Ni los discursos ni los buenos deseos sacarán a Petróleos Mexicanos del hoyo en que se encuentra
¬ Augusto Corro miércoles 2, May 2012Punto por punto
Augusto Corro
Es más, ni siquiera el líder moral del perredismo, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, de dar aliento a la obra que inició su padre, el general Lázaro Cárdenas. Se necesita de una persona que conozca más de lo necesario sobre la materia petrolífera, en la teoría y en la práctica.
No será suficiente que un dizque izquierdista sea el responsable del futuro de la riqueza de México.
Y cada día que pasa, la situación de Pemex se vuelve más compleja: la producción se ha desplomado; sacar petróleo del fondo del mar será un problema difícil; y si lo anterior no fuera suficiente, se encuentra a merced de la delincuencia, que la tiene sometida a una “ordeña” de combustible millonaria; y aún más, el Sindicato Petrolero se ha erigido casi en dueño de la paraestatal: los salarios y prestaciones de los trabajadores son verdaderos privilegios.
A pesar de esos males, de los saqueos a la empresa por propios y extraños y de la pésima administración, Pemex vive. ¿Cuánto tiempo?
Esto dependerá del próximo presidente de México, quien tendrá la responsabilidad de que esa riqueza, un recurso no renovable, sea orientada para beneficiar a la sociedad mexicana, como si el petróleo realmente fuera una propiedad de México, y no la tradicional mina de oro para hacer millonarios a unos cuantos, entre otros a los líderes sindicales.
Debe desaparecer el mito que prohíbe la intervención de la iniciativa privada en Pemex.
Los empresarios, como en todas partes del mundo los hay honestos y deshonestos. El problema surge por el temor de que los pillos se apropien de los bienes de la nación para su propio beneficio.
Los tiempos cambian y urge que Pemex se abra a una mayor participación de la iniciativa privada, con nuevas ideas e inversiones.
De otra manera, Pemex seguirá estancado, con la producción detenida, sin inversiones que apoyen su desarrollo en áreas como la petroquímica, que según se nos informa, se encuentran en vías de extinguirse; y trabajadores sindicalizados con salarios de privilegio y una gigantesca lista de pensionados, que sin duda afectarán, tarde o temprano, la economía de la empresa.
Han pasado más de tres años de la aprobación de la controvertida reforma energética que elevaría la productividad de la paraestatal y sus subsidiarias. ¿Y qué pasó? Nada, Pemex sigue con los mismos problemas.
¿Alguien se ha preocupado en investigar qué es lo que ocurre realmente en Pemex? Nadie. De vez en cuando, algunos trabajadores inconformes con su sindicato son los únicos que dejan entrever las irregularidades que se registran en la empresa paraestatal. ¿Alguien podría explicarnos por qué Pemex tuvo una pérdida neta de 91 mil 483 millones de pesos, en el año 2011? ¿Por qué esos malos resultados?
En fin, somos dueños del petróleo, pero tenemos que pagar a precios elevados la gasolina importada, porque aquí a nadie se le ocurrió instalar refinerías. Como se ve, pues, el ingeniero Cárdenas y su pensamiento de izquierda no resolverían el conjunto de problemas.
Andrés Manuel López Obrador ya le ofreció el cargo de director de Pemex y el michoacano dijo que lo pensaría. Lo bueno de este asunto, es que se trata de un gesto político de un candidato presidencial, es decir, nada concreto, solo buenas intenciones, porque, dicho sea de paso, Cárdenas no tiene nada que hacer en una empresa que necesita aire de boca a boca para sobrevivir.
El líder moral del PRD, Cárdenas, ex candidato presidencial, ex jefe del Gobierno capitalino, debe continuar en su proyecto de izquierda cómoda, con sus exhibiciones públicas de acuerdo con el momento político que vive México, con la intención simple de seguir con los reflectores políticos.
Pemex ya no aguanta más experimentos. Alguien debe entenderlo.
El asesinato de Regina Martínez
Ya pasaron cinco días y siguen prófugos el o los asesinos de la periodista Regina Martínez, corresponsal de la revista Proceso, en Veracruz. Como informamos, la comunicadora fue estrangulada y su cuerpo sin vida localizado en el baño de su casa, en Xalapa. Este crimen se suma a cuatro más en los que las víctimas son representantes de diferentes medios de comunicación.
Las autoridades veracruzanas, encabezadas por el gobernador, Javier Duarte de Ochoa, se comprometieron a realizar una investigación a fondo, para dar con él o los asesinos de la periodista.
Sin embargo, el tiempo pasa rápidamente, y los investigadores no tienen la menor idea de quiénes son los asesinos. Mientras más se tarden en aclarar el asesinato, mayores serán los obstáculos para dar con los victimarios.
Precisamente, la Cámara de Diputados se pronunció porque “las autoridades correspondientes respondan por el esclarecimiento inmediato de este lamentable suceso”, el asesinato de Regina Martínez. Mientras, organizaciones nacionales e internacionales defensoras de los derechos humanos manifestaron su indignación y condenaron el crimen.
Por ejemplo, la Oficina de la Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU también exigió el esclarecimiento del homicidio de la reportera y se pronunció por “una investigación pronta e imparcial”.
El presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Luis González Plascencia, solicitó a las autoridades responsables que el crimen de Regina Martínez “se resuelva a la brevedad”.
En general, la sociedad mexicana se encuentra pendiente del desarrollo de las investigaciones sobre el asesinato de la periodista. Veracruz y México no merecen exhibirse en el mundo como lugares sin ley, donde el baño de sangre es constante.