Lyon, entre ríos y paisajes
¬ José Antonio López Sosa martes 15, May 2012Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Lyon, Francia.- En pocos lugares se tiene la posibilidad de vivir experiencias sensoriales con tan sólo salir a recorrer las calles y puentes. Lyon está dentro de esos escasos lugares, basta salir por la tarde a caminar por sus calles, cruzar sus ríos, llegar al barrio antiguo y sumergirse entre sus callejones para experimentar un “algo” que sale de lo cotidiano, que nos lleva y nos trae en un devenir de aromas, sensaciones, vistas y siluetas.
Más de 2 mil años tiene que se fundara esta ciudad por los romanos, en aquel entonces como la capital de “Galia”, el territorio francés en dominio de Roma. El lugar de su fundación permanece en la colina viendo el devenir de esta ciudad, hasta allá se puede caminar y ver los vestigios que los romanos dejaron, imponente influencia que marcó el destino de Lyon con los años, tras monarquías, revoluciones y finalmente llegando a la Francia moderna del siglo XXI.
Edificios con más de cinco siglos que siguen fungiendo como lofts u hoteles boutique, patios y plazuelas donde basta sentarse a tomar un café y ver la vida pasar para entrar un poco a la vida en la provincia francesa. A pesar que Lyon es la tercer ciudad más poblada de Francia, conserva ese sabor provincial en sus calles, sus cafés, sus panaderías y charcuterías.
La plaza principal de Lyon yace imponente con la gran estatua de Luis XVI, emperador de Francia, la original fue destruida en la revolución, sin embargo, el pueblo francés la reubicó y admira todo lo positivo que hallan dejado las distintas etapas de la historia, no hay buenos ni malos, simplemente hay épocas y arte, mucho arte.
La gente acude a la plaza pública como en nuestras ciudades, a caminar, a fumar, a llevar a los niños, en una palabra a ser parte de la vida de una ciudad. Las plazas siguen siendo en Lyon importantes puntos de reunión donde convergen locales y turistas, donde la vida se escribe a diario, donde nacen y mueren historias que datan de más de dos milenios.
Junto al río, imponentes edificios le dan un paisaje completamente europeo, junto al centro y sobre la ribera decenas de restaurantes y “pub’s” dan sentido a la vida nocturna de la ciudad que tiene un especial toque francés, antros -como les llamamos en México- en edificios tricentenarios, música, cerveza, buenos vinos y una alta gastronomía convergen armoniosamente. La elegancia y la vanguardia en la forma de vestir de las personas en Lyon resulta parte de esta explosión de vanguardia.
Podría seguir por líneas y líneas hablando de cada edificio, de cada calle y de cada plaza. Del palacio de justicia, de la catedral gótica, de las distintas iglesias y fuentes, de todo aquello que se dibuja sobre la ciudad de Lyon, una ciudad de visita obligada por lo menos una vez en la vida, tiene además con toda la infraestructura para recibir a miles de visitantes al año, desde hostales hasta hoteles a todo lujo, desde panaderías donde se puede comer de forma modesta hasta grandes restaurantes con cocina de autor.
Finalmente, hoy en día se sigue escribiendo la historia de Francia desde Lyon, como parte de una de las metrópolis más importantes en este país, donde el arte, la investigación científica, la política y los negocios siguen dándole sentido a su existencia, en una de las ciudades más bellas de Europa, ahí justo a la entrada de los Alpes.
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