Estallido social
¬ José Antonio López Sosa lunes 5, Abr 2010Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Cuando el doctor José Narro Robles hizo referencia al estallido social y la preocupante situación que vive nuestro país hace algunos meses, recuerdo bien haber escuchado a Ciro Gómez Leyva quejarse amargamente respecto a estas declaraciones y particularmente del término, mismo que según narró, tiene varias interpretaciones, ninguna de ellas precisa.
Me parece que el concepto y su definición son más simples de lo que parecen, estallido referente a precisamente, el romper de forma abrupta y social que está plenamente ligado a las personas e instituciones en su caso hablando de una estructura. Los teóricos científico sociales definen al estallido social de distintas formas, sin embargo, me parece que Gómez Leyva erró al considerar un acto de difusión del miedo masivo hablar de un estallido social.
En el país estamos al borde de él, de que las instituciones y la sociedad literalmente estallen ante la enorme problemática que existe en distintos rubros, principalmente en el de seguridad pública. En México no se puede vivir tranquilo, sobre todo si se reside en la provincia. Las masas comienzan a llegarse de fastidio ante la incapacidad gubernamental por resolver problemas, los mismos grupos criminales coadyuvan en colapsar los sistemas de procuración e impartición de seguridad y justicia en las distintas entidades del país, la pelea por los territorios fácticos rebasa por mucho al Ejército mexicano que lo único que ha logrado, es mermar su devaluada imagen frente a millones de mexicanos.
El problema no es decir o hablar de un estallido social, el verdadero problema es lo inerte que permanece el presidente en turno y su administración regañando en el discurso y dejando morir a miles de ciudadanos en la praxis. Insulta con la palabra (ridícula minoría) y repliega con hechos (al ocultar al Ejército cuando hay enfrentamientos entre grupos criminales).
La situación del país es grave, urge en verdad que los distintos niveles de gobierno tomen decisiones y actúen, de lo contrario en verdad sin afán de ser alarmistas estamos frente a un posible estallido social, más allá de condiciones conceptuales o regaños periodísticos la estabilidad social está en franco peligro, la idea del estado fallido no es absurda y quienes nos gobiernan abonan a crear las condiciones idóneas para ello.