Soporífero
Ramón Zurita Sahagún martes 29, May 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El avance conseguido entre los televidentes por el debate entre los presidenciables sufre un grave retroceso con lo presenciado con los candidatos al gobierno del Distrito Federal.
Lo visto por las pantallas de televisión fue cansado, tedioso, aburrido y soporífero, con cuatro candidatos acartonados, presentando en muchos de los casos, las mismas propuestas, desde otros ángulos.
Tres mujeres y un hombre que pretenden convertirse en el siguiente Jef(a)e de gobierno (cuarto electo en la vida democrática de la ciudad de México), se olvidaron de confrontar sus propuestas o discutir sobre los temas de interés, para refugiarse en la mediocridad de sus discursos.
Miguel Ángel Mancera jugó con su condición de favorito y nunca se prestó al debate con sus tres adversarias que tampoco lo confrontaron y obligaron a que muchos de los televidentes prefirieran cambiar de canal sus respectivas señales.
Beatriz Paredes, Isabel Miranda y Rosario Guerra, candidatas del PRI, PAN y Panal; parecía que administraban una inexistente ventaja en las encuestas y hasta se mostraban tímidas en sus participaciones.
Tal vez la candidata panista que no milita en ese partido fue la que arriesgó un poquito más, pero mostraba su desconocimiento profundo de muchos temas de la ciudad que pretende gobernar.
Pero eso sí, fue la única de las tres mujeres participantes que intentó acorralar al candidato puntero.
Rosario Guerra se vio nerviosa, titubeante, alejada de la gran experiencia política con que cuenta y buscando posicionarse en un nicho en el que Josefina Vázquez Mota no pudo insertarse, el de las mujeres.
La candidata de Nueva Alianza recurre a su condición de mujer-tipo, como abundan en las grandes ciudades, donde ellas son cabeza de familia y puede ser una fórmula exitosa que le genere votos, aunque distante de la posibilidad de victoria.
En el caso de Paredes nadie entiende para qué se metió en esos terrenos de la candidatura, si se le nota desganada y con pocos deseos de entrar en una franca competencia por una plaza en la que ya fue derrotada con anterioridad.
Se creía que la experiencia política con la que cuenta la tlaxcalteca sería su mejor aval para el debate con los candidatos de los otros partidos, aunque francamente este no se asomó en el encuentro entre candidatos.
La realidad del debate es que se lo pudieron ahorrar y si el siguiente es en los mismos términos, pues sería mejor no realizarlo.
Es cierto que la presentación en TV de los cuatro aspirantes sirve también de plataforma de lanzamiento para que los electores potenciales los conozcan más de cerca, vean como se expresan, los escuchen y puedan razonar la emisión de su voto, pero los debates deben contar con otra dinámica que permita ver el pleno desenvolvimiento de los candidatos, sus reacciones ante eventualidades desconocidas y contingencias que se presenten en el curso de su participación.
Aburrido y soporífero es la conclusión de este encuentro que dejó en claro que el candidato del PRD cabalga solo en busca del cuarto triunfo del partido que representa en la ciudad de México.
Solamente algún desastre podría echar por tierra sus posibilidades de triunfo, donde se podría presentar un fenómeno similar al registrado en el vecino estado de México, en que el candidato ganador triplicó los votos de sus adversarios.
No se ve por dónde podrán las tres candidatas arrancar votos a un candidato que encajó bien en el perfil que buscan los votantes de la capital del país.
Pero si el debate entre los aspirantes al gobierno del Distrito Federal no importa por su bajo atractivo, el presidencial jala los reflectores ante la cercanía del mismo y la crispación entre un sector de la población.
Fijado para el 10 de junio y con sede en Guadalajara, el debate presidencial puede ser el detonante que incline la balanza a favor de uno o logre acercar a uno de los otros tres aspirantes que disputan el segundo, tercero o cuarto lugar en las preferencias ciudadanas.
El despertar estudiantil y el sesgo que están tomando las protestas de los universitarios, más la penetración que están teniendo grupos politizados, pueden desembocar en situaciones de beneficio o perjuicio de alguno de los candidatos.
Las protestas se han generalizado en varios estados y toman un rumbo común, el que no tardará en tener su contraparte.
Por lo pronto, las movilizaciones y protestas de los estudiantes se presentan ya no solamente en el foro de uno de los candidatos, ya que se amplió a un segundo frente y amenazan con hacerlo más extensivo todavía.
El clima que se advierte para el segundo y último debate presidencial se advierte ríspido, por lo que la expectación es grande, por conocer los argumentos que llevarán cada uno de los aspirantes.
CHIAPAS, EL INICIO
Con una amplia ventaja del verde-priista, Manuel Velasco Coello se inician las campañas en Chiapas, donde el PRD enfrentará un duro escollo para mantener el gobierno de la entidad.
La neoperredista María Elena Orantes se desinfló por los graves conflictos que vive la izquierda en esa entidad que gobierna desde el año dos mil y en la que el gobernador Juan José Sabines Guerrero es el primer oponente de la senadora con licencia.
Nieto de un gobernador y con fuertes raíces en la entidad, Velasco se mantuvo alejado de la entidad, hasta que decidió incursionar en la actividad política, a la que representa como senador, por lo que ahora se encamina a un triunfo sin grandes problemas, con lo que se podría convertir en el primer gobernador emanado del Partido Verde.