Senado productivo
Ramón Zurita Sahagún miércoles 2, May 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Los senadores, al igual que los diputados, concluyeron con los períodos ordinarios de sesiones y dejaron constancia de su buena labor para convertir en gobernadores a varios de sus compañeros.
Es cierto que no se cumplieron varias de las metas fijadas en el terreno legislativo, pero sí se dejó constancia de que la llamada Cámara alta es una verdadera fábrica de gobernadores.
Sin distingo de colores, senadores del PRI, PAN, PRD y hasta Convergencia (Movimiento Ciudadano) consiguieron alcanzar la meta propuesta al llegar al Senado de la República, gobernar sus respectivos estados.
Otro aspecto que dejó en claro las dos legislaturas cubiertas por los senadores en sus períodos ordinarios es la flexibilidad de las convicciones de los políticos que la compusieron.
El reacomodo de los legisladores fue acorde a sus intereses personales y a lo ambicioso de sus proyectos, por lo que saltaron de un partido a otro, según las circunstancias del momento.
Mario López Valdez y Ángel Aguirre Rivero iniciaron como priístas, pero defeccionaron de ese partido, cuando no los convirtió en sus candidatos a gobernadores de Sinaloa y Guerrero, respectivamente.
Eso motivó que el llamado “Malova” encabezara una alianza compuesta por PAN y PRD, principalmente, para ganarle la elección al candidato del PRI en Sinaloa.
Con Ángel Aguirre Rivero sucedió lo mismo, el PRI le negó la candidatura al gobierno de Guerrero y optó por convertirse al perredismo y hoy gobierna su entidad natal.
Eugenio Govea Arcos, panista de ingreso al Senado de la República, decidió renunciar a este partido, cuando no fue seleccionado candidato al gobierno de San Luis Potosí. Primero, optó por Convergencia (Movimiento Ciudadano), aunque finalmente recaló en el Verde y aunque no obtuvo su recompensa de ser candidato al gobierno estatal, consiguió algo mejor, encontrar el amor, al contraer nupcias con la perredista Claudia Corichi García.
Ricardo Monreal Ávila se convirtió en un saltimbanqui, al ingresar como miembro del PRD y luego cambiarse al PT, regresar al PRD, para finalmente encabezar la fracción del PT en el Senado. Luis Coppola Joffroy llegó como militante panista, representando a Baja California Sur y terminó como perredista.
María Elena Orantes López, una priísta chiapaneca, decidió salirse de ese partido e irse a la fracción del PRD, partido que la convirtió en su candidata al gobierno de esa entidad.
Minerva Hernández Ramos fue perredista durante gran parte de las legislaturas LX y LXI, consiguiendo la candidatura al gobierno de Tlaxcala, a la pérdida de los comicios mutó sus convicciones y se pasó a las filas del PAN.
Perredista y petistas se prestaron varias veces a integrantes, para completar la bancada del segundo partido.
Pero lo más complicado vino, cuando algunos senadores solicitaron licencia y sus suplentes eran de partidos ajenos al de su militancia.
Sucedió con Mario López Valdez y su suplente Margarita Villaescusa Rojo. El primero renunció al PRI y la segunda mantuvo su militancia en ese partido. Antelmo Alvarado García llegó en lugar de Ángel Aguirre Rivero, convertido al perredismo, pero su suplente se mantuvo leal al PRI.
Donde sí ocurrió un cambio de siglas fue con la suplente del panista Rafael Moreno Valle Rosas, convertido en gobernador de Puebla. Su suplente, María del Rosario Leticia Jasso Valencia aumentó la membrecía de Nueva Alianza en el Senado de la República.
Ivonne Ortega Pacheco fue la primera de las senadoras que cambió la legislatura por un sillón más mullido, de gobernador, al ganar el proceso electoral de Yucatán. Otros más siguieron el camino de la priísta, solicitando licencia, los más regresando con el sabor de la derrota y otros ausentándose en definitiva con la sonrisa que otorga la victoria.
Los priístas Carlos Lozano de la Torre, Aguascalientes; Fernando Ortega Bernés, Campeche; José Calzada Rovirosa, Querétaro, consiguieron su meta. Los panistas Rafael Moreno Valle, Puebla y Guillermo Padrés Elías, Sonora, también hicieron buenos los pronósticos.
Gabino Cué Monteagudo, convergente (hoy Movimiento Ciudadano) de Oaxaca y Mario López Valdez, independiente de Sinaloa, también ganaron en sus respectivas entidades, así como el mencionado Ángel Aguirre, convertido al perredismo.
A cambio de ello, cayeron en las urnas la entonces perredista tlaxcalteca Minerva Hernández, así como sus compañeros del sol azteca, Silvano Aureoles Conejo, Michoacán y Antonio Mejía Haro, Zacatecas. Los panistas Alejandro Zapata, San Luis Potosí; Martha Sosa Govea, Colima y Guillermo Anaya Llamas, Coahuila; el priísta Alfonso Elías Serrano, Sonora.
Otros como Beatriz Zavala y Marko Cortés buscaron alcaldías que tampoco consiguieron, aunque la elección del segundo fue anulada.
Tienen opción todavía de gobernar varios senadores que competirán en la elección del 1 de julio: los perredistas Arturo Núñez, Tabasco; Graco Ramírez Garrido, Morelos y María Elena Orante López, Chiapas. El panista Adrián Rivera Pérez, Morelos; el Verde Manuel Velasco Coello, Chiapas.
Quien realizó un acto difícil de igualar fue Leonel Godoy Rangel, quien inició como senador, ganó los comicios en Michoacán, se fue de gobernador y todavía tuvo tiempo de regresar al Senado de la República, para cobrar sus dietas de fin de legislatura.
PRIMERO DE MAYO
Los desfiles del 1 de mayo, organizados por el entonces poderoso Congreso del Trabajo dejaron de ser lucidores y ahora cada quien celebra a su manera esta fecha, cuando menos en el Distrito Federal.
Son los sindicaros independientes los que le ponen algo de color a la celebración, ya que la disminuida CTM poco es lo que puede aportar.
Encabezados por Martín Esparza, el dirigente del disminuido Sindicato Mexicano de Electricistas, convocó a los ciudadanos, especialmente a los trabajadores para que voten por la alternativa que representa Andrés Manuel López Obrador.