Elecciones 2012 • (abril 27)
* Especiales, Elecciones 2012 sábado 28, Abr 2012Augusto Corro
En el país de los sueños
Resulta que el PAN y el PRD se encuentran dormidos.
A principio de semana, el ex presidente Vicente Fox dijo que el PAN está dormido y que debe despertar para las ganar las elecciones de julio.
“Ya es tiempo de soltarse el pelo, de soltar las riendas, meterle espuela al caballo y darle”, para “llegar al corazón y a la mente del votante”, dijo el guanajuatense.
Claro, las palabras de Fox dieron en el clavo. Sin embargo, no será fácil para su partido levantarse de la lona para ganar.
El PAN del 2012 no es el mismo de otras ocasiones. A estas elecciones presidenciales llegó desorientado, sin brújula.
El propio Fox señaló que ni con un milagrito ganaría la aspirante panista.
En Acción Nacional empezaron muy mal la campaña. De los candidatos presidenciales, quedó la menos mala: Josefina.
A ella le tocó representar a una organización política que perdió sus principios y ahora no sabe bajo que bandera protegerse.
Desde luego, tendrá que asumir una posición alejada de Calderón, porque el gobierno federal panista no se encuentra en condiciones de ejemplo a seguir.
¿Cómo remontará Vázquez Mota esa imagen de violencia que heredará Calderón? ¿Cómo superará la idea de que el gobierno federal panista es una máquina de producir pobres? ¿Y el problema del desempleo?
De acuerdo, la falta de un buen equipo de campaña y los errores derivados de una pésima planeación tienen Vázquez Mota sin posibilidades de triunfo.
Sin embargo, los militantes panistas supieron, en los hechos, que su partido, más bien sus dirigentes, ya no iban por el rumbo correcto.
Con el poder, los blanquiazules desatendieron al partido y reafirmaron que no saben gobernar. Otra de sus grandes fallas.
Así, pues, no se trata simplemente de que los panistas despierten. No es tan sencillo. Esa organización política tiene que regresar a sus orígenes y retomar sus principios. De otra manera, su destino, como organización política, será incierto. Ya lo vemos.
Otros dormidos
El líder moral del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano (CCS) dijo, en una conferencia ante universitarios, que la izquierda mexicana está dormida, fraccionada en “tribus” y sólo ve por sus intereses en lugar de trabajar por un proyecto de nación progresista.
“Prevalecen los intereses, primero, de los dirigentes, de las corrientes y de las tribus”, dijo.
Explicó que en segundo lugar, están los intereses del partido y al final, dejan los del país”.
En análisis superficial, el ex candidato presidencial por tres ocasiones, señaló lo que todos sabemos, que “el PRD y sus partidos aliados, PT y Movimiento Ciudadano, continúan envueltos en luchas internas, en lugar de generar confianza, reconstruir su estructura territorial e invitar a la gente a votar por la izquierda”.
Quiero entender que las organizaciones políticas mencionadas no logran superar las diferencias ideológicas, ni ponerse de acuerdo en sus ambiciosas metas de poder. Igual que los panistas, los militantes de izquierda perdieron el rumbo.
A quienes se dicen izquierdistas de hueso colorado aún no les cae el veinte del cambio de estrategia de Andrés Manuel López Obrador (AMLO): de un líder opositor rebelde, inconforme y valiente, se convirtió en un representante de las hermanas de la caridad: amoroso y pasivo. Eso de la república del amor, ni el mismo se la creyó.
En el caso de la izquierda mexicana, está no está dormida. Se encuentra muy despierta y libra una lucha sorda por mantener los cotos de poder que significan el bienestar de quienes en otra época luchaban por sus ideales.
Objetivamente, la izquierda luce, en el fondo, en malas condiciones. Todavía no se repone del fracaso del 2006 y de la manera en que AMLO desperdició su capital político.
Los perredistas presionaron al tabasqueño para que abandonara a las perredistas y formara su propio partido. Lo hizo, pero sin aprovechar la oportunidad del tiempo. Hoy tiene a Morena, como parte de la izquierda mexicana. A esta organización le apuesta para seguir en la política.
El escenario político de la denominada izquierda no ofrece grandes esperanzas a sus militantes. Habrá plazas en las que ganen, con márgenes amplios, pero no son muchas. Quizás, el único bastión sólido se encuentra en el Distrito Federal (DF).
El problema es a nivel nacional. En algunos estados (Guerrero, Chiapas, Edomex) la militancia perredista no quedó conforme con la repartición de las candidaturas a cargos de elección popular. En Guerrero, el gobernador Angel Aguirre se despachó con la cuchara grande y las protestas no se hicieron esperar.
En Chiapas, se manejaba el nombre de una senadora priista como candidata perredista a la gubernatura.
En el Edomex, la lucha entre los perredistas es subterránea y AMLO la saca a flote siempre que puede y repite sus exhortaciones a la unidad.
Habría, pues, que decirle a Cuauhtémoc que la izquierda no está dormida, está muy despierta y lucha por no perder sus privilegios.
El helicóptero del amor
¿Se acuerdan de aquél gobernador que paseaba a sus novias en helicóptero? Sí, de aquel mandatario señalado como uno de los mandatarios estatales que se llevaba muy bien con la delincuencia organizada.
Nos referimos a Sergio Estrada Cajigal Ramírez. Bueno, pues este político que llegó al poder gracias al PAN, decidió dejar este partido para irse a la campaña del candidato priista a la gubernatura, José Amado Orihuela Trejo.
Orihuela Trejo “es de Morelos y conoce de los problemas”, con este argumento tan sólido,
Sergio no lo pensó dos veces para cambiar de bandera.