Balance sombrío
¬ Augusto Corro martes 24, Abr 2012Punto por punto
Augusto Corro
La guerra contra el crimen organizado colocó a los periodistas en medio del fuego cruzado de la fuerza pública y los narcos.
Los comunicadores trabajan al filo de la navaja, porque en los bandos mencionados la piel es muy sensible.
En algunas ciudades norteñas el control de los medios de comunicación se encuentra en manos del crimen organizado.
El manejo de la información, cuando no se trata de autocensura, se hace con pinzas.
Cuando los comunicadores sacan a la luz pública las malas conductas de los representantes gubernamentales, también corren el riesgo de ser víctimas de alguna venganza.
En los municipios y en los estados, los periodistas se encuentran a merced del poder y de los abusos de los gobernantes. Los poderosos se encargan de aplicar la ley de la selva para proteger sus intereses. No es nuevo.
Hablamos de los riesgos que corren los periodistas y la libertad de expresión en México debido a la guerra que libra el gobierno contra el crimen organizado.
Antier, en la reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa se señaló que “el último año fueron asesinados 24 periodistas en el continente americano”.
Destacó el caso de México, donde en 10 años han sido asesinados o desaparecidos más de 70 periodistas, en su mayoría por acciones de los cárteles de la droga.
Concretamente, el presidente de la SIP hizo un llamado a las autoridades a poner en vigencia las reformas legales, para llevar al ámbito federal las investigaciones por atentados graves contra periodistas.
En México, tristemente, poco caso se hace a las sugerencias sobre la protección a los informadores. Cuando un comunicador es asesinado todo mundo exige justicia. Después, el asunto se olvida.
Candil de la calle
México se convierte en candil de la calle y oscuridad de su casa.
Con esos manejos financieros de alto vuelo, se tiene la impresión que nuestro país forma parte real de aquellas naciones que integran el primer mundo.
No se entiende de otra manera lo que anunció el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens:
“México prestará parte de sus reservas al Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyo organismo podrá utilizar esos recursos para apoyar a cualquier país que tenga dificultades financieras”.
Vaya, vaya. ¿O sea que México, país que enfrenta problemas financieros y de toda índole se puede autoprestar una lana? ¿Quién entiende? México convertido en prestamista internacional, con más de 50 millones de pobres y problemas ancestrales de miseria.
El gobierno federal analiza una inversión que podría llegar a los 10 mil millones de pesos.
Son negocios a escala internacional en la que aparece México como salvador del mundo. Con tal de que esos movimientos financieros no lleven a pérdidas reales, como ocurrió con Pemex y la empresa petrolera española Repsol.
El gobierno argentino nacionalizó la empresa YPF y se llevaron entre las espuelas a Pemex.
¿No sería mejor que los encargados de las finanzas públicas se dedicaran a aplicar el sentido común en ese tipo de transacciones internacionales?
¿No sería mejor tener guardadito ese dinero para enfrentar probables crisis económicas?
Nada justifica que el dinero de los mexicanos corra riesgo alguno.
Podrá ser buena la idea de andar por el mundo como prestamista, pero en México, esta acción deja muy mal sabor de boca, porque se sabe que el manejo de los dineros en manos de los funcionarios públicos puede acabar en lo siguiente: mal invertido o malgastado.
Impactan los “gasolinazos”
De acuerdo con las declaraciones del senador Arturo Escobar y Vega cada mes se empobrece a las familias y se reduce la recuperación económica, debido a los “gasolinazos”.
Plantea que el incremento a los precios de los combustibles y al alto costo de la energía eléctrica afecta la actividad productiva del sector agropecuario.
Desde 2006, el costo de la gasolina en México aumentó 39.5 por ciento; la energía eléctrica se incrementó 21.5 por ciento.
Lo anterior ha obligado a las familias a disminuir su gasto en educación, alimento y transporte.
En general, se ha detenido el desarrollo empresarial y reducido la recuperación económica de nuestro país.
El legislador afirma que los “gasolinazos” impactan el bolsillo de miles de familias y provocan un alza cada 30 días en los productos de primera necesidad.
¿Va en serio?
Anunciaron las autoridades del transporte, que se realizaron investigaciones minuciosas para erradicar el caos que priva en las carreteras nacionales.
Después, otra segunda caja de tráiler chocó contra un autobús y perecieron 43 personas.
Cientos de personas pierden la vida por la imprudencia de los conductores y las malas condiciones de los vehículos.
Recientemente hubo dos accidentes en los que perdieron la vida cinco estudiantes y un maestro, cuando el autobús en que viajaban fue alcanzado por la doble caja de un tráiler. Esta tragedia ocurrió en la carretera Distrito Federal-Toluca.
Después, en otro percance de tránsito, la segunda caja de un tráiler chocó contra un autobús y perecieron 43 viajeros.
El sistema de transporte de carga en México es una verdadera amenaza en las carreteras. las policías que vigilan los caminos se hacen de la vista gorda y con la cuota tradicional, cualquiera puede circular sin ser revisado.
En algunos caminos circunvecinos al Distrito Federal, las policías tienen formados a los transportistas para que cumplan con su “untada de mano”.
Y ya metidos en la investigación, no es mala idea que las autoridades multen a los propietarios de los camiones que contaminan con exceso. ¿Se podrá?