Deslindes
Ramón Zurita Sahagún lunes 4, Jun 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Conforme se acerca la fecha de la elección presidencial, los candidatos y los partidos entraron en una etapa de deslindes de personas y hechos que representen una carga. Los adversarios buscan los dardos que puedan acertar en el punto adecuado para restar posibilidades a sus contendientes.
Parte de la estrategia final de las campañas electorales estará dedicada a la búsqueda de los negativos de cada uno de ellos. La llamada guerra sucia se encuentra en su apogeo y el golpeteo entre los candidatos, sus partidos y sus equipos es un deleite para los analistas y una decepción para los seguidores de unos y otros.
La disputa se radicaliza cada vez más y la pugna entre los candidatos del PRI y PRD incrementa, aunque el PAN intenta aprovechar la coyuntura y colarse por alguna rendija que le dejen abierta.
Es un escenario complicado el que se presenta para los electores que concurrirán a las urnas el próximo primero de julio y que se espera que el próximo domingo exista un poco de claridad, luego de realizarse el segundo y último debate entre los cuatro candidatos presidenciales.
Por eso, los partidos y sus candidatos se han dado a la tarea de recolectar los obuses que llevarán a Guadalajara y con los que tratarán de frenar a sus adversarios.
Se considera que el debate que estrenará formato estará lejos de ser una confrontación de ideas y se convertirá en una cena de negros -término coloquial-, con denuncias, recriminaciones, reproches y acusaciones de todo tipo.
Es cierto que muchos de los temas se encuentran sumamente desgatados y ya no representan sorpresa alguna para quienes sigan el debate por la televisión, pero habrá otros a los que todavía se les podrá sacar jugo.
Para el candidato priísta Enrique Peña Nieto los deslindes realizados durante las etapas recientes de campaña, servirán para ser refrendados.
Los casos de los ex gobernadores priístas de Tamaulipas, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández, son parte de la carga negativa que suma su partido, como lo son también algunos ex mandatarios postulados a cargos de elección popular.
Pero si esos ex gobernantes representan un lastre, es cierto que ya se gastaron demasiado los temas concernientes a Carlos Salinas, Arturo Montiel y ya quedó demostrado que el priísta candidato presidencial cuenta con los atributos suficientes para debatir al tú por tú con sus adversarios.
Enrique Peña Nieto llegará al segundo debate más curtido, con la experiencia suficiente para polemizar y con los argumentos necesarios para contrarrestar las estrategias de sus contendientes.
Andrés Manuel López Obrador llegará al debate con el peso de la enredada cena de pase charola y la carga que significa la petición de recaudar 6 millones de dólares, para la etapa final de la campaña.
Cierta o no esa petición deja en claro que los perredistas requieren de recursos extraordinarios para llegar al final de las campañas y reforzar su estrategia para el día de los comicios.
La transparencia de los fondos de campaña presentada por AMLO es un punto favorable, aunque deja pendientes el porqué se tardaron tanto en aclarar la situación de la cena, que sí ocurrió.
Y aunque ese es un punto negativo para el debate y será una prueba difícil de superar en la polémica, el tabasqueño es quien tiene el mejor reposicionamiento entre el primero y segundo debate, lo que puede ser un as debajo de la manga para ese momento de la noche del 10 de junio.
López Obrador dejó atrás aquella imagen de peligro para México, aunque hay quienes mantienen sus dudas y buscan repetir parte de la estrategia usada hace seis años, para frenar su crecimiento.
Habrá que seguir de cerca la estrategia que llevará el candidato perredista al debate y deberá tener cuidado con el manejo ante cámaras para evitar desaguisados como del de la foto de cabeza.
Josefina Vázquez Mota es quien se muestra más frágil para el segundo debate, su campaña no registra el crecimiento esperado, las sospechas de falta de recursos económicos para afrontar los gastos que requiere el tramo final de la campaña, el poco respaldo electoral que recibe de los candidatos a gobernadores en siete entidades del país y las escasas posibilidades de repetir en dos de los tres estados que gobiernan, la vuelven sumamente vulnerable.
La candidata panista oscila entre lo poco brillante de su campaña, un discurso sumamente opaco, una figura carente de brillantez y el poco respaldo que recibe dentro de su propio partido.
Hay quienes sugieren que Josefina se deslinde del Presidente Calderón para intentar remontar os puntos desfavorables que arrojan las encuestas y acercarse al puntero en la carrera presidencial.
Se considera que el segundo debate sería el escenario idóneo para ello, aunque tendría que evaluar primero los pros y los contras de una decisión de ese tamaño.
Por lo pronto, la cercanía del segundo debate permitirá conocer si llegan hasta allá los deslindes de personajes non gratos para las campañas presidenciales o si antes se producen algunos más.
MANUEL ESPINO
Escupir al cielo es un grave riesgo, dice la máxima popular, aplicada en esta ocasión a Manuel Espino Barrientos, ex dirigente nacional del PAN y activo reciente incorporado a la campaña presidencial del priísta Enrique Peña Nieto.
Durante el fin de semana, el ex panista fue interceptado por el alcoholímetro y al comprobarse que superaba el límite establecido fue remitido al afamado “Torito”, donde cumplió con la mitad de la sanción impuesta y tendrá que regresar a cumplir el resto, ya que fue liberado mediante un amparo.
Espino es un político polémico, por lo que hay que esperar su reacción con este incidente.