La relación con el magisterio
¬ José Antonio López Sosa jueves 17, May 2012Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
En la tradicional ceremonia del “Día del Maestro”, donde el Presidente de la República convoca a las altas esferas del sindicalismo magisterial, hubo un acto con Elba Esther Gordillo Morales, lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
Ignoro si la tradición la conserva Felipe Calderón por costumbre o por finiquito de las facturas pendientes con Elba Esther Gordillo.
El hecho es que una vez más le patean la casa al Presidente, la lideresa del SNTE sin pronunciar su nombre, se quejó amargamente de la gestión al frente de la Secretaría de Educación Pública de la actual candidata presidencial panista, Josefina Vázquez Mota.
Se quejó también del interino que hizo las funciones de Alonso Lujambio durante el período crítico de salud que padeció.
En pleno tiempo electoral Calderón tuvo al enemigo en casa, además le dio voz y reflectores.
Una vez más Elba Esther Gordillo da muestras del poder fáctico que posee, no por el poder en sí que pueda tener sino por el que la clase política le brinda por miedo, compromiso o qué se yo.
Felipe Calderón no tuvo más que callar y aguantar, no está en el papel de descalificar con quien pactó hace seis años para que gobernadores priístas y maestros operaran a su favor.
No cabe duda que en esta vida las cosas cuestan y mucho, parece que en política aún más.
Mientras esta juerga política se llevó a cabo dentro de Los Pinos, en las calles, en las colonias y en las escuelas la educación pública del país sigue al borde del colapso.
Los maestros siguen ganando salarios miserables y siguen con mecanismos raquíticos de evaluación, mientras que la cisma del oficialismo sindical además pide que se derogue cualquier esquema de evaluación.
Nada qué celebrar el “Día del Maestro”, con una profesora lideresa del sindicato inmensamente rica y poderosa y decenas de miles de maestros sumidos en la pobreza intelectual, laboral y económica.
Otra de las promesas incumplidas del presidente Calderón. Me pregunto si a seis años de gestión al frente del Poder Ejecutivo sería capaz de mandar a sus hijos a una escuela pública en el Distrito Federal, si está pensando en que vayan a una secundaria y bachillerato público, si ha pisado siquiera una escuela pública sin las rejas y los policías en décadas.
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