Encuestas
Ramón Zurita Sahagún viernes 1, Jun 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Encuestas iban y venían, consignadas por las distintas casas dedicadas a ese mercado, sin que nadie se alterara, ni mucho menos sude calenturas ajenas. Sin embargo, la publicación de una más, proveniente no de las empresas que se dedican al tema, sino de un medio de comunicación (“Reforma”) trastocó toda la tranquilidad imperante sobre el mundo de las encuestas y sondeos que marcan las preferencias de los electores con vistas al proceso del 1 de julio.
Mientras todas las firmas del ramo establecen un rango de entre 15 y 20 puntos de diferencia entre el primero (EPN) y el segundo lugar (AMLO) y reconocen que entre el segundo (AMLO) y tercer sitio (JVM) hay empate técnico, la del diario en cuestión reduce la diferencia entre el primero y segundo a solamente cuatro puntos, lo que prendió botones de pánico en el equipo del puntero.
Pero además de ello, relega a otro de los competidores a un distante tercer sitio, casi fuera de la disputa por la Presidencia de la República.
Lo diferente de las cifras divulgadas entre unos y otros deja ver que alguien miente en cuestiones de encuestas y que existe mucho razonamiento entre quienes no creen en las mismas, que son la mayoría de los electores.
Desde hace mucho tiempo se habla de la explotación de los mercadólogos y encuestadores sobre los temas electorales y de la saturación que existe de las empresas que levantan sondeos y de los yerros que cometen, pero también de las justificaciones a las que recurren cuando sus pronósticos no salen ciertos.
Y es que llamaba poderosamente la atención que los acontecimientos recientes (la toma de calles por universitarios, la creación de los grupos #132 y la formación de bloques contra uno de los candidatos) no repercutieran en el mundo de las encuestas.
Claro que para justificar los resultados de unas y otras, existen argumentos, algunos de ellos sólidos y otros sumamente endebles y cada quien defiende los suyos.
Sin embargo, sin saber a cuál de ellos le cabe la razón -a los que marcan distancia entre el primero y segundo o a los que la reducen-, la difusión de esa nueva encuesta vino a sacudir un poco la modorra que amenazaba con arrasar con el proceso electoral del 1 de julio.
Sin duda, la semana próxima será de conocimiento de los nuevos números, para contrastarlos con los actuales y ver si existió o no variación entre las cifras de los personajes que compiten por la Presidencia de la República.
Por lo pronto, a poco más de una semana de la realización del segundo debate, mismo que tendrá un formato distinto, la carrera presidencial se anima, mediante una competencia más reñida y con posibilidades de que los números sufran un cambio radical.
La cercanía del proceso (1 de julio) provoca reacciones enconadas de uno y otro lado y las filtraciones sobre reuniones para la recolecta de apoyos económicos atiza más el fuego.
Sabido es que los candidatos buscan el respaldo de los grandes empresarios, aunque también que existen lineamientos y topes sobre esos respaldos en dinero o especie.
Hay un tope de campaña que deben respetar todos los candidatos y un límite sobre los apoyos empresariales, aunque no existen regla alguna sobre la manera en que se recolectan esos respaldos.
Tradicionalmente, se le denominan pase de charola a esos cónclaves entre los recolectores del dinero para las campañas y los que destinarán esas cantidades. El más famoso de todos fue el que hizo personalmente Carlos Salinas de Gortari, durante una cena en la casa del ex secretario de Hacienda, Antonio Ortiz Mena y donde el tope fijado fue de 25 millones de dólares por cada empresario.
Claro que eran otros tiempos y no existían los lineamientos que marca ahora el IFE, ni siquiera la normatividad que establece que las campañas son financiadas con dinero público que se entrega a los partidos contendientes, de acuerdo con los sufragios alcanzados por cada uno de ellos en la elección anterior.
Sin embargo, la sola mención de la cena (no desmentida por nadie) para la propuesta de los 6 millones de dólares necesarios para la campaña de AMLO, encendió lo botones de pánico que llegaron a su clímax con la sorprendente encuesta del diario “Reforma”.
PUEBLA, CUATRO PRIÍSTAS
Curioso lo que sucede en Puebla, donde compiten por un escaño de mayoría, cuatro personajes que abrevaron sus enseñanzas política en el mismo partido político.
Hoy los trazos de la vida los llevan a competir por la misma posición y solamente uno de ellos podrá llegar por esa vía, otro más lo podría hacer por la ruta de la primera minoría y los otros dos, tendrán que conformase con su participación.
Javier Lozano Alarcón, compite con las siglas de Acción Nacional; Blanca Alcalá Ruiz, abandera al partido tricolor; Manuel Bartlett Díaz representa al PRD y Víctor Hugo Islas va con la bandera de Nueva Alianza. Los cuatro fueron, en su momento, candidatos del Partido Revolucionario Institucional a un cargo de elección popular.
Lozano perdió en su intento por convertirse en diputado federal, Alcalá sí logró la alcaldía de Puebla, Bartlett fue senador de representación proporcional e Islas recorrió todas las gamas del Legislativo, diputado local (hoy lo es), diputado federal y senador.
Ahora transitan por caminos diferentes y solamente Blanca es la única que se mantiene firme en sus convicciones ideológicas.
Ya escenificaron el primer intercambio de ideas y propuestas, por lo que habrá que ver que repercusión tiene en el elector que el 1 de julio definirá cuál de los cuatro llega por la vía de la mayoría y cuál otro lo hace por la ruta de la primera minoría.