Vázquez Mota, ¿candidata desahuciada?
Roberto Vizcaíno lunes 9, Abr 2012Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Ayer, a una semana apenas del inicio, ya le preguntaron si piensa dimitir
- La encerrona con sus generales no resolvió nada, pues todo quedó igual
- AMLO y los suyos siguen atentos a lo que ocurre con la panista, por si acaso
Si como se afirma “origen es destino”, el futuro electoral de la panista Josefina Vázquez Mota es simple y llanamente el de la derrota.
Por más que me esfuerzo, no recuerdo otra campaña tan desafortunada y sin futuro como la de ella.
Bueno, tan mal va y tan pésimo se le ve, que los reporteros ayer le preguntaron si piensa renunciar, dejarle la candidatura a otra u otro panista.
La sola pregunta la deja mal parada a ella como a su equipo de estrategas, que no previeron que esa interrogante se le pudiera plantear y que ella tendría que responder.
El caso es que en política, y más en una campaña electoral, este tipo de cuestionamientos tiene un costo inmenso porque de entrada dan por sentado que hacerlos tiene una base cierta.
En el caso de doña Josefina Vázquez Mota la pregunta fue tan sorpresiva, que cayó de lleno en ella. La aclaración la tuvo que hacer al salir del registro de Isabel Miranda de Wallace como candidata a jefa de gobierno en el DF.
“No he contemplado ningún escenario distinto al de seguir adelante… Hoy estoy más convencida y más entusiasmada que nunca, me siento honrada de ser la candidata del PAN a la Presidencia de la República, y por supuesto asumo con todo lo que significa este privilegio y esta responsabilidad”, señaló.
Afirmó que no está en sus planes dimitir a pesar de los errores y pifias registrados en su campaña durante las últimas tres semanas.
Lo cierto, es que en Los Pinos y dentro de la cúpula blanquiazul se ha hablado de la necesidad de sustituirla por otro candidato que pueda dar un jalón suficiente como para hacer competitiva esta campaña.
Creo que si alguien en su lugar intentara anular el número y tamaño de errores cometidos por ella y su equipo, sería difícil que los lograra superar.
Su perspectiva en este momento no sólo está definida por la pobreza de sus actos -los pocos que le salen bien-, sino por sus tropiezos constantes que luego son replicados como la piedra que cae en el plácido estanque, por los medios informativos.
¿Cómo impedirles a diarios, radio y TV retomar y comentar esas fallas dentro de la competencia electoral más dura y con las mayores expectativas de este momento? ¿Cómo evitar que articulistas, editorialistas, caricaturistas y columnistas los analicen?
Imposible les resulta a sus encargados de comunicación social intentar siquiera matizar los yerros.
No hay nada qué hacer frente al desastroso caos vial ocasionado por la candidata y su equipo de promoción en las casetas a la salida de la autopista de Cuernavaca.
Nada tampoco ante la furia de locatarios, restauranteros y comensales de Tres Marías que fueron invadidos y atropellados por quienes acompañaban a doña Josefina el viernes pasado.
Los dos eventos resultaron en el absurdo de una anticampaña promovida por la misma candidata.
Luego, aquello se prestó a la mofa y la descalificación, en gran parte llena de groserías, dentro de la ola expansiva de las redes sociales que retomaron las explicaciones del equipo de Vázquez Mota que en lugar de reconocer el error de hacer campaña en Viernes Santo en la autopista, intentaron desviar y justificar los hechos.
La lista de fallos dentro de la campaña de la panista es tan larga, que resulta difícil creer que pueda remontar en los siguientes 80 días los 20 puntos de distancia que le saca el priísta Enrique Peña Nieto, quien a diferencia de ella se fue al puerto de Veracruz, realizó una conferencia de prensa en el tradicional café La Parroquia -del cual no se reportaron inconformidades de meseros ni comensales- para luego caminar por el centro de la ciudad rodeado de personas, y después hacerlo por la playa en lo que pareció una más de las exitosas giras proselitistas del mexiquense y su esposa.
El hundimiento de la campaña de la panista fue ya inocultable durante el sábado, día en que doña Josefina decidió reunir a sus generales, a fin de revisar terrenos y repasar estrategias.
Las crónicas del encuentro de 7 horas de la aspirante con sus coordinadores de campaña, indican que Vázquez Mota, o vive en el sueño y la abierta fantasía, o está tan amarrada a compromisos con el presidente Felipe Calderón, que no tiene otra que seguir igual.
Lo que se suponía derivaría en una natural reorientación de su campaña con un mariscal distinto, resultó una reafirmación de los mismos en lo mismo y seguramente para lo mismo.
Llama a risa que el anuncio más importante de esa encerrona de revisiones, haya sido la ratificación de Roberto Gil Zuarth en el cargo de coordinador general de la campaña y junto con esta ratificación, la del resto.
La solución a todo el desastre vivido -vaciado del estadio Azul, ofensa a las universidades Iberoamericana y UNAM, pésimos spots de campaña, desmayos en actos públicos, desatinos en discursos como el de “fortalecer el lavado de dinero”, el de la suspensión de actos por invasión de miembros del Sindicato de Mexicana, etcétera-, será, anunciaron, la inclusión de otros personajes en el ya amplio equipo de generales de Vázquez Mota.
Como si de ampliar la nómina y no de cambiar de estrategias y de reorientar acciones dependiera la solución y el triunfo.
La risa es mayor cuando dentro del equipo ratificado se habla de que Gil Zuarth será el “jefe del gabinete” de Vázquez Mota.
¿Acaso habrá otro gobierno legítimo a partir de diciembre próximo y Gil Zuarth será secretario de Gobernación de la presidenta legítima?
Con todas las barajas puestas por la panista sobre la mesa de este proceso electoral, no hay más que concluir que doña Josefina no vive ya en la realidad de este México, sino en el país de las maravillas que le han creado sus cercanos, y que ella se ha creído.
Su caso se plantea hoy como un enigma, porque la permanencia de su candidatura no sólo depende de ella, sino de otros factores, especialmente del presidente Felipe Calderón y las enormes fuerzas políticas y económicas que le apostaron a la permanencia del PAN en el poder.
De todo eso y más dependerá a partir de hoy su futuro inmediato.
MUY PENDIENTE
Quien sigue con mucha atención todo lo que está ocurriendo dentro de la campaña presidencial panista, es Andrés Manuel López Obrador, ya que un posible retiro de Vázquez Mota podría darle un empujón insospechado a su propia campaña.
Sabe que si la panista declina, si la obligan a retirarse, entonces muchos de los votantes no panistas, pero que buscan una alternativa distinta al PRI y a Peña Nieto, podrían voltear hacia él.
Por ello, y con las debidas precauciones, revisan quiénes son los estrategas y apoyos de la sociedad civil que Vázquez Mota y su equipo han logrado atraer en los estados, a fin de acercarse a ellos en caso necesario.
López Obrador y sus estrategas, con Ricardo Monreal y Manuel Camacho a la cabeza, tienen la convicción de que un cambio de candidato del PAN a estas alturas, provocaría desilusión y rechazo hacia un nuevo abanderado porque percibirían en ello una imposición desde Los Pinos.
De darse esta sustitución de candidatos, entonces no solamente dirigentes de la sociedad civil, sino operadores del PAN, podrían ser susceptibles de ser atraídos hacia la campaña de López Obrador, que les ofrecería un trato honesto y la incorporación de sus propuestas y demandas.
Sin embargo, hay escepticismo porque otros creen que tanto Felipe Calderón, como Vázquez Mota, y sus respectivos equipos, van a intentar recomponer lo que les ha fallado, y van a seguir apostándole a sus fuerzas y enormes recursos.
Creen que los blanquiazules van a seguir apostándole también a que en cualquier momento pueden descomponer el proceso y llevarlo a un punto cercano a su anulación y restitución.
De cualquier forma siguen de cerca todo lo que ocurre en la campaña panista, por si acaso se abre una perspectiva ya sea de acuerdos o de aprovechamiento de circunstancias.
Hoy López Obrador sigue inamovible en un 20 por ciento de las preferencias electorales y sabe que va a ser muy difícil que se le presente el milagro que lo lleve a la victoria.