Recuperar el Senado
Ramón Zurita Sahagún viernes 13, Abr 2012De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Vacío el trono que alguna vez ocupó Elba Esther Gordillo y Marta Sahagún Jiménez, Josefina Vázquez Mota es la principal aspirante para ocuparlo.
La candidata presidencial del PAN llama la atención de propios y extraños por la calidad de su vestimenta y de los accesorios con los que complementa sus atuendos, cual más de ellos de alto valor comercial.
No se trata de ropajes que como las modelos o actrices los lucen en pasarelas, como vehículo de promoción de los diseñadores y los regresan a sus dueños originales.
Lo de Jose va más allá, son adquiridos en tiendas exclusivas y cada uno de ellos es seleccionado escrupulosamente, para combinarlo perfectamente con zapatos, bolsos y demás accesorios.
Son prendas que por la etiqueta, el diseño y los terminados, alcanzan gran valor comercial y son sumamente codiciadas por quienes viven sujetas al mundo de la moda.
Josefina es una de ellas, por lo que cuida minuciosamente cada uno de esos aspectos, para envidia de las mujeres cercanas a ella, que no son tan meticulosas en ese rubro.
Pero no son solamente las de su entorno las que se sorprenden con los atuendos de la candidata presidencial del PAN, ya que mujeres acostumbradas al uso de esas prendas se dicen sorprendidas por la selección tan atinada de doña Jose.
Y así como reconocen la elegancia de su vestimenta, también hacen distinciones con las de Elba Esther y Marta, que siendo de la misma calidad y, tal vez, de las mismas marcas muestran grandes diferencias.
El estilo de Elba Esther y la forma de lucimiento de sus atuendos establecen distancia con Josefina Vázquez Mota, aunque se traten de diseños similares o de las mismas marcas.
Lo recargado de los accesorios y lo ostentoso de los mismos por parte de Marta Sahagún son las principales diferencias entre la ex primera dama y la que aspira a convertir a su esposo en el “primer damo” de la historia nacional.
No es que Jose no use accesorios de precios elevados, aunque nada comparable a los brillantes, esmeraldas y otras piedras preciosas engarzadas en oro de la señora De Fox.
Alguna vez se le cuestionó a la candidata presidencial del PAN, sobre el precio de sus atuendos, incluidos accesorios y desestimó el tema, aunque al ritmo de la campaña jalará mayor interés.
Es que doña Jose luce en forma elegante lo mismo con vestimenta formal que casual, en centro urbanos o en sitios marginados, ella trata de mantener el mismo estilo, aunque choque con los ropajes de los demás.
Para no ir tan lejos, doña Jose, la autodesignada “Jefa” mostró ese lado elegante y presuntuoso que le choca a sus detractores durante el relanzamiento de su campaña electoral. 24 horas después de los reacomodos en su equipo y de despedir de su staff a Karla Garduño, por haber escrito “Tlazcala”, la candidata presidencial visitó ese enigmático estado, en el que los ciudadanos son tan avanzados electoralmente que hacen ganar al PRD primero, al PAN después y al PRI seis años más tarde, aunque con puros candidatos de trayectoria tricolor.
En su visita a la entidad que gobierna Mariano González Zarur, doña Jose vistió sus elegantes galas, con un atuendo digno de socialité, sin tomar en cuenta que Tlaxcala (con x) es uno de los estados que padece mayores problemas y donde la expulsión de sus habitantes, en busca de mejores oportunidades es una constante.
Sin distinción, los trajes sastre, las chamarras, cazadoras, chaquetas y demás prendas de la panista son la envidia de las mujeres y seguramente darán tema para el debate público.
La candidata presidencial del PAN mostró su parte de atracción, luciendo una chaqueta de marca (tal vez Burberry), acolchada, de color claro, con cuello estilizado, con camisa con mancuernas, diferente a la de la mañana que era de siete octavos, azul y maravillosa, como dirían los reseñadores de moda.
Eso sí, en su visita a Apizaco, Tlaxcala, la poderosa “Jefa” se hizo acompañar del ex gobernador Héctor Ortiz, flamante candidato a senador por el blanquiazul y a quien se le señala por supuestos malos manejos.
Retomando el caso de los ropajes de doña Josefina, dicen los envidiosos que en cada viaje que realizaba a Europa, especialmente a España, país que visitó en ocasiones diversas durante su ejercicio como diputada federal, el surtido de ropa fue tan grande, que en no pocas ocasiones tuvo que pagar exceso de equipaje, aunque, finalmente, le convino, ya que cuenta con los atuendos suficientes para lucirlos en tiempos de campaña y pasar a la historia como la candidata presidencial más elegante en la historia de México.
SUBE LA INTENSIDAD
La intensidad de las campañas y de los dichos de las mismas continúan subiendo de intensidad y amagan con crecer el tono de reproches, acusaciones y denuncias.
Por lo pronto, el gran despliegue de espectaculares se vuelve objeto del oscuro deseo de las investigaciones.
Los perredistas señalan a los priístas por el abuso en la colocación de sus promocionales, pero los tricolores acusan el poco uso de los dineros públicos otorgados para los partidos de izquierda, ya que no se ve a dónde se destinan y les genera suspicacia.
Pero el cruce de acusaciones entre priístas y panistas prosigue, en demérito de sus candidatos presidenciales y el manejo de las campañas negras y de lanzamiento de lodo, amaga con ahogar a varios de los aspirantes a cargos de elección popular.
ramonzurita44@hotmail.com
zurita_sahagun@hotmail.comUna de las principales estrategias (después de la presidencial) fijadas por los priístas en su propósito de ganar el poder, es recuperar el Senado de la República.
Los proyectos se encuentran encaminados para evitar que se repita lo sucedido hace seis años.
En tres entidades del país, las más pobladas, se labró la catastrófica derrota priísta del 2006.
Estado de México, Distrito Federal y Veracruz fueron una pesadilla para los candidatos tricolores, con un puñado de distritos federales ganados (11 de 88), en el primero y tercero de los estados y ninguno en la segunda des esas entidades.
La derrota fue tan rotunda que en ninguno de ellos lograron siquiera un representante senatorial, como primera minoría.
Y es que en esas entidades se alojan casi un tercio de los distritos federales electorales (88 de 300), por lo que la baja votación repercutió sensiblemente en el conteo de votos.
La LX legislatura representó la más pequeña fracción del partido tricolor en la Cámara de Diputados, con tan solo 106 representantes de ese partido, del total de 500 que forman parte de una legislatura.
Peor les fue en el Senado de la República, donde se quedaron sin representantes de los estados de Baja California Sur, Morelos, Tlaxcala, Zacatecas, Michoacán, además de los mencionados Distrito Federal, México y Veracruz.
De las 32 entidades federativas del país, los priístas solamente lograron los dos escaños de mayoría en Chiapas, Quintana Roo, Campeche, Sinaloa y Nayarit, compartiendo en los dos primeros los espacios con el Partido Verde.
Perdieron varios ex gobernadores, considerados entonces como gemas electorales que podrían contribuir con una buena cantidad de votos, mientras que otros futuros mandatarios tampoco consiguieron el respaldo necesario y tuvieron que conformarse con el escaño de primera minoría.
Jesús Murillo Karam, Hidalgo; Fernando Baeza Meléndez, Chihuahua; Ángel Aguirre Rivero, Guerrero y Melquíades Morales Flores, Puebla, fueron borrados electoralmente hablando.
Lo mismo sucedió con algunos que luego serían gobernadores, como el caso del ya mencionado Ángel Aguirre de Guerrero; Ivonne Ortega, Yucatán y Fausto Vallejo, Michoacán, todos nominados por el PRI.
En aquellos comicios, el PRI perdió en 27 entidades los comicios para el Congreso federal y en ocho de ellos quedó en tercer lugar.
Ahora, aunque las circunstancias son distintas, con un candidato tricolor posicionado en primer lugar en las encuestas, con amplia ventaja sobre el segundo lugar, los priístas se preparan para recuperar varios de los espacios perdidos.
Sin pecar de exceso de confianza, los tricolores están seguros de conquistar los dos escaños del Estado de México y Veracruz, donde se dan circunstancias curiosas.
En la vecina entidad van dos mujeres como candidatas al Senado, Ana Lilia Herrera y Laura Barrera, bien posicionadas ambas, mientras que en Veracruz van los Yunes, José y Héctor, como abanderados senatoriales. El primero de ellos fue el perdedor hace seis años y va por segunda ocasión como aspirante al Senado de la República.
Michoacán también tiene horizontes promisorios para los priístas, luego de conquistar el gobierno estatal, precisamente con quien no alcanzó siquiera escaño de consolación hace seis años. José Ascensión (Chon) Orihuela les reporta posibilidades de triunfo o, cuando menos, el escaño de primera minoría.
Zacatecas es otro territorio reconquistado por el priísmo, luego de 12 años ausentes del gobierno estatal y donde se apuntan para obtener cuando menos uno de los tres escaños en juego.
En Tlaxcala y Baja California Sur, los priístas optaron por fórmulas encabezadas por candidatos a gobernador que fueron derrotados en su momento y que les pueden otorgar la primera minoría o hasta el triunfo en las urnas. Joaquín Cisneros y Ricardo Barroso, fueron situados como primeros en la fórmula, respectivamente.
Morelos mantenía al PRI posicionado en primer sitio con los candidatos al Senado y hasta para recuperar el gobierno estatal, luego de 12 años de panismo. Hoy las cosas se advierten diferentes y el relevo de Francisco Moreno como primero en la fórmula senatorial y los enfrentamientos entre los seguidores de Manuel Martínez Garrigós y José Amado Orihuela, presentan un panorama nada claro.
En el Distrito federal, el priísmo se avizora para mantenerse fuera del Senado, ya que es cierto que la primera minoría la tiene casi segura, pero esta correspondería a Pablo Escudero, quien es apoyado por el PRI, aunque su militancia es del Partido Verde.
En esta ocasión los del partido tricolor insistieron en su estrategia de postular a ex gobernadores en varios estados como son los casos de Ismael Hernández, Durango; René Juárez, Guerrero; Félix González, Quintana Roo; Patricio Martínez, Chihuahua, Teófilo Torres, San Luis Potosí y Enrique Burgos, Querétaro.
Pero el riesgo del PRI se presenta en varias entidades, en las que la competencia se presenta feroz, tanto para ganar los dos escaños, como para aspirar a ser la primera minoría.
Oaxaca es la primera de ella, donde priístas, panistas y perredistas se encuentran enfrascados en una disputa singular.
Puebla es la otra, donde los cuatro candidatos postulados por partidos y alianzas, provienen del PRI todos.
Sonora también se presenta difícil para los priístas, así como los ya mencionados del Distrito Federal, Tlaxcala y Baja California Sur.
En los demás todo será coser y cantar para los priístas, que llevan asegurada cuando menos la primera minoría, a menos que suceda una catástrofe que no se advierte por ningún lado.
AL RESCATE DE MORELOS
Luego de que fuese abortada la gira del candidato presidencial priísta al estado de Morelos, ya fue repuesta para el inicio de la semana siguiente.
Enrique Peña Nieto desistió de rendirle homenaje a Emiliano Zapata en su lugar de origen y se trasladó al Estado de México, aunque ahora si visitará la entidad que los prisitas quieren ganar, luego de 12 años de panismo.