El SNTE no es gobierno
Francisco Rodríguez jueves 17, May 2012Índice político
Francisco Rodríguez
Puntual, la lideresa de más de un millón 800 mil maestros de todo el país, dijo hace un par de días que su sindicato no es gobierno.
Apenas cinco palabras que parecieran verdad de Perogrullo, pero que por alguna razón nada misteriosa, convenientemente muchos habíamos olvidado. El SNTE no es gobierno, dijo la maestra Elba Esther Gordillo en la ceremonia principal que, en la residencia oficial de Los Pinos, se llevó a cabo para celebrar a los trabajadores de la educación el pasado martes 15 de mayo.
No, efectivamente. El sindicato magisterial no es gobierno. No elabora los planes de estudio. No fija el calendario escolar, que contempla los días de asueto y los llamados “puentes”. No provee el sindicato los materiales educativos, ni los libros de texto gratuitos, ni hace escuelas, ni es la instancia que debe mantener las aulas en inmejorables condiciones.
De todo ello, en efecto, deben encargarse los gobiernos, tanto el federal como los estatales.
Pero, ya lo sabemos, difícilmente lo hacen. Y es entonces cuando toda la responsabilidad del verdadero desastre educativo que hoy vivimos, la colocamos sobre una sola persona. Y esa persona es, precisamente, la lideresa de los trabajadores de la educación.
Si no hay clases, escuchamos, es porque la maestra Gordillo no quiso que las hubiera.
Si las escuelas están cayéndose y en condiciones de insalubridad, es por culpa de los maestros que representa la maestra Gordillo.
Si los planes educativos sólo producen ignorantes y desempleados, es responsabilidad del sindicato que encabeza Gordillo.
Y no. Porque esas, precisamente, no son funciones de un sindicato.
Sí, en cambio, las de defender los derechos humanos y laborales de sus agremiados, lo mismo que conseguir para ellos mejores condiciones de trabajo.
Y en ello han cumplido la organización gremial y su dirigente, la maestra Gordillo.
¿Qué atora a nuestro país, entonces? ¿Por qué la educación pública -que en realidad debería llamarse Instrucción o Enseñanza Pública- parece no avanzar y, por el contrario, sí ir en reversa?
Por la alta politización de quienes han sido nombrados, en los últimos 20 años, titulares de la SEP. Porque, como se lo comentaba aquí hace un par de días, tal posición se ha otorgado como premio de consolación o a veces hasta como castigo. El caso de Josefina Vázquez Mota es ejemplificativo. En 2006 ella quería y peleaba por la Secretaría de Gobernación. Los próximos a Felipe Calderón, señaladamente Juan Camilo Mouriño, se opusieron a semejante desatino. Y amargada, la ahora candidata presidencial panista llegó a la SEP a actuar en consecuencia con sus frustraciones, y a construir desde ahí la culminación de sus ambiciones personales y políticas.
Por tal es que, entre otras cosas, la tarea de enseñar se dificulta. Cuando la tarea educativa del país se encarga a un personaje que relega sus obligaciones para sólo dedicarse a satisfacer sus ambiciones personales, cual en esa ceremonia denunciara la maestra Gordillo Morales. Sin mencionarla, se refirió así a la señora Vázquez Mota, quien ocupó la cartera de Educación durante los primeros años de esta administración federal, y ahora es candidata presidencial de Acción Nacional, lo que indica que está en lo mismo, satisfaciendo sus ambiciones políticas… aunque se adivine que éstas no tendrán un final que sea feliz para ella.
La educación, pues, no es tarea exclusiva de los maestros, quienes hasta ahora han cargado con la culpa del fracaso en ese renglón. Tampoco del gremio ni de su dirigente.
Educar, hay que repetirlo hasta el cansancio, es obligación de los padres en primerísimo lugar. Constitucionalmente, de los gobiernos. Y la enseñanza, deber de los maestros y profesores. Lo que queda claro, en fin, es que no debemos confundirnos: el sindicato de maestros no es gobierno.
Índice Flamígero: Faltan 198 días y el desgobierno llega a su fin.