Un nuevo elemento
Ramón Zurita Sahagún miércoles 25, Abr 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Como nunca, los partidos políticos se encuentran a la espera de que se desmadeje el asunto Wal Mart, el que podría convertirse en una poderosa arma de uso electoral.
El caso vino a sorprender, aunque existían sombras de sospecha, por el rápido crecimiento que tuvo la firma en México, cuando no encontró obstáculos para la instalación de sus tiendas, sin importar el sitio donde eran instaladas.
Hasta el momento, según reportes, se tienen contabilizados 24 millones de dólares en sobornos, aunque se desconocen los nombres de las autoridades que fueron sobornadas.
Sin embargo, según fluya la información podrá ser usada dentro de las campañas políticas, a conveniencia, de los partidos y sus candidatos, para mostrar las debilidades del contrario.
El escándalo de las corruptelas tiene todavía donde estirarlo, aunque no será por parte de las autoridades mexicanas, pero sí de las estadounidenses, las que realizan una investigación amplia sobre el tema.
Fue un mal momento en que se descubrieron todas las anomalías realizadas por los directivos de esa empresa, ya que, se sospecha, que las autoridades comprometidas pertenecen a todos los partidos políticos, ya que las tiendas han sido instaladas lo mismo en entidades gobernadas por el PAN que por el PRI o PRD.
La competencia desleal de la firma estadounidense deja en claro del porqué de su rápida expansión y crecimiento acelerado, dando lugar a que en México sea la cadena de supermercados más grande, pero que cuenta además con banco y otra serie de anexos.
El asunto queda como anillo al dedo, para ser explotado, dependiendo de los que se encuentren involucrados, ya que hasta el momento las campañas electorales saben a tedio.
Sin caer en las descalificaciones, ni en la guerra sucia, los partidos podrán sacar raja del asunto, según les convenga, luego de que hasta el momento las campañas, supuestamente, negras han fracasado.
Las tres primeras semanas de campañas presidenciales no han generado el mayor entusiasmo, con todo y que el PAN pretendió poner el cascabel al gato, con la fuerte acusación de que Peña Nieto no cumplía sus compromisos. El asunto no pasó de dimes y diretes, de descalificaciones de uno y otro lado, pero de impactar en un lado positivo y en el otro negativo, no hubo nada.
La estrategia priísta parece funcionar mejor que la panista, ya que el candidato presidencial del tricolor, se hace de lado y deja que el asunto lo resuelva su partido, mientras que los panistas se sumergen en la burbuja, son atrapados y prontamente desinflados.
Lo que parecía se convertiría en una disputa entre dos partidos (PRI-PAN) se encamina a esa lucha, pero por el segundo lugar, ya que el emparejamiento del aspirante perredista con la panista es palpable y pone a temblar a los que aportaron por la continuidad del partido en el poder.
No se advierte por dónde podrían los adversarios del PRI arrebatar los puntos que los separan del candidato priísta, ni siquiera estableciendo un acuerdo de facto entre los dos candidatos presidenciales ubicados en segundo y tercer lugar.
Por eso, tanto a panistas como perredistas les conviene que antes del debate se compruebe que los sobornados son, principalmente, autoridades priístas, ya que para entonces se podría usar como arma en el debate.
De otra forma, los tiempos que corren aceleradamente hacen casi imposible que la distancia entre Josefina y AMLO con Peña Nieto se pueda acortar lo necesario como para que alguno de estos personajes pueda vencer en las urnas al priísta.
Se requiere de un detonante, el que hasta el momento, no logran conseguir los adversarios del priísta, por lo que apuestan a todo, con tal de disminuir la diferencia tan abismal que marcan las encuestas.
En el pasado proceso electoral, el puntero (Andrés Manuel López Obrador) cometió una serie de errores que impactaron en sus preferencias entre los ciudadanos.
Uno de ellos fue la negativa para participar en el primer debate, al que asistieron los otros contendientes, Felipe Calderón, Roberto Madrazo, Roberto Campa y Patricia Mercado.
En el camino se negó a reunirse con los empresarios, lanzó acusaciones a diestra y siniestra, con lo que esas declaraciones dieron margen para que se acuñara la campaña negativa en su contra que fue adornada por la frase de que representaba un peligro para México.
Ahora, por más que le han buscado no han encontrado nada para atacar al puntero, por lo menos hasta ahora que han gastado la pólvora en infiernitos.
Por eso, esperan que el caso Wal Mart arroje los elementos suficientes para iniciar una ofensiva en serio.
PEÑA NIETO EN TABASCO
Buena falta hace en Tabasco la presencia del candidato presidencial Enrique Peña Nieto, ya que las cosas no pintan bien para ese partido.
Parece ser que todo el esfuerzo desplegado por las huestes del tricolor se estrella ante la ineptitud de los comisionados para sacar adelante el triunfo del partido en esa entidad.
La molestia del candidato presidencial es muy grande ante los signos alarmantes que marcan las encuestas serias, donde Jesús Alí de la Torre no logra prender en el ánimo ciudadano, con todo y la fuerte inyección monetaria que se le está haciendo.
Se sabe que el candidato presidencial ya le hizo un extrañamiento a su compadre Benito Neme por los pobres resultados obtenidos hasta el momento en una entidad en la que siempre ha existido una fuerte competencia entre el partido tricolor y el del sol azteca.
Los sondeos realizados no revelan la realidad del asunto, ya que muchos priístas, ofendidos por la nominación de Alí, y contentos con el candidato del PRD ocultan la realidad sobre por quién votarán el 1 de julio.
Peña Nieto podrá medir con su termómetro la realidad de la entidad.