El spot sobre el discurso
¬ José Antonio López Sosa lunes 9, Abr 2012Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Vivimos en la era de la mercadotecnia política, donde la publicidad convierte a los candidatos en productos de mercado para que la gente los compre o los deseche.
Tomando en cuenta ciertas variables como la ley electoral, las plataformas políticas de cada partido y el tiempo que resta para la elección federal de julio próximo, vemos y escuchamos miles de spots de todos los candidatos, cosa que va por encima del discurso que tengan, juego de palabras aburrido para los ciudadanos comunes y violines que deleitan en el caso de los correligionarios que les escuchan en mítines.
Al ciudadano no le están buscando llegar a través de la visita en la calle o del mitin, lo están haciendo a través del spot.
Me aterra pensar que cada uno de esos cuatro candidatos son seres humanos con aciertos, errores, pensamientos críticos, sentimientos, visiones de Estado y de país, en fin, que reúnen todas las características contradictorias de un individuo y sin embargo en el spot son personas que no son, es decir, se trata del empaque, del estuche donde viene un producto que no necesariamente corresponde con lo que ahí se anuncia.
Después de la elección del 1 de julio, donde uno de los cuatro ganará, ¿nos quedaremos con el ser humano, el spot o el discurso?
Me parece tan bizarra la situación que puedo comparar a los cuatro actores del spot con productos milagro, de esos que incauta la Cofepris por no garantizar lo que ahí prometen. ¿Qué producto milagro-electoral es el que más vende?
No tengo nada contra los mercadólogos ni los publicistas, a pesar de que manipulan y engañan a sus semejantes, quizá en el rubro del consumismo afectan de forma parcial a una sociedad, pero en el rubro político-electoral los daños colaterales o efectos secundarios tras una manipulación de esta naturaleza pueden ser severos.
En fin, seguiremos en las semanas del spot, en la constante y eterna venta de productos políticos milagro a través de la radio, la prensa y la televisión.
Mesiánicos todos, los cuatro tienen en sus anuncios la solución para todo en la palma de la mano, como esos merolicos que venden medicamentos en la Basílica de Guadalupe, como esas cápsulas milagrosas que curan desde el cáncer hasta el embarazo no deseado.
Así funciona la democracia en México, así la entendemos y así la ejercemos.
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@joseantonio1977 Rubén Chavarría