Panista ¿“zetas”?
¬ Augusto Corro viernes 20, Abr 2012Punto por punto
Augusto Corro
Para nadie es un secreto que los presidentes municipales y sus policías son los eslabones más débiles en la cadena de poder.
Los cárteles de la droga, en todo el país, empiezan sus procesos de corrupción entre los alcaldes y sus policías municipales.
Son miles de casos en que los representantes de la fuerza pública son capturados y enviados a prisión, debido a sus vínculos con el crimen organizado.
Crece también la lista de munícipes asesinados por no plegarse a los intereses de la delincuencia.
Se trató de funcionarios públicos que dentro de sus posibilidades rechazaron la presencia de los cárteles en sus municipios.
Sin embargo, no todos los alcaldes son enemigos de las bandas de narcotraficantes.
Ahí está el caso del presidente municipal de Chinameca, Veracruz, ocurrido el martes pasado.
Nos referimos a Martín Padua Zúñiga, de extracción panista, quien fue capturado junto con una banda de “zetas”. Es el segundo caso en que un edil azul es detenido por los representantes de la ley, en circunstancias similares.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) informó que Martín se encontraba en un bar con José Carmen Fragoso Martínez “El Conchas”, jefe de plaza de “Los Zetas” en la zona sur del estado y un grupo de secuaces.
Cuando los soldados llegaron al mencionado lugar, en el municipio de Minatitlán, a aprehender a los delincuentes, fueron recibidos a balazos. No hubo heridos.
Lo ocurrido a Martín se convirtió en una papa caliente para los panistas, quienes negaron que el “socio” de los “zetas” sea militante del partido azul.
El escándalo fue grande y poco se apagará mientras se registre algo parecido, en un acto delincuencial en que estén comprometidos alcaldes panistas.
Solalinde, amenazado
El padre Alejandro Solalinde presentará una denuncia por amenazas de muerte que recibió el domingo pasado.
El sacerdote se ha distinguido por la protección que brinda a los indocumentados que se arriesgan a incursionar en territorio mexicano.
En la fecha mencionada, el sacerdote Solalinde fue amenazado de daños contra su integridad física, cuando se disponía a recibir a 1,500 migrantes que se arriesgaron a incursionar en territorio mexicano. Recalcó que buscan intimidarlo políticos corruptos de la gestión pasada de Ulises Ruiz.
Desde luego, el padre Solalinde, coordinador de la Pastoral de la Movilidad Humana de la Diócesis de Tehuantepec, teme por su vida, pues le dijeron que “le pagaron a un sicario para que lo matara”.
Michoacán, violento
Otra vez la violencia se presentó en la comunidad indígena de Cherán, Michoacán.
Como se sabe, los cheranenses hace tiempo que no tienen tranquilidad. Padecen la inseguridad de la zona provocada por la presencia del crimen organizado y por los talamontes. Pero en esta ocasión, el problema surgió entre los cheranenses y los habitantes del pueblo vecino, conocido como El Cerecito.
Personas de ambos grupos se enfrascaron en una lucha sangrienta que dejó ocho muertos y cuatro heridos, cuando los cheranenses realizaban tareas del campo y fueron agredidos por los pobladores de El Cerecito.
Después del enfrentamiento, la policía informó que dos individuos que perecieron eran pobladores de Cherán y fueron indentificados como Santiago Ceja Alonso, de 51 años de edad, y David Campos Macías, de 40.
Del grupo de El Cerecito murieron Cristóbal Salmerón Magaña, de 22 años; Cristóbal Magaña Gabriel, también de 22; Anselmo Gabriel Talavera, de 33, y Jorge Magaña Jerónimo, de 32, así como a un tal Lorenzo y Jorge Magaña Jerónimo.
La comunidad Cherán y los habitantes de El Cerecito están en pugna permanente por la explotación de los bosques.
Cuando escribíamos estos renglones, un total de 16 servidores públicos de la Procuraduría General del Estado (PGJE), Seguridad Pública estatal y Secretaría de Gobierno, habían sido retenidos por los habitantes del municipio de Cherán.
Dicho municipio se encuentra en estado de alerta y el Consejo Ciudadano que gobierna el lugar ordenó la suspensión indefinida de clases y llamó a la población a no salir de los límites territoriales.
El crimen cansa
La policía capturó a una banda de presuntos miembros del cártel del Golfo. Los 11 narcos, con 80 familiares, cayeron en manos de la autoridad cuando regresaban de vacaciones. Estuvieron en Cancún, donde disfrutaron del sol, las arenas blancas y los ceviches de caracol. Aún con la piel bronceada, los mencionados narcos fueron interceptados por los representantes de la ley, en el aeropuerto de Monterrey.
El grupo de delincuentes estaba encabezado por Oziel Asael Salas Hernández. Confesó su participación en el homicidio de 21 personas, entre ellas cuatro oficiales de la policía de Monterrey. La banda capturada dijo también que se dedicaban al secuestro.
Explicaron las autoridades que los narcos estaban desarmados porque regresaban de vacacionar en las playas de Cancún y que compraron 80 boletos para familiares, quienes fueron puestos en libertad.
Los delincuentes ya tendrán el tiempo de sobra en la cárcel para platicar sus experiencias personales en las playas caribeñas de arena blanca y mar de diversas tonalidades.
Feliz fin de semana.