Elecciones 2012 • (abril 26)
Elecciones 2012 viernes 27, Abr 2012Augusto Corro
Fox recula
Vicente Fox se encuentra convertido en el gran “clown” de la política mexicana.
Su chabacanería es parte del folclore nacional.
Un día dice un chiste y al otro día se desdice. En un momento de su bipolaridad apoya a los adversarios políticos del PAN.
Otras veces va y saluda a su enemigo político jurado, Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Luego, ¿irreflexivo?, le echa la salación a Josefina Vázquez Mota: ni con un milagrito ganaría la presidencia de la República.
Montado en el espectáculo mediático, el guanajuatense sabe que si continúa en la lucha contra la política de Calderón y su partido, se le puede aparecer el diablo.
Ya tuvo una primera llamada, a principios de año, cuando agentes y peritos de la PGR ingresaron al rancho de Fox para practicar una inspección ocular, como parte de “las investigaciones contra el ex presidente por enriquecimiento ilícito”
Quizás el cayó el veinte y se acordó que nada bueno le lleva impugnar a Calderón y su guerra fallida y a su partido.
Antier, Fox viaja a Monterrey para alcanzar a JVM y cambia el script. Hablan en privado liman asperezas y aparecen ante los medios como si nada hubiera pasado entre ellos.
Fox promete apoyar a la panista. Fuman la pipa de la paz y el ex presidente aprovecha para lanzar sus chascarrillos:
“Ya sabes (Josefina) que soy panista, ya sabes que tengo convicciones, ya sabes que tengo y hago compromisos y el mío es estar a tu lado… mi presidenta” bla bla bla.
Ahora, a esperar tranquilos que Fox vuelva a sacar el puñal de la traición que maneja con singular maestría.
El Walmartgate
Un resumen del Walmartgate nos arroja que se trata de un asunto de corrupción, en la que se encuentran metidos una lista enorme de funcionarios públicos aficionados a la mordida.
A nivel internacional, se reconfirma la capacidad de corrupción de México y la facilidad que existe para realizarla.
En general, el Walmartgate no ofrece mayor atractivo, salvo que se trata de la cadena de tiendas de autoservicio que encuentra en nuestro país, las posibilidades ilegales de expandir su imperio comercial.
Que si bajaron las acciones en la bolsa, que si hay socios que se quejan de las acciones corruptas, que si se investigará a fulano o mengano, etc., todavía no llegan al meollo, al punto difícil.
El problema real se presentará cuando empiecen a intervenir los partidos políticos y se busque enlodar al o a los gobiernos municipales o estatales que han participado en las transacciones corruptas.
Es decir, que lleven el Walmartgate a las campañas electorales.
Por ejemplo, en el Distrito Federal, la situación se pondrá al rojo vivo, porque las tiendas se encuentran por todas partes. ¿Todas cumplieron con los permisos legales de construcción y funcionamiento?
Eso tendrá que investigarse. Aunque, en algunos casos el delito ya prescribió, como señalamos en otra ocasión. Si prende el Walmartgate en la lucha política, solo el tiempo se encargará de disminuir la intensidad del escándalo.
En las elecciones del 2006, la cadena de tiendas de autoservicio se metió en el juego político y le fue mal. Se inclinó por Calderón, y los adversarios de este, intentaron boicotear a la empresa.
Por eso, es extraño que Calderón diga que el asunto del Walmartgate lo tiene muy indignado: “no se vale” que la cadena minorista más grande del mundo, haga negocios “a base de mordidas”.
No es la gratitud un don de toda la gente.
Campañas en el DF
Antes de que empiece oficialmente la campaña electoral en el Distrito Federal, es importante firmar un pacto de civilidad para detener la guerra de lodo.
En los primeros spots de la candidata panista capitalina, Isabel Miranda de Wallace, arremete contra el candidato de las izquierdas, Miguel Angel Mancera, quien como procurador, no pudo resolver el caso de su hijo Hugo Alberto, secuestrado y asesinado.
También explica la aspirante azul que decir la verdad no es atacar.
Mancera contesta que todos los candidatos pueden mandar todos los mensajes que quieran, en cualquier tono. Y respecto a la acusación que le lanzó Isabel, el ex izquierdista contesta que aún no era procurador cuando ocurrió el asunto de Hugo Alberto.
Si no se firma el pacto de civilidad, el lodazal tomará dimensiones exageradas.