No la odien por ser bonita
¬ Juan Manuel Magaña martes 8, May 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
Cualquier cantidad de cosas se ha dicho acerca de la preciosa edecán que apareció este domingo en el debate de los candidatos presidenciales.
Los comentarios son picantes, moralinos, insultantes, críticos y hasta “sospechosistas”, como diría Creel “El Clásico”.
La playmate Julia Orayen simplemente se presentó a trabajar del mismo modo como quién sabe cuántas veces lo ha hecho, y no tuvo ninguna culpa del resultado extraño que experimentó.
No se merece los insultos. Y de seguro estará sumamente sorprendida por la inesperada fama conseguida, al grado de haberse colocado por largo tiempo como trending topic mundial en Twitter.
Ciertamente, la suya no era la vestimenta adecuada para el debate en cuestión.
Digamos simplemente que no se trataba de un evento fashion. Pero la vestimenta no tenía por qué decidirla ella, sino ceñirse a una cierta etiqueta que debió determinarse para la ocasión.
No se necesitaba algo muy riguroso, sino sólo sentido común de quienes se hicieron cargo de organizar el debate, que no fue el IFE.
Ahora tenemos un nombre entre los responsables de, por decir lo menos, el equívoco que se volvió escándalo: Jesús Tapia, quien estuviera al frente, ni más ni menos, del Centro de Producción de la Presidencia, durante el gobierno de Fox.
Este personaje fue el encargado de contratar a la edecán y de su forma de vestir. Y entonces aquí sí cabe ser mal pensados.
El tipo no es ningún improvisado en lo concerniente a la comunicación política.
Se sabe que no acató una petición del IFE de que la edecán debía lucir sobria y formal.
¿Por qué hizo exactamente lo contrario?
En comunicación política lo que cuenta es la intencionalidad de una imagen.
La edecán con su vestimenta pretendía distraer. Y la distracción es desinformación. Este es el meollo del tema.
Aquí no estamos hablando de la guapa mujer en sí. Sino de quiénes la usaron y de la desinformación como un fenómeno político operado conscientemente por profesionales de la manipulación. Eso es lo inmoral.