Se van al diablo
¬ Juan Manuel Magaña jueves 3, May 2012Política Spot
Juan Manuel Magaña
En este país, a las instituciones o se las manda al diablo, o de plano se van solas.
Primero, Felipe Calderón viola la Constitución, haciéndose propaganda con unas cartitas y a sabiendas de que el árbitro no le iba a hacer nada. Ahora, ese árbitro pide a las televisoras que difundan en serio el debate y que no lo hagan competir en el mismo horario con partidos de futbol, y que lo mandan a volar.
Pues al fin y al cabo no pasa nada, y en una de esas hasta del árbitro se puede prescindir.
Como buen oligarca, Ricardo Salinas Pliego no sólo no prestó el canal 13, sino tampoco el 7 y nomás va a transmitir futbol a la hora del debate. Y púdranse, les dijo a los mexicanos que acostumbran ver su televisora. Por el estilo, Emilio Azcárraga le echó llave al canal 2 y, a lo sumo, canceló una película en el 5 para que ahí unos cuantos vean el debate. El 2 es mío, pues qué se creen, ha de haber pensado.
La cosa, es que si estas televisoras no quieren tener nada que ver con un evento que sólo cada seis años es de la mayor importancia para un país entero, entonces cuál es su razón de ser. Son éstas las que no le sirven a los mexicanos y, según sus intereses o su desinterés manifestados, queda más que claro cuál debería ser su destino: que una sea reducida a canal deportivo y la otra a canal peliculero, y que vengan ya otras televisoras.
Pero, ¿y dónde está Gobernación? ¿También la mandaron al diablo o se fue sola? Las televisoras están ejerciendo un veto descarado de los personajes más relevantes en este momento de la política, y esa secretaría no ha dicho esta boca es mía, para ordenar una cadena nacional que obligue a transmitir el debate entre los candidatos presidenciales.
Por su lado, Peña Nieto ha dicho yo voy a debatir y lo demás no me corresponde. Y es válido que siga una estrategia para no exponer su ventaja. No tiene nada que ganar y sí mucho que perder con un debate. Pero entonces son las oficiosas televisoras las que creen hacerle el favor de protegerlo al ocultar lo más posible el debate. Y con ello ya lo han metido en problemas.
Ya hay todo un debate del debate. Chisme grande. Es decir, un predebate. Y las televisoras con su actitud ya están haciendo que lo pierda Peña Nieto. Que porque tiene pánico a debatir. Que porque lo quieren sobreproteger e imponer. Y eso ha de costar puntos. Además, le están haciendo un mal ambiente para el debate y el posdebate, momentos ambos que también suman o restan votos.
La última cuestión es que quizá involuntariamente le están haciendo un favor a ese debate del domingo. Pasa como con los libros prohibidos. Pareciera que ver ese debate será algo herético. Y por eso lo van a ver más, aunque Ricardo Salinas y Emilio Azcárraga lloren. Lo terriblemente lamentable, es que, más que un árbitro o un órgano de gobierno, las primeras instituciones a las que están mandando al diablo es al derecho a la información y a la democracia como vía de acceso al poder. Y eso sí calienta y es sumamente peligroso.