Chambéry, cuna del pensamiento de Rousseau
¬ José Antonio López Sosa lunes 14, May 2012Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Chambéry, Francia.– A la entrada de Los Alpes franceses está esta pequeña ciudad que conserva historias por cientos y de cientos de años.
Chambéry tiene las características de los viejos pueblos franceses, de sus calles emergen edificios con más de 500 años de antigüedad que cuentan las historias de la vieja monarquía, aquella que no fue ni francesa ni italiana sino la del reino de Savoy.
En el corazón de la ciudad luce con soberbia el castillo que fuese residencia de la nobleza de Savoy y después de Francia, hoy día es además de un sitio de visita abierto al público, la sede de los gobiernos locales y nacionales franceses en la región.
El castillo está en la parte alta del valle, desde su torre más alta se puede contemplar a detalle la ciudad entera, sus calles y avenidas así como los tejados que se confunden a lo lejos con el bosque y la montaña.
Fue en este lugar donde Rousseau llegó con 16 años y conoció a Madame de Warens, una noble con muchos años más que él quien le dio cobijo y sobre todo, enseñanzas simples en medio de una vida llena de pasiones y excesos, esa irreverencia que compartía con Rousseau les permitió vivir por prácticamente 10 años y compartir más allá del cuerpo, el espíritu.
En la ciudad donde Rousseau comenzó a preguntarse sobre la vida y el pensamiento, esa inspiración se percibe aún en sus calles llenas de una mística energía, arte, cultura, música, literatura por doquier.
Fuimos a la vieja mansión de campo (Maison des Charmettes) donde compartieron 3 veranos Madame de Warens y Roussau, se encuentra intacta y es ahora un gran museo en su honor, ahí se celebraban grandes fiestas donde convergían nobles y ciudadanos ordinarios, ahí se discutieron desde los temas más mundanos hasta los más complejos, cosa que inspiró en gran medida el pensamiento de Rousseau.
Caminar por los callejones y plazas de Chambéry da paz al espíritu, de pronto sentarse en una de las viejas plazas a tomar café, leer por unos minutos o simplemente ver la vida pasar es una de las más gratas experiencias que un viajero puede sentir en estas latitudes.
Pernoctamos en el Hotel Altedia, un edificio tradicional de la arquitectura europea con ventanas y áticos en madera y una decoración muy cuidada que nos trasladó en el tiempo con todas las ventajas de la modernidad.
Se puede recorrer el centro con un guía o bien de forma individual, de ambas formas se disfruta.
Hay recorridos específicos de acuerdo a los intereses del visitante, la bicicleta es una excelente opción.
Muchos pequeños cafés y restaurantes presumen la alta gastronomía francesa, los buenos vinos de la región, el pan y los quesos forman parte del entorno de la zona alpina francesa, degustamos excelentes platos de la región en Le Bistrot, uno de los sitios más exquisitos en el centro de la ciudad.
Se puede acceder a toda la información turística de Chambéry en http://musees.chambery.fr y http://www.ccsti.chambery.org
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