Tabasco, el gran reto
Elecciones 2012, Ramón Zurita Sahagún martes 15, May 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Arturo Núñez Jiménez inició ayer el camino que debió haber recorrido hace 12 años, aunque ahora lo hace desde una trinchera distinta a la de ese entonces. Conquistar el voto ciudadano no le es ajeno al candidato perredista al gobierno de Tabasco, ya que en 1997 lo hizo con los colores del PRI, resultando ganador, sin grandes problemas, de una diputación federal de mayoría. Nueve años más tarde repitió la dosis y con gran ventaja logró la senaduría de mayoría, aunque con siglas distintas a las de la primera ocasión.
Ahora, con las mismas siglas del PRD, Núñez Jiménez intentará conquistar su tercer triunfo en las urnas y consolidar una carrera política exitosa, a la que le hace falta gobernar su entidad natal.
El camino a recorrer no será sencillo y el perredista está consciente de ello, aunque algo habrá aprendido de aquella ocasión en que con todos los momios a favor no pudo concretar su candidatura al gobierno estatal por parte del PRI.
Fue la época en que sorpresivamente Arturo Núñez no fue candidato al gobierno del estado, resultando favorecido Manuel Andrade Díaz, con todo el respaldo del gobierno estatal y dejando un fuerte tufo a dados cargados.
Resignado, Núñez Jiménez se mantuvo ajeno al proceso constitucional y algunos años más tarde renunció al PRI y se enroló en el PRD, donde alcanzó la votación más alta jamás lograda por un candidato a senador en esa entidad.
En esta ocasión, la ruta trazada no habla de una elección tan desbalanceada, ya que se considera que será una batalla difícil, donde operan dos fenómenos, el que el candidato presidencial de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador sea oriundo del estado, opera a favor de Núñez Jiménez y el que Enrique Peña Nieto preste atención primordial al estado de Tabasco, es la apuesta de los priístas.
La situación en Tabasco parece preocupante para los priístas que iniciaron también ayer, por ley, su campaña estatal. Lo es tanto que el propio candidato presidencial de ese partido se desplazó a territorio tabasqueño para arropar a su candidato.
Jesús Alí de la Torre es quien contiende como abanderado del partido tricolor. Se trata de un político de rápido ascenso, que hace poco más de diez años operaba como secretario particular del mismo Núñez Jiménez.
Alcalde con licencia de la capital del estado, Alí de la Torre deberá comprobar que su candidatura fue bien recibida por la militancia de su partido, donde brotaron una serie de inconformidades que dieron pie a la salida de decenas de militantes y algunos otros personajes de cierto peso político, algunos de los cuales fueron a engrosar las filas del partido del sol azteca.
La disputa por el gobierno de Tabasco se centrará en esos dos personajes, aunque hay un tercero en discordia, al que se le conceden pocas posibilidades de triunfo.
Se trata de Gerardo Priego Tapia, quien compite con los colores de Acción Nacional y aunque está considerado como un buen candidato, mucho tendría que hacer para ganar una contienda electoral en la que no está considerado como contendiente.
Priego Tapia es avalado por un partido que en Tabasco tiene poca clientela electoral y que su mayor rango de votación lo obtuvieron en la elección presidencial del 2000, cuando el fenómeno Vicente Fox Quesada alentó un poco el voto de los tabasqueños, rebasando el rango del 10 por ciento.
En su contra opera además el que su candidata presidencial, Josefina Vázquez Mota, dista mucho de ser un fenómeno como Fox Quesada o como pretende serlo en la actualidad Peña Nieto.
Por eso, el proceso electoral de Tabasco mostrará la existencia de un bipartidismo, entre PRD y PRI, donde el primero tratará de arrebatar, con grandes posibilidades de conseguirlo, el gobierno a un partido consolidado en esa entidad desde hace más de 80 años.
Desde que la izquierda se unió, Tabasco ha sido uno de sus reductos, aunque jamás han conseguido el gobierno estatal, ni siquiera la presidencia municipal de la capital del estado.
Han gobernado, eso sí, las principales ciudades del estado, fuera de la capital. Cárdenas, Comalcalco, Macuspana, Tenosique, Huimanguillo, Cunduacán y Centla, en varias ocasiones.
Por eso, el reto de la actualidad es ver si cuentan con el suficiente respaldo popular para ganar el gobierno del estado, ya que cuentan con un candidato sólido, experimentado, honesto y reconocido como un político capaz.
La elección tabasqueña se espera sumamente competida, por lo que no se descarta que sean los órganos electorales donde se dilucide el resultado. No sería la primera ocasión que ello ocurriese, ya que en el año 2000 y con el priísta Manuel Andrade Díaz, listo para asumir el gobierno estatal, la intervención del Tribunal Federal Electoral determinó anular los comicios, al confirmarse una serie de irregularidades.
En aquella ocasión hubo necesidad de una elección extraordinaria, de la que resultó vencedor Andrade Díaz.
Hoy, el escenario es incierto, por lo que ya hay quienes anticipan que será nuevamente el Tribunal Electoral el que defina el resultado electoral. Por lo pronto, el perredista Arturo Núñez inició con un magno evento de más de 5 mil mujeres, mientras que el priísta Jesús Alí lo hizo con una concentración, donde contó con el respaldo del candidato presidencial de su partido.