no representan un gran peligro.
Entre otras cosas, si expulsa lava, se escurrirá por las faldas de la montaña y no será de manera explosiva como se comenta
Quienes saben, nos dicen que no arrojará rocas ígneas y que los riesgos son menores, porque en caso de erupción, la lava se deslizaría por las faldas.
En cambio, las emisiones de cenizas volcánicas que caen en las regiones circunvecinas del coloso, no dejar de ser una molestia, pero nada más. El Popocatépetl tiene siglos de arrojar humo y cenizas. No en balde su nombre originario es el de “la montaña que humea”.
Don Goyo, que quede claro, no representa ninguna amenaza aunque diario aparezca su imagen amenazadora y sus exhalaciones de ceniza volcánica.
Además, las poblaciones cercanas al volcán se encuentran supervigiladas para que no haya sorpresas y desde luego víctimas por una posible erupción. Podemos dormir tranquilos.
LA GRILLA
El otro tema que nos ocupa es el de las campañas electorales.
Conforme se acerca el 1 de julio se intensifican las actividades en los diferentes partidos políticos.
Como empieza a hacer tradición en la política a la mexicana, cada vez son mayores los ataques de lodo entre los candidatos presidenciales. La preocupación existe porque se nota la incapacidad de las autoridades electorales para crear un dique de contención contra la guerra de lodo.
Como señalamos en otras entregas, el problema se presenta porque el lodazal no permite analizar las propuestas de los aspirantes presidenciales. Problemas como el desempleo, la inseguridad pública y el hambre no son tocados con el interés y la intensidad que ameritan.
En la contienda política, como están las cosas, parece que interesan más las descalificaciones que los proyectos o planes de gobierno.
Como quiera que se presente el conflicto electoral, este tendrá que definirse en las urnas.
Falta menos de un mes para que concluya la contienda electoral. En la recta final los partidos políticos se darán hasta con la cubeta. Grave error, porque la sociedad mexicana lo que anhela es saber algo de un futuro más alentador. Millones de mexicanos se encuentran hartos de vivir en la pobreza, sin empleo y victimizados por la guerra contra la delincuencia organizada.
LA LANA
Finalmente, nos ocupamos de la devaluación del peso frente al dólar. La historia vuelve a repetirse. Por lo que usted quiera y mande nuestra moneda vuelve a sentir los embates devaluatorios frente a la divisa estadounidense.
Hace varios años que nuestro peso no se devaluaba exageradamente, como en los últimos días. Su valor rebasó las catorce unidades por un dólar, con la amenaza de llegar hasta las quince.
Como ocurre siempre que se tambalea la economía mexicana, el gobernador del Banco de México, Agustín Carnstens, ya salió a decir que “estamos bien pertrechados para enfrentar la volatilidad en caso de que necesitemos utilizar recursos para estabilizar el mercado”.
Dijo que México tiene “154 mil millones de dólares de reserva, más una línea de crédito de 75 mil millones de dólares en el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El funcionario bancario no responsabiliza de la devaluación a la incertidumbre política por la temporada electoral que atravesamos.
Para Carnstens el problema viene de Europa y obedece a una percepción del recrudecimiento de la crisis en los países del euro, particularmente en España.
En el 2008, Agustín Carnstens, en su calidad de secretario de Hacienda, pronosticó que la desaceleración en la economía de Estados Unidos sí afectaría a México, pero no como en el pasado: “ahora le dará (a la economía mexicana) un catarrito y no una pulmonía”.
En 2009, el esperado catarrito se convirtió en pulmonía: la economía nacional se contrajo un 6.1 por ciento. Algo parecido a lo que nos ocurrió en la crisis de 1995, la más grave registrada desde la Revolución de 1910. Aquella vez fueron devastadores los conflictos económicos: quebraron miles de empresas y cientos de miles de familias en todo el país.
Además, provocaron que más de 16 millones de mexicanos se sumaran a las filas de la pobreza. También, seis millones de compatriotas emigraron a Estados Unidos en busca de empleo.
La amenaza de una nueva crisis económica está latente. Las devastaciones económicas en otros países claro que nos afectan. No hay manera de evitarlas o evadirlas, para eso nos globalizamos.
Ahora, la volatilidad del peso continuará y Carnstens pide a la iniciativa privada estar alerta sobre el tipo de cambio. En Europa, el euro sigue en graves problemas y sus efectos se resienten en la economía mundial. Se trata, pues, de una situación de pronóstico reservado, en una encrucijada sin opciones a la vista.